LA GRACIA DE DIOS SE DERRAMA
DONDE NO HAY NECESITADOS
Hechos 4:33-34 NVI
Los apóstoles, a su vez, con gran poder seguían dando testimonio
de la resurrección del Señor Jesús. La gracia de Dios se derramaba
abundantemente sobre todos ellos, pues no había ningún necesitado en la
comunidad. Quienes poseían casas o terrenos los vendían, llevaban el dinero de
las ventas
INTRODUCCION
Es interesante notar como la iglesia se ha sumid en la
preocupación por crecer, por generar liderazgo, pero muy poco por la oración y
el servicio para con los necesitados.
La obra social de la iglesia está en manos de algunos a quienes
Dios ha tocado el corazón para servir y dar a los demás, pero si miramos con
atención podrás darte cuenta de lo siguiente: ¿cuánto invierte tu iglesia en el
servicio social?, en ayudar a los necesitados?, porque es allí en donde en
donde la iglesia debería seguir el ejemplo de la iglesia primitiva.
Es tan poca la atención que brindamos al necesitado que deberíamos
ser exhortados a seguir la enseñanza bíblica que nos compromete a todos con el
servir y ayudar al necesitado; como si hubiésemos perdido la capacidad de
condolernos, de sentir compasión por la necesidad ajena.
DESARROLLO
Los versículos que tomamos hoy, nos muestran a una iglesia que
crece en gracia en la medida en que ayuda al necesitado, Hechos de los
apóstoles es un compilado de las acciones que tomo la iglesia en sus primeros
años, con las cuales pudieron alcanzar el mundo, y dentro de sus prácticas
principales estaba el servicio para con los necesitados.
Parece que al ocuparnos en las actividades de la iglesia, la
predicación, la oración y la enseñanza, gastamos nuestro tiempo en cosas que
nos parecen más efectivas y poderosas para trasformar una nación o un pueblo,
pero la biblia nuevamente llama nuestra atención hacia un punto en particular:
los necesitados.
En Hechos de los apóstoles encontramos que se menciona que no
había ningún necesitado en la comunidad a la que servían, por lo que la gracia
de Dios se derramaba constantemente sobre ellos. Sera que hemos dejados a los
necesitados desamparados y por ello la gracia de Dios no se derrama con mayor
abundancia, yo creo que sí. Las iglesias se preocupan por los nuevos sistemas
de evangelismo, por los mejores equipos de sonido, mejores aires acondicionados,
mejores lugares y terrenos, ero donde está el servicio y el cubrir las
necesidades de los que sufren y pasan necesidad?.
El mundo ve a una iglesia que se encierra dentro de sus paredes y
se olvida de aquellos a quienes Jesús vino a buscar: los pecadores y
necesitados.
Su justicia se establece en la medida en nosotros como
representantes de Cristo en la tierra ponemos por abra sus mandamientos y
enseñanzas, lo cual no es fácil, porque implica una negación de sí mismo, para
evitar vivir apegados de las cosas materiales, para que como en antaño,
pudiéramos entregarlo todo en pos de servir y cubrir las necesidades de
aquellos que anhelan el cumplimiento de la voluntad divina.
La gracia se derrama en abundancia cuando se satisfacen las
necesidades de una población, ¿queremos alcanzar a los perdidos?, entonces es
tiempo de servir y de dar.
CONCLUSION
Podemos quedarnos esperando que la gracia de Dios se derrame en
abundancia por medio de nuestras oraciones, o podemos tal cual lo describen las
escrituras servir y ayudar a los necesitados para que su gracia sobreabunde
para salvación y para que sean saciados aquellos que viven en necesidad.
Podemos pretender seguir haciendo la voluntad divina sirviendo en
la iglesia, teniendo un testimonio de vida impecable, participando de las
actividades de la iglesia, pero sino ponemos por obra aquello que está en el
corazón de Dios y seguimos prendidos de tener una mejor casa, un carro más
grande, mejores ingresos, dejaremos de lado el corazón de las enseñanzas y el
cumplimiento de uno de los pináculo del servicio como creyentes: el dar.
Que concluiremos, ¿qué debemos darlo todo?, que debemos venderlo
todo y dar a los necesitados?, pues sí, pero eso solo es posible en la medida
en que la gracia divina quita de nosotros todo prejuicio, toda mentira y todo
engaño. La iglesia de hoy piensa que entre más bendecida es, entonces más
gracia abunda, lo cual no es cierto, la gracia sobreabunda en donde los hijos
de Dios cubren y protegen a los necesitados. Para que algún día podamos decir
que la iglesia ha cubierto las necesidades de aquellos que sufren en la
pobreza, en la enfermedad, las viudas, los huérfanos, y todos aquellos que
necesitan del amor de Dios revelado en el dar.
Oremos. Señor, ayúdanos a vivir con el propósito claro de cumplir
tus sueños y no solo los nuestros, que podamos pensar y servir a aquellos que
nos necesitan, pon en nuestro camino la oportunidad de servir, de dar y de
entregarnos en cuerpo y alma por los necesitados, para que de esta manera tu
gracia se derrame en abundancia. Amen.
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