NUESTRA PREDICA DOMINICAL
Por: Camilo A. Sastoque M.
Ministerio Unidad de la Fe
LA SABIDURÍA
PASAJE:
Santiago 3:13-17 ¿Quién es sabio y entendido entre
vosotros? Muestre por la buena conducta
sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en
vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta
sabiduría no es la que desciende de lo alto,
sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y
contención, allí hay perturbación y toda
obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable,
benigna, llena de misericordia y
de buenos frutos, sin incertidumbre ni
hipocresía.
INTRODUCCION
¿Qué
es la sabiduría?, el diccionario lo define como un conjunto de conocimientos
que se adquieren mediante el estudio y la experiencia, otra definición dice que
es la facultad de las personas para actuar con sensatez, prudencia o acierto,
pero ¿es esta la sabiduría de la que Dios habla en las escrituras?
La
biblia menciona que existen dos tipos de sabiduría: una terrenal y una
espiritual (o divina). La terrenal no pertenece a Dios, pertenece al ámbito de
lo natural y lo diabólico como lo expresa el v.15 del pasaje, esta sabiduría
aunque parezca brillante, no lo es, su fin es destrucción, pues solo produce
celo, amargura, incertidumbre, hipocresía, contención, jactancia y mentira.
Pero
entonces ¿cuál es la sabiduría divina, esa que proviene de lo alto?, si bien es
cierto la sabiduría se evidencia en la facultad que tiene una persona para
actuar con paz, benignidad, misericordia, y está llena de buenos frutos, la
sabiduría de Dios tiene que ser, antes de poder hacer todo lo que ella muestra.
DESARROLLO
Las
escrituras son claras en mostrarnos a Cristo como la sabiduría de Dios (1Cor
1:10), el temor de Dios como el comienzo de la sabiduría (Salmo 111:10, Prov.
1:7), la sabiduría como un don de Dios (Prov. 2:6) y la necesidad de esta para
obrar conforme al propósito de Dios.
Pero en realidad, ¿comprendemos lo que ella
significa?, creo firmemente que no, y quiero ayudarte a descubrirlo. La
sabiduría de Dios es la mente de Cristo operando en el hombre, no dice la
escritura en 1Co 2:16 “Porque ¿quién conoció
la mente del Señor? ¿Quién le
instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”. Cuando recibimos
al Señor como nuestro Señor y salvador, nos hacemos participes de su
naturaleza, y en ella está incluida la mente de Cristo, una mente espiritual en
unidad con la nuestra que nos permite operar conforme al propósito de Dios en
amor.
Saber no es lo
mismo que conocer, como correr no es lo mismo que caminar. El hombre cree
saber, pero él solo puede conocer. El saber es superior, más profundo, para
saber algo necesitas experimentarlo en tu interior, el conocimiento proviene de
lo exterior, le conocimiento te es entregado, el saber llega por intuición,
esta es la sabiduría de lo alto.
Obrar con
sabiduría no es posible para el hombre natural, solo para el hombre espiritual,
aquel que se ha entregado a Dios con devoción para ser trasformado, recibiendo
el regalo de su gracia, para poner por obra sus mandamientos y cumplir con el
propósito encomendado.
CONCLUSIÓN
Quienes
buscamos de Dios, necesitamos de esta sabiduría para ser antes de hacer, solo
cuando nuestra mente está llena de la mentalidad de Cristo podemos ser
efectivos en lo que hacemos para Dios.
Para que
nuestra mente reciba la mente de Cristo, debe ser sometida por el dominio
propio para reconocer en la medida de su gracia, cuando la mente de Cristo nos
guía y estimula para obrar. Al someterla dejamos de lado toda incredulidad,
todo negativismo, toda pesadumbre, toda perturbación, todo celo, toda
contienda, en fin, todo aquello que no proviene de la naturaleza divina. Al
saber mediante la sabiduría divina, dejamos de lado toda limitación de la mente
que nos impide ver lo terrenal desde la perspectiva divina.
Oremos, Señor
pedimos y clamamos porque tu sabiduría sea depositada en abundancia sobre
nosotros, para que podamos tener la mente de Cristo y obrar conforme a tu
voluntad, anhelamos cumplir el propósito que has dispuesto para nosotros, pero
sabemos que sin sabiduría ello será imposible, permítenos consolidar nuestro
desarrollo en tu gracia, para saber conforme a la naturaleza divina. Amen.
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