NOS RECOMENDAMOS EN TODO COMO MINISTROS DE DIOS
2Co
6:3 No damos a nadie ninguna ocasión de
tropiezo, para que nuestro ministerio no
sea vituperado;
2Co
6:4 antes bien, nos recomendamos en todo como ministros de
Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias;
2Co
6:5 en azotes, en cárceles,
en tumultos, en trabajos, en desvelos,
en ayunos;
2Co
6:6 en pureza, en ciencia,
en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero,
2Co
6:7 en palabra de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a
siniestra;
2Co
6:8 por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces;
2Co
6:9 como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos;
2Co
6:10 como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres,
mas enriqueciendo a muchos; como
no teniendo nada, mas poseyéndolo todo.
INTRODUCCION
El ministerio cristiano no es
fácil, nos enfrentamos a una casi todopoderosa iglesia tradicional, nos
enfrentamos a las críticas y prejuicios, nos enfrentamos a un ministerio que
tiene necesidades, pero con todo esto nos sometemos a Dios para servir conforme
al llamado que él mismo dispuso en nuestros corazones.
Pablo tuvo un ministerio que hoy
podría no ser considerado exitoso, pues predicaba duramente sobre el pecado, no
toleraba el que fueran infructuosos, y sus finanzas pudieran ser consideradas
pobres y escasas. Pero aun así pudo seguir adelante a pesar de sufrir muchas
calamidades y sufrimientos.
Cuando pienso en un ministerio,
no me vienen a la mente los ministerios de hoy, pienso en la biblia, en
aquellos apóstoles que lo dieron todo porque hoy pudiéramos conocer el mensaje
de Jesucristo. Ellos a diferencia de los ministerios modernos, lo sufrieron
todo, persecución, azotes, golpes y hasta la muerte por nuestro Señor, pero hoy
nuestros ministerios son casi acordes a nuestras propias necesidades y deseos,
tenemos a la orden del día a nuestro ministerio favorito. Pero con ello ha
sobrevenido el que podamos encontrar ministerios en los que nos se predica a
Cristo crucificado, la cruz que debemos tomar cada día, y la negación de
nosotros mismos. Hoy podemos encontrar predicadores que parecen conferencistas
de ayuda personal, lugares en donde la biblia no es predicada, lugares en donde
la palabra es torcida para beneficio propio, y lugares en donde al pecado, ya
no se le llama pecado. Vivimos tiempos peligrosos en el evangelio, en donde
este puede ser interpretado por cualquier neófito que de seguro terminara por
hacer daño al cuerpo de Cristo.
DESARROLLO
Como podemos ver en el pasaje
Pablo se cuidaba mucho de que su ministerio no diera ocasión al tropiezo de los
hermanos para que no fuera vituperado por ello. Pablo no recomienda su
ministerio por los milagros grandiosos que se producen cuando predica, ni por
las grandes profecías que le acompañan en el poder con el que ejecuta el
mensaje de Cristo a través suyo, sino que se recomienda como ministerio porque
ha tenido que pasar injusticias a las cuales responde con paciencia; ha tenido
que pasar por muchas tribulaciones y necesidades; además ha sido angustiado,
azotado y encarcelado muchas veces; ha tenido que trabajar largas horas; se ha
desvelado en muchas ocasiones, ha ayunado muchas veces; ha tratado de
mantenerse puro, lleno de conocimiento de la palabra, con templanza y bondad;
ha amado con sinceridad; ha sido probado en la sana doctrina; el poder de Dios
se ha manifestado al transformar el corazón de quienes escuchan; ha obrado con
justicia aunque no haya recibido la honra debida; Muchas veces ha pasado por
moribundo, desconocido, castigado, entristecido, empobrecido, mas no teme a
nada de lo que le pueda pasar pues comprende que si vive es por Cristo y si
muere también es por él y para él.
Que gran diferencia haría Pablo
entre los ministerios modernos, pues sería considerado religioso,
fundamentalista, fanático, y hasta más. Pero él prefiere no recomendarse por
nada que no sea la disciplina y el trabajo que Dios ha dispuesto por medio suyo
para con su llamado.
Hoy vemos a algunos ministros
promocionar su seminario, su campaña evangelística, su campaña de milagros, su
programa, su libro, su música y muchas más cosas; y bien, no está mal que
promuevan cosas que son para la edificación de la iglesia, pero puede que
hayamos perdido el norte y estar promocionándonos a nosotros mismos, olvidando
el centro del cristianismo que es Cristo.
Pareciera que no quisiéramos participar de los sufrimientos de Cristo,
como menciona 2Co 1:5 “Pues así como participamos abundantemente en los
sufrimientos de Cristo, así también por medio de él tenemos abundante
consuelo”.
CONCLUSION
Hoy todos quieren la fama, el
reconocimiento, el dinero, pero pocos anhelan la cruz. Pocos quieren sembrar
con lágrimas para cosechar con gozo. Ese es el nuevo ministerio cristiano, un
ministerio de fama, renombre, riqueza, poder y acomodo, pero el ministerio del
que Pablo nos habla es un ministerio más alto, más sublime, uno que solo Dios
puede preparar para los que le aman.
Pocos te hablaran de lo que
realmente significa el ministerio cristiano, estamos atrayendo falsos
convertidos al ministerio, pues se les está vendiendo la idea equivocada. Quien
no toma parte en la cruz, tampoco disfrutara con el Señor en su reino.
Te hablo a ti mi querido hermano
que has sido llamado a servir a Dios, no temas a los hombres, más bien teme
ante el Señor y sírvele con todo tu corazón, sin importar a donde te lleve su
gracia te sostendrá y te capacitara para la obra.
He visto como predicar el
verdadero evangelio puede apartarte de algunos que se dicen tus amigos, aunque
se digan cristianos, como puede que genere críticas, hacer que te llamen
religioso, fanático, pero no importa lo que los demás digan, si seguimos el
consejo de las escrituras podemos vivir un evangelio diferente. Con esto
tampoco quiero avalar el ministerio e algunos predicadores y creyentes que solo
se dedican a criticar y a burlarse de verdaderos creyentes que hoy están
siguiendo su llamado. Procuremos servir a Dios, hablar la verdad y destruir y
arrancar todo aquello que no pertenezca a la verdad.
Oremos, Señor no queremos
vanagloriarnos de lo que humildemente hacemos para ti, queremos servir con
pasión y amor, dando lo mejor de nosotros, entregándonos al servicio de tu
nombre, permítenos glorificar con nuestro servicio tu precioso nombre y
glorificarte hoy y siempre, amen.
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