domingo, 31 de julio de 2016

PREDICA DOMINICAL - LA PATERNIDAD DE DIOS


PREDICA DOMINICAL
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la fe

LA PATERNIDAD DE DIOS

Salmos 68:5  Padre de huérfanos y defensor de viudas
 Es Dios en su santa morada.

INTRODUCCIÓN

Cuantos de nosotros pueden decir que tienen un padre perfecto, que no falla, creo que si somos sinceros, no serán muchos. La paternidad es una figura que nos recuerda el diseño que Dios dispuso para el hombre en el hogar. Pero en una sociedad en donde el hombre es cada vez menos un buen padre, o pocos asumen este rol, nuestra sociedad se desmorona en medio de la incertidumbre de familias sin verdaderos padres.

¿Qué es la paternidad? El diccionario define paternidad como la cualidad de un padre o progenitor masculino, otro la define como una institución socio-cultural de filiación, otro dice que es la relación que se establece con los hijos. Dios ha dispuesto que sea el varón quien fecunde a la hembra para que la gestación pueda tener comienzo.

En el pueblo de Dios la paternidad siempre ha tenido un lugar preponderante, es tanto así, que cuando nombra las generaciones de Jesús, hace referencia a todos los hombres, de igual manera las tribus de Israel se diseminaron por medio de los hijos varones de Jacob. Y Siempre en la historia del hombre que nos muestran las escrituras vemos al varón como cabeza de la mujer, desde Adán, hasta José y María el varón ha cumplido una tarea esencial en la familia, la sociedad y la visión de Dios para su pueblo.

DESARROLLO

¿Porque escogería Dios usar la figura del Padre, en vez de la de la madre?, yo creo que hay una respuesta para ello, y se esconde en lo recóndito de nuestro ser. Para todos sería más fácil si Dios se presentara como madre, porque con la madre el ser humano tiene un vínculo cercano, una relación que se forma desde la concepción y los 9 meses del desarrollo del bebe dentro del vientre de la madre, que hacen que el hijo pueda reconocerla siempre, con su voz, o su olor. Pero con el padre sucede de forma diferente, al Padre no se le conoce, y eso es algo necesario, para que padre pueda ser presentado y creído mediante la fe, ya que sin fe es imposible agradar a Dios. Fue de esta forma perfecta para que pudiéramos solo por fe, conocer a aquel que nos ha adoptado como Padre. La paternidad es un acto de fe que genera un vínculo poderoso, trasformador y que hace la diferencia.

Mientras la madre es más permisiva, más amorosa, ejercer disciplina le queda difícil, corregir tampoco se le da muy bien, el hijo puede aprovechar para manipular, cambiar las reglas y hacer la vida algo complicada, pero al padre que ahora reconoce como funciona la verdadera paternidad, hace que la disciplina sea mejor, que aunque haya amor, también hay corrección, no hay cabida para la manipulación y la vida se torna armoniosa.

El hijo encuentra en el padre una visión del Padre celestial, es por ello que muchos creyentes tienen hoy problemas en su relación con Dios. Ellos ven los defectos de su padre terrenal en el celestial, si fueron abandonados, entonces conciben un Dios que los abandona por cualquier motivo, si no tuvieron la figura paterna entonces, tienden a concebir a Dios como un falso, alguien que los abandono. De allí, que tener una percepción verdadera de la paternidad es necesaria para el creyente de modo que pueda ver a Dios como el realmente es y no como nuestros prejuicios lo han mostrado.
En un mundo en el que hay hijos abandonados, hombres que no se comprometen, padres que maltratan y abusan, padres que no cumplen su rol, y mujeres frustradas por tratar de hacer lo que corresponde al hombre. Dios se levanta en medio como un padre que recoge a sus hijos y les restaura a la medida del Hijo de Dios.

CONCLUSIÓN

Jesús vino para enseñarnos sobre un Padre que estaba dispuesto a adoptarnos a pesar de nuestros errores o equivocaciones, a pesar de no contar con un padre terrenal, o a pesar de tener una idea equivocada de lo que es ser padre, vino para restaurar la paternidad que el hombre perdió y que en el Padre puede ser descubierta para vida.
Es tiempo de reconocer la paternidad divina, de sabernos adoptados por amor, de dejar de ver a Dios en los defectos de nuestros padres terrenales y perfeccionarnos en su amor por medio de la fe.

La sociedad y nuestros hijos naturales y espirituales necesitan hoy de verdaderos padres, sustentadores, guías, que ejerzan la disciplina con amor, que apoyen a sus esposas e hijos que los necesitan.
Hoy existe una sociedad que a la que urgen padres comprometidos, casados, que honren a Dios, que hablen verdad, que no sean egoístas, que amen a sus esposas, y que prediquen con su ejemplo.

Levantémonos como padres espirituales y terrenales firmes en la verdad, comprometidos con nuestras parejas y familias, listos para confrontar el error y animar cuando sea necesario, es tiempo de cambiar el paradigma de una sociedad que relego todo a la mujer, para que el hombre vuelva a tomar el lugar que nunca debió perder y que por la maldad de su corazón permitió que fuera usurpado.


Oremos, Señor permítenos ser buenos padres, que nuestro ejemplo hable más fuerte que nuestras palabras, que nuestro cariño, comprensión, ayuda y servicio sea primero para con nuestras familias y luego para con la iglesia y la sociedad que nos necesita, levanta la paternidad conforme al diseño tuyo, que seamos padres como tu, y que te amemos por sobre todo, para mostrar ese amor a los hijos y las parejas, amen.

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