El
amor nos lleva a hacer felices a los demás, a querer el bien de todos. Sin
embargo, muchas veces no demostramos el amor que sentimos hacia las personas,
sean de casa o de fuera. Es tan sencillo hacer feliz a una persona. Somos
susceptibles para recibir la bondad, el amor. Cualquier detalle, por pequeño
que sea, nos llena de felicidad: una llamada por teléfono dándole a alguien
las gracias por el favor que nos hizo; enviar una nota en un momento
determinado ya sea de alegría, o de tristeza, hace tanto bien a quien lo
recibe...
El otro día me llegó una llamada telefónica que por extraña me hizo
impacto. Me dijo la persona: "No me conoce usted pero le llamo para
decirle que diariamente rezo por usted... quiero hacerle sentir mi
cariño".
Le di las gracias cortésmente, y cuando colgué el audífono mi alma
estaba invadida de felicidad. ¿Quién era aquella alma que me "hacía
sentir" su cariño y su oración? No lo supe; sin embargo, me llenó el día
de paz, de amor para dar porque "me hizo sentirme amada". En los
noviazgos es muy común que se lleven serenatas; se manden flores, se den
tarjetitas. ¿Por qué después de casados dejan de hacerla? ¿El amor muere
entonces?
Considero que el amor es como una plantita a la que hay que ir regando
diariamente para que florezca. Y la forma de irla abonando es hacer sentir a
quien amamos que lo amamos.
Siempre me ha impresionado el día 2 de noviembre porque los panteones
se abarrotan de gentes que lavan tumbas, las llenan de flores y se pasan el día
allí. En vida de aquellos seres ¿cómo se llevarían con ellos? Se llenan los
panteones de flores. ¿En vida también llegaría el esposo con un ramo para
demostrar su amor a la esposa?
Creo sinceramente que "el amor debe ser demostrado con hechos día
a día, momento a momento".
Afortunado el ser que tiene tiempo de decir: "Te quiero".
1Co 16:24 Los amo
a todos ustedes en Cristo Jesús. Amén.*
Muchos de nosotros necesitamos con frecuencia que se
nos den palabras de animo y cariño que nos recuerden que somos amados, pues con
la misma frecuencia tendemos a olvidarlo o a darlo por sentado. El amor es
maravilloso cuando se siente, pero más cuando se recibe. No todos procuran amar
siempre, sino que lo hacen solo en momentos especiales, en las fiestas, los cumpleaños,
las celebraciones, no esperemos siempre estos instantes para decirle a quienes
amamos unas palabras de ánimo, o de amor, pero por sobretodo demostrémoselo con
acciones. Como seres creados somos susceptibles de percibir el amor, pero poco
o nada hacemos por darlo, de modo que procuremos siempre mejor demostrar cuanto
amamos a nuestros seres queridos y a nuestros hermanos en Cristo. La reflexión nos
recuerda que somos afortunados porque aun podemos decir “te amo”, por lo tanto,
debemos aprovechar cada instante para demostrarle al mundo el amor que decimos
recibir de Dios. Pablo también les hacia saber a sus discípulos que les amaba
en Cristo, pero el prefería como Cristo demostrárselos con sus acciones en
procura de su salvación. El mundo necesita de seres que amando a Dios por
encima de todo procuren predicar la verdad y vivir como testimonio de ella.
GUIA DE ESTUDIO
¿Quién necesita saber que le amas?
¿Hace cuanto que no les dices a tus hermanos en
Cristo que los amas?
¿Te cuesta amar a tu prójimo?
¿Qué sientes cuando te hacen sentir amado(a)?
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