domingo, 29 de noviembre de 2015

PREDICA DOMINICAL - LA PRUEBA


LA PRUEBA

Pro 17:3  En el crisol se prueba la plata
 y en el horno se prueba el oro, 
 pero al corazón lo prueba el Señor.


INTRODUCCIÓN

Cuando queremos saber de qué está hecho algo, debemos probarlo, la escritura nos recomienda probar los espíritus 1Jn 4:1  Amados,  no creáis a todo espíritu,  sino probad los espíritus si son de Dios;  porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. Cuando una universidad o colegio quieren probar los conocimientos de sus estudiantes los someten a pruebas o test para reconocer sus falencias.

Todo discípulo del Señor también tiene el mismo proceso, su conocimiento, su fe y su corazón debe ser probados para ser pulidos y mejorados conforme a la voluntad de Dios.
De igual manera la escritura estipula que para el creyente que está en proceso de crecimiento existen también unos procesos que prueban su desarrollo y que hacen parte del progreso en el perfeccionamiento de su ser.

A nadie le gusta ser probado, cuando nos hacen un test o examen esto nos hace sentir incomodos, a veces nerviosos, alterados, pero si no somos probados en nuestro desarrollo, entonces nos será imposible avanzar.

DESARROLLO

En proverbios encontramos tres tipos de pruebas para algunas cosas que parecen distintas pero que todas apuntan al hombre. La primera prueba que se dispone es la de la plata, la cual es probada por el crisol. El Crisol es un elemento en el cual se coloca la plata a altas temperaturas para limpiarla y probar su finura. La plata representa a la palabra que debe ser probada en nuestro corazón por la disciplina del Espíritu para confianza de la salvación en Dios. Este es el primer proceso que debe sufrir el creyente, en donde será probada su confianza en la palabra para que esta se establezca con poder en el corazón del hombre y pueda ser obedecida con amor.

La siguiente prueba que se dispone es la del oro, el cual se calienta en un horno a temperaturas aún mayores a las cuales se expone la plata, de modo que todas las impurezas de este metal salgan a relucir y sean curadas para perfeccionamiento de su pureza. El oro representa a nuestra fe, una fe que como menciona Pedro: 1Pe 1:7  para que sometida a prueba vuestra fe,  mucho más preciosa que el oro,  el cual aunque perecedero se prueba con fuego,  sea hallada en alabanza,  gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.
Esta fe necesita ser probada para que prevalezca su pureza y sea quitada toda mancha de impiedad para que con devoción el hombre pueda vivir en toda virtud, y su fe pueda dar fruto para alabanza, gloria y honra de Dios, en aquel que obra conforme a su voluntad.

La última prueba que aparece es la de Dios, que prueba el corazón del hombre, pesando sus verdaderas intenciones. Muchos pueden dar apariencia de virtud, aparentar conocer la verdad, y además pareciera que dan fruto, pero aunque las pruebas anteriores no lo revelen, la prueba a la presencia del Señor revela como fuego consumidor toda mentira y engaño.

CONCLUSIÓN

El hombre vivirá sometido a estas pruebas en todo momento, porque el proceso de perfeccionamiento es continuo, es algo que no termina sino con la muerte, de modo que cada vez que algo nos es revelado, sucede con un propósito, el de perfeccionarnos, pero sin la prueba que fortalezca la confianza, luego esa confianza que surge debe ser probada para que pulida pueda ser probada por el Señor en la práctica continua del amor y la verdad.

Así como cada cosa tiene su punto de prueba en lo terrenal, así también en lo espiritual, lo verdadero tiene que ser probado para descubrir toda falsedad.


Oremos, Señor confiamos plenamente en que tu conoces lo mejor para nosotros, por eso queremos pedirte que fortalezcas nuestro ser interior para no fallar en medio de la prueba, que podamos elegir la virtud, la bondad y el amor siempre, amen.

lunes, 23 de noviembre de 2015

ESTUDIO BÍBLICO 1 TIMOTEO 4


ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo A. Sastoque M.
Ministerio Unidad de la Fe

1Ti 4:1  El Espíritu dice claramente que,  en los últimos tiempos,  algunos abandonarán la fe para seguir a inspiraciones engañosas y doctrinas diabólicas.
El espíritu habla con claridad a la iglesia, pero sobre todo a aquellos que están dispuestos a escucharle, para exhortarnos a la verdad, para confrontarnos con la mentira, y para evitar que caigamos en engaños. Pues muchos abandonaran la verdad por enseñanzas engañosas, por inspiraciones que no provienen de Dios.
1Ti 4:2  Tales enseñanzas provienen de embusteros hipócritas,  que tienen la conciencia encallecida.*
La verdad siempre hablara por medio del Espíritu a nuestros corazones para confrontar lo que enseñamos, si algo no concuerda debemos ponerlo bajo la luz de las escrituras, pues quien enseña inspiraciones engañosas tiene su conciencia adormecida por el pecado y la mentira.
1Ti 4:3  Prohíben el matrimonio y no permiten comer ciertos alimentos que Dios ha creado para que los creyentes,* conocedores de la verdad,  los coman con acción de gracias.
Quienes prohíben el cumplimiento de lo que está acorde a la verdad, no son conscientes de la verdad para con ellos mismos, por lo tanto tratan de imponer creencias falsas, engañosas que limitan el obrar del Espíritu a la naturaleza terrenal del hombre y limita la gracia por medio de las obras.
1Ti 4:4  Todo lo que Dios ha creado es bueno,  y nada es despreciable si se recibe con acción de gracias,
La gratitud proviene de un corazón que recibe con gusto todo aquello que proviene de Dios tanto lo bueno, como aquello que no lo parece.
1Ti 4:5  porque la palabra de Dios y la oración lo santifican.
Muchos continúan poniendo énfasis en las obras negando la obra santificadora que Dios lleva a cabo en nuestro ser por medio de la oración y por la palabra revelada a nuestros corazones. Oración sin revelación no tienen el efecto de perfeccionamiento del ser del hombre, pues la oración dispone al hombre para recibir y la palabra satisface la necesidad de vida y alimenta el espíritu.
1Ti 4:6  Si enseñas estas cosas a los hermanos,  serás un buen servidor de Cristo Jesús,  nutrido con las verdades de la fe y de la buena enseñanza que paso a paso has seguido.
Quien se nutre con la verdad a través de una sana enseñanza en verdad sirve al propósito de Dios, quien no lo hace permea con la mentira y el engaño a los nuevos en la fe.
1Ti 4:7  Rechaza las leyendas profanas y otros mitos semejantes.* Más bien,  ejercítate en la piedad,
Con mucha frecuencia dentro de la iglesia pululan los mitos y leyendas sobre la verdad, a los cuales no debemos prestar atención, sino que debemos concentrarnos en ejercitarnos en la devoción como el camino a la libertad del ego y la naturaleza carnal en unidad con Dios.
1Ti 4:8  pues aunque el ejercicio físico trae algún provecho,  la piedad es útil para todo,  ya que incluye una promesa no sólo para la vida presente sino también para la venidera.
La piedad es útil porque nos sumerge en lo eterno, en donde la vida no es solo verdadera vida sino también libertad y amor.
1Ti 4:9  Este mensaje es digno de crédito y merece ser aceptado por todos.
Ejercitarnos en la piedad o devoción es un mensaje que merece ser conocido, entendido y puesto en práctica por todo aquel que busca a Dios.
1Ti 4:10  En efecto,  si trabajamos y nos esforzamos es porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente,  que es el Salvador de todos,  especialmente de los que creen.
Si en algo trabajamos o ponemos nuestro esfuerzo que sea confiados en la esperanza que Dios ha puesto en nuestros corazones y la salvación de la que hemos sido objeto.
1Ti 4:11  Encarga y enseña estas cosas.
La congregación es un legado de amor, en el cual la disciplina, la devoción y el amor deben ser enseñados y encargados para ser puestos en práctica.
1Ti 4:12  Que nadie te menosprecie por ser joven.  Al contrario,  que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir en la manera de hablar,  en la conducta,  y en amor,  fe y pureza.
La edad nunca ha sido un problema para la vida espiritual, sin importar la edad a la cual seamos llamados, debemos hacerlo siendo conscientes de nuestro hablar y nuestro actuar en amor, fe y perfeccionamiento de nuestro ser. Dentro de la iglesia existen muchos prejuicios y la edad es uno de ellos, para algunos la edad pasa a ser un factor importante para determinar la madurez espiritual de quien sirve, pero en realidad solo los frutos en la vida de quien sirve pueden determinar su madurez.
1Ti 4:13  En tanto que llego,  dedícate a la lectura pública de las Escrituras,  y a enseñar y animar a los hermanos.
La lectura pública de la palabra, su enseñanza y el animar a los hermanos en la fe es una práctica que no debe ser olvidada, pues es la palabra la que trae libertad, su enseñanza un mayor entendimiento y cuando animamos a todos a poner por obra lo enseñado, entonces la enseñanza ha quedado completa, pues muchos escuchan pero no saben cómo poner por obra lo aprendido. La enseñanza siempre debe ser práctica, de manera que quien la escuche pueda llevarla a cabo.
1Ti 4:14  Ejercita el don que recibiste mediante profecía,  cuando los ancianos te impusieron las manos.
No debemos olvidar los dones que nos han sido confiados por Dios, los cuales recibimos a través de la imposición de manos por parte de alguien que guiado por Dios asi lo dispone, el ejercicio frecuente de nuestros dones es seguir el llamado y propósito de Dios en nuestras vidas.
1Ti 4:15  Sé diligente en estos asuntos;  entrégate de lleno a ellos,  de modo que todos puedan ver que estás progresando.
Pablo como buen maestro pide diligencia y entrega, para que al actuar de esta manera su ser progrese en la vida espiritual, así se empiece por lo superficial, aquello que parece no tener sentido para la vida espiritual, es el comienzo de la misma.
1Ti 4:16  Ten cuidado de tu conducta y de tu enseñanza.  Persevera en todo ello,  porque así te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen.
Debemos ser conscientes de nuestra conducta y de nuestra enseñanza, porque es a través de ella que nos perfeccionamos a nosotros mismos y a aquellos que nos escuchan para alcanzar la vida eterna.


domingo, 22 de noviembre de 2015

PREDICA DOMINICAL - NO CONOCEMOS A DIOS


PREDICA DOMINICAL
Por: Camilo A. Sastoque M.
Ministerio Unidad de la Fe

NO CONOCEMOS A DIOS

INTRODUCCIÓN

No conocemos a Dios, es cierto. Debemos decir con tristeza y profundo arrepentimiento que no le conocemos, porque si le conociéramos no nos comportaríamos tan neciamente, tendríamos más prudencia al hablar, tendríamos más dominio propio, le buscaríamos con más pasión, no nos sería suficiente un poco, pero no le conocemos.

Creemos ser parte de su iglesia porque asistimos a la congregación, pero nos equivocamos, no nos parecemos mucho a la iglesia en sus comienzos. Nos parecemos más al mundo que nos rodea y consume con su infalible estrategia que sumerge creyentes en la asfixia espiritual que nos destruye y desgasta cada día.

No le conocemos, porque si realmente le conociéramos viviríamos en santidad, y si pecáramos caeríamos fulminantemente muertos como Ananías y Zafira. Necesitamos conocerle, esto debe convertirse en nuestra meta final.

Pero ¿cómo? Me dirás, pues ora, lee su palabra, porque así es como él se revelo a los apóstoles en el pentecostés y como el sigue revelándose a sus siervos.

DESARROLLO

Miremos lo que dice el salmo 14 “Están corrompidos, sus obras son detestables; ¡no hay uno solo que haga lo bueno! Psa 14:2 Desde el cielo el Señor contempla a los *mortales, para ver si hay alguien que sea sensato y busque a Dios.

Nosotros quienes decimos ser su iglesia, queremos compartir de algo que no vivimos, que no apreciamos, vivimos buscando y anhelando lo mismo que anhela el mundo, seguimos buscando reconocimiento, poder, dinero, fama. Olvidándonos de que Jesús rechazo a un hombre porque sus riquezas le impidieron seguirle.

Donde está la iglesia que le busca, que se apasiona por buscarle, que ora de día y de noche, que no se cansa, que encuentra refugio, consuelo y amor en él.
Pero no queridos, no le conocemos, si le conociéramos seriamos capaces de dejarlo todo por él, como aquellos que le conocieron en antaño, si le conociéramos buscaríamos morir más a notros mismos, no le huiríamos a la cruz, y le seguiríamos en obediencia sin importar las consecuencias, pero no preferimos nuestra comodidad por encima de sus preceptos.

CONCLUSIÓN

Si tan solo te conociéramos, sabríamos reconocer lo que Juan menciona:
Juan 17:3 Y esta es la vida eterna:  que te conozcan a ti, el único Dios verdadero,  y a Jesucristo,  a quien has enviado.

Pero no le conocemos y pretendemos comportarnos como aquello que no somos, seguimos engañándonos creyendo que somos algo que no somos.
Esta es la vida eterna, conocer al Padre y al Hijo. ¿Les conoces?, ¿o solo has oído hablar de ellos, porque al final no te dirán, fuiste a tal o cual iglesia?, hiciste esto o aquello?,
O podrás escuchar su voz como trueno diciéndote, como dice en Mateo:
Mat 7:23 Y entonces les declararé:  Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
Despierta iglesia, vuélvete y examina tu vida, ¿le conoces?, si no, entonces pide, busca, suplica, haz lo que tengas que hacer para conocerle, ora, lee, medita, de día y de noche, pues solo en él se esconde el misterio de la vida.
Quien le conoce anda con su temor en el corazón, un temor que le aparta de la maldad, teme no amarle como él le ama, teme no corresponder de la forma correcta, teme no servir y ser un siervo inútil, teme no amar a su prójimo, teme no ser justo, teme aprobar lo malo.

Conóceme, te dice el Señor, conóceme y vivirás.


domingo, 15 de noviembre de 2015

PREDICA DOMINICAL - EL ULTIMO PECADO

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PREDICA DOMINICAL
Por camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe

EL ÚLTIMO PECADO

PASAJE:
Santiago 1:14  sino que cada uno es tentado,  cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.

INTRODUCCIÓN

Todo creyente vive una insufrible batalla contra el pecado, que pocos son capaces de relatar, pues hace parte de esas cosas que uno quisiera olvidar y no tener que volver a recordar. Una fuente incesante de derrotas y victorias que podrían dar cuenta de la ofensiva que se libra.
Todos hemos pecado, no hay quien pueda decir lo contrario si es un verdadero creyente que reconoce de donde Dios lo saco, pero parece que algunas cosas que permitimos en nuestras vidas o a las que les dimos mayor cabida pueden generarnos un gran dolor de cabeza a pesar de vivir un verdadero arrepentimiento.
También es cierto que al nacer de nuevo, rompemos con el yugo que el pecado tenía sobre nuestras vidas y son muchas las cosas que parecemos superar, pero solo en la medida en que permanecemos en la presencia de Dios. Pero como permanecer en la presencia de Dios no es fácil, y el hombre por su misma naturaleza es inconstante, entonces tiende volver atrás, algunos se quedan allí, otros luchan constantemente con aquello que su propia concupiscencia desea.

DESARROLLO

El versículo del pasaje resuena constantemente en nuestro corazón cuando batallamos con aquellas cosas que parecían ya vencidas. Para algunos son los vicios, la vanidad, su pasado y para otros el egoísmo, la mentira y la lujuria entre otros pecados en los que caímos en el pasado, pero que apenas bajamos la guardia pueden volver a tocar la puerta de nuestro corazón.
Muchos son los cristianos a los que nos cuesta reconocer aquello con lo que batallamos, algunos lidian con su carácter, otros con sus emociones lastimadas o desbordadas, otros con sus deseos insaciables, otros con su dolor, otros con la falta de perdón, otros con la pornografía, otros con la lujuria, otros con la codicia, otros con un pecado oculto o una mentira. Todo verdadero cristiano batallara contra algo en particular durante toda su vida, que en alguna época de su vida fue el patrón. Si no es con su concupiscencia, puede ser algo de su pasado, o su carácter, con lo que habrá de contender toda su vida de creyente.
Esta lucha esta mediada por el descuido de lo espiritual, vivimos en un mundo caído, que provoca al creyente para que salga a flote aquello que parecía sepultado al conocer del Señor, su pecado. El creyente ha de combatir contra aquello que en algún tiempo le domino, su propia concupiscencia. De modo que no podemos descuidar la presencia de Dios en nuestras vidas, así como la lectura de las escrituras y el mantener una relación íntima con el Señor. No podemos ser complacientes con nuestra naturaleza carnal, debemos ejercer ese dominio propio que nos da el espíritu para evitar caer en medio de la tentación que proviene de aquello que deseábamos.
Siempre hay un último pecado, algo que hemos descuidado o que nos controló en algún tiempo contra lo cual no podemos relajarnos, pues es siempre una constante para el creyente que desea ir en pos de Dios.

CONCLUSIÓN

No podemos ser irresponsables y decir que no fue nuestra culpa, no podemos ser descuidados con nuestra vida espiritual, no podemos darnos el lujo de dejar de alimentar nuestra naturaleza espiritual, pues nuestra naturaleza carnal esta activa en todo momento y todo está dispuesto para alimentarla a ella.

Si nos descuidamos solo podemos encontrar tropiezos, y por último la caída. Es lo que corresponde al descuido, no podemos decir que no sabíamos, debemos saberlo, la batalla estará planteada desde el mismo momento en que nos convertimos al Señor. En mi tierra hay un dicho: “soldado advertido no muere en guerra”, somos soldados en una batalla espiritual, que se libra dentro y fuera de nuestro ser, pero aunque no podamos controlar lo exterior, si podemos tener el control de lo que sucede en nuestro interior.

Oremos, Señor, ayúdanos en medio de nuestra debilidad, en medio del tedio espiritual, en medio de la batalla contra aquello que no deseamos tener en nuestras vidas, ayúdanos a vivir una vida santa, para mantenernos en comunión, perdona nuestras ofensas y si hemos caído, no permitas que nuestros corazones se endurezcan por el pecado y que podamos ir al arrepentimiento con diligencia, ayúdanos en tu amor y gracia, amen.





miércoles, 11 de noviembre de 2015

ESTUDIO BÍBLICO 1 TIMOTEO 3


ESTUDIO  BÍBLICO
Por Camilo A. Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe

1Ti 3: 1   Se dice, y es verdad, que si alguno desea ser obispo, a noble función aspira.
La palabra "obispado" hace referencia al oficio y servicio que la persona entregaba a la congregación a la que asistía, y la palabra "desea" no es la mejor traducción, también puede traducirse como esforzarse por algo, de modo que aquellos que se esfuerzan por servir en la congregación a noble función aspiran.
1Ti 3: 2   Así que el obispo debe ser intachable, esposo de una sola mujer, moderado, sensato, respetable, hospitalario, capaz de enseñar;
Pero quien se esfuerce por servir, primero debe hacerlo para consigo mismo y con su familia, para que al final es servicio u oficio que realice solo sea una prolongación de lo que se es. Muchos se esfuerzan por ser algo en la iglesia, que no son en sus hogares, y las escrituras nos confrontan con esa hipocresía. Quien es esposo sabe el pacto que se ha realizado con Dios de entrega y amor incondicional con la pareja, la moderación no debe ser en todo lo que haga y diga pues sus palabras y acciones son ejemplo, debe ser intachable porque siempre se encontraran enemigos que usen su conducta para reprocharle, debe tener la sensatez y prudencia para vivir con dominio de sí mismo, debe ser respetable, ordenado, y siempre dispuesto a servir, a ser hospitalario, a enseñar pues son muchos que por envidia,
1Ti 3: 3   no debe ser borracho ni pendenciero, ni amigo del dinero, sino amable y apacible.
Un borracho o pendenciero son personas que viven en división y conflicto consigo mismo en todo momento, sus mentes no están libres, sino cautivas por sus propios conflictos. Quien no puede manejar el dinero siempre este será una tentación que le hará perder los estribos. Debe ser amable y manso, para recibir corrección, exhortación y para que sobre él se pueda delegar autoridad, de lo contrario siempre habrá problemas .
1Ti 3: 4   Debe gobernar bien su casa y hacer que sus hijos le obedezcan con el debido respeto;
Quien no puede ejercer la autoridad en su propio hogar, será imposible ejercerla en otro lugar, pues primero debe ganarse el respeto y el amor de los suyos para que pueda ejercer cualquier tipo de autoridad. La autoridad solo puede ser ejercida mediante el amor y el servicio.
1Ti 3: 5   porque el que no sabe gobernar su propia familia, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?
Aquel que no sabe ocuparse de los suyos, poco o nada se preocupara por servir a otros.
1Ti 3: 6   No debe ser un recién convertido, no sea que se vuelva presuntuoso y caiga en la misma condenación en que cayó el diablo.
La autoridad debe ser delegada a alguien con la madurez para poder ejercerla en amor y servicio, porque al sentirse en una posición y con poder su naturaleza carnal puede ser seducida para destrucción.
1Ti 3: 7   Se requiere además que hablen bien de él los que no pertenecen a la iglesia, * para que no caiga en descrédito y en la trampa del diablo.
Esta advocación es muy interesante pues no solo debe tener un buen nombre o fama de servicio ante los que pertenecen a la congregación, sino también para aquellos de afuera, para que no sea desacreditado y caiga en el juego de desgaste de las tinieblas.
1Ti 3: 8   Los diáconos, igualmente, deben ser honorables, sinceros, no amigos del mucho vino ni codiciosos de las ganancias mal habidas.
Los diáconos o ayudantes deben ser serios, honestos, respetables, no dados a la bebida, ni codiciosos de las ganancias deshonestas.
1Ti 3: 9   Deben guardar, con una conciencia limpia, las grandes verdades  de la fe.
Cualquiera que anhele poner su vida al servicio de Dios, debe hacerlo con una conciecia limpia, que no le acuse de hacer o pensar lo incorrecto, sino que viva en un arrepentimiento continuo y en un perfeccionamiento de su ser poniendo por obra las grandes verdades de la fe, que son: el arrepentimiento, el amor, la salvación y la vida eterna.
1Ti 3:10   Que primero sean puestos a prueba, y después, si no hay nada que reprocharles, que sirvan como diáconos.
Se debe probar el carácter del obrero de Dios para que después no se sufra y se viva reprochándoles su mal servicio.
1Ti 3:11   Así mismo, las esposas de los diáconos * deben ser honorables, no calumniadoras sino moderadas y dignas de toda confianza.
La familia es el eje fundamental de la sociedad, y de la congregación, por lo tanto si el hombre sirve la esposa también debe ser reconocida como una mujer respetable y digna de confianza. Pero cuando se evidencia lo contrario puede ser piedra de tropiezo para su cónyuge y su servicio.
1Ti 3:12   El diácono debe ser esposo de una sola mujer y gobernar bien a sus hijos y su propia casa.
El que ayuda en el servicio ara con la congregación debe tener unas características que evidencien su trasformación, su amor, y la autoridad que le ha sido delegada por Dios primero para con su hogar y luego para con la congregación.
1Ti 3:13   Los que ejercen bien el diaconado se ganan un lugar de honor y adquieren mayor confianza para hablar de su fe en Cristo Jesús.
Quienes ayudan en el servicio pueden aspirar sin esperar nada a cambio, por el honor de servir a la causa, y compartir de su fe, de lo que les ha sido revelado en Dios, para evitar dar autoridad a personas que con su falsedad buscar generar contienda y división.
1Ti 3:14   Aunque espero ir pronto a verte, escribo estas instrucciones para que,
Pablo entiende que para tratar con el corazón del discípulo se necesita tratar con el alma, y ​​es la trascendencia de esta que el hombre puede llegar a ser uno con Cristo.
1Ti 3:15   si me retraso, sepas cómo hay que portarse en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad.
La iglesia son aquellos que pertenecen a Dios como columna y fundamento de la verdad, mientras que la congregación es la reunión a la que asistimos para aprender. Todos los que aspiran a servir en la congregación deben conocer de antemano los requisitos que Dios dispone para ayudar, no todos pueden hacerlo.
1Ti 3:16   No hay duda de que es grande el misterio de nuestra fe:  Él  se manifestó como hombre;  fue vindicado por  el Espíritu, visto por los ángeles, proclamado entre las naciones, creído en el mundo, recibido en la gloria.

Sin lugar a dudas todo aquel que conoce y entiende la verdad por gracia sabe lo difícil que es comprender el misterio que se oculta a los ojos del incrédulo; una manifestación sobrenatural en forma de hombre, justo e inocente en el Espíritu, presentado a los mensajeros, predicado y pregonado a los pueblos, confiado al mundo, llevado o recibido en gloria.

lunes, 9 de noviembre de 2015

TIEMPO DE REFLEXIÓN


TIEMPO DE REFLEXIÓN 
Por Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe

En una ocasión, un rey de un lejano país, pensando en que era necesario que su pequeño hijo conociera las necesidades de su Pueblo, tomó al pequeño heredero y lo llevó a dar un paseo por el campo. "Hijo, quiero que conozcas lo que es la pobreza. Algún día serás rey y te servirá esta experiencia para poder conducir mejor tu Reino".
Tomó entonces al pequeño Príncipe y lo llevó a dar un largo paseo en el carruaje real. En el camino, el pequeño observaba las casas, los otros niños, las parcelas de cultivo. En un punto del camino, pararon en una casa escogida al azar y se acercaron a saludar a los súbditos que ahí moraban, y entre los que se encontraban unos alegres niños que correteaban y jugaban con su perro mascota. Sorpresivamente fueron invitados por los dueños de esa humilde vivienda a compartir con ellos sus precarios alimentos, los cuales degustaron todos con alegría.
Nuevamente emprendieron su camino por aquellas vías del Reino y pronto los sorprendió la noche. Entonces el rey decidió empren­der el regreso a Palacio. Al llegar a su residencia, el padre pregun­tó al pequeño: "Ahora has conocido lo que es la pobreza. ¿Qué me puedes decir al respecto?". Lo que el pequeño soberano con­testó, dejó al padre absorto: "Padre, gracias por esta gran lección que me has dado. He podido apreciar la paz y felicidad con la que vive la gente... He sentido la frescura del campo, la belleza de la libertad, la armonía que se vive en sus hogares. Qué dicha poder admirar el cielo como se ve en los campos, qué alegría ver las aves volar por los cielos, los animales correr por la campiña. Cómo quisiera yo poder tener una mascota con quién jugar. Cuánto desearía tener unos hermanitos como aquellos con los que compartí la comida.
Sería inmensamente feliz si todos los días pudiera admirar la puesta del sol como hoy y nuestros súbditos la aprecian todos los días...Qué razón tenías padre, cuánta riqueza hay en el Mundo, y cuánta pobreza nos aqueja a los príncipes... Gracias, padre por haberme permitido darme cuenta cuán pobres somos y cuán ricos son nuestros súbditos. Espero que ellos me permitan compartir su riqueza cuando yo sea su rey".
Ciertamente la visión humilde de los niños nos enseña y descubre riquezas que en los adultos nos es difícil apreciar.

Pro 28:27  El que ayuda al pobre no conocerá la pobreza; el que le niega su ayuda será maldecido.

La verdadera riqueza no está en el dinero, si pudieras descubrir las riquezas de la vida espiritual, sus insondables caminos, la riqueza de conocer la verdad y terminar la búsqueda, entonces conocerías la verdadera riqueza en donde abundan la paz, el gozo y el amor. La riqueza de este mundo consume a quienes la poseen, pocos pueden controlarla y administrarla a su favor, mientras la gran mayoría son controlados por ella, sus deseos de poder y control no tienen límite y les destruyen. Esta historia nos lo recuerda, quien vive con todos los privilegios tarde o temprano se dará cuenta de su pobreza, si en algún momento por la gracia divina puede ser consciente de ello, el padre de este joven, siendo rey reconoce la necesidad de enseñar a su pequeño hijo la verdad, aunque conoce la riqueza, también reconoce la riqueza de aquellos que aunque no lo tienen todo, pueden disfrutar la vida más allá de lo que ellos en algún momento podrán. El pasaje de la biblia nos ayuda a meditar en este aspecto de la vida, no basta con darse cuenta de la pobreza y necesidad del prójimo, si al darte cuenta no surge en ti el profundo anhelo de ayudar y servir, entonces aun permaneces en la inconciencia la verdad no ha penetrado lo suficiente para volcarte a la acción, en donde el amor se hace evidente. Quien no atiende al llamado que hace la pobreza al corazón del hombre se maldice a si mismo con egoísmo, encerrándose en su propio mundo y perdición.

GUÍA DE ESTUDIO
Que surge en tu corazón cuando piensas en dinero?
Que surge en tu corazón cuando ves la pobreza?
Que es la pobreza para ti?

Que es la riqueza para ti?

domingo, 8 de noviembre de 2015

PREDICA DOMINICAL - LA SABIDURÍA


NUESTRA PREDICA DOMINICAL
Por: Camilo A. Sastoque M.
Ministerio Unidad de la Fe

LA SABIDURÍA

PASAJE:
Santiago 3:13-17  ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros?  Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón,  no os jactéis,  ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto,  sino terrenal,  animal,  diabólica. Porque donde hay celos y contención,  allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura,  después pacífica,  amable,  benigna,  llena de misericordia y de buenos frutos,  sin incertidumbre ni hipocresía.

INTRODUCCION
¿Qué es la sabiduría?, el diccionario lo define como un conjunto de conocimientos que se adquieren mediante el estudio y la experiencia, otra definición dice que es la facultad de las personas para actuar con sensatez, prudencia o acierto, pero ¿es esta la sabiduría de la que Dios habla en las escrituras?
La biblia menciona que existen dos tipos de sabiduría: una terrenal y una espiritual (o divina). La terrenal no pertenece a Dios, pertenece al ámbito de lo natural y lo diabólico como lo expresa el v.15 del pasaje, esta sabiduría aunque parezca brillante, no lo es, su fin es destrucción, pues solo produce celo, amargura, incertidumbre, hipocresía, contención, jactancia y mentira.
Pero entonces ¿cuál es la sabiduría divina, esa que proviene de lo alto?, si bien es cierto la sabiduría se evidencia en la facultad que tiene una persona para actuar con paz, benignidad, misericordia, y está llena de buenos frutos, la sabiduría de Dios tiene que ser, antes de poder hacer todo lo que ella muestra.
DESARROLLO
Las escrituras son claras en mostrarnos a Cristo como la sabiduría de Dios (1Cor 1:10), el temor de Dios como el comienzo de la sabiduría (Salmo 111:10, Prov. 1:7), la sabiduría como un don de Dios (Prov. 2:6) y la necesidad de esta para obrar conforme al propósito de Dios.
Pero en realidad, ¿comprendemos lo que ella significa?, creo firmemente que no, y quiero ayudarte a descubrirlo. La sabiduría de Dios es la mente de Cristo operando en el hombre, no dice la escritura en 1Co 2:16 “Porque  ¿quién conoció la mente del Señor?  ¿Quién le instruirá?  Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”. Cuando recibimos al Señor como nuestro Señor y salvador, nos hacemos participes de su naturaleza, y en ella está incluida la mente de Cristo, una mente espiritual en unidad con la nuestra que nos permite operar conforme al propósito de Dios en amor.

Saber no es lo mismo que conocer, como correr no es lo mismo que caminar. El hombre cree saber, pero él solo puede conocer. El saber es superior, más profundo, para saber algo necesitas experimentarlo en tu interior, el conocimiento proviene de lo exterior, le conocimiento te es entregado, el saber llega por intuición, esta es la sabiduría de lo alto.
Obrar con sabiduría no es posible para el hombre natural, solo para el hombre espiritual, aquel que se ha entregado a Dios con devoción para ser trasformado, recibiendo el regalo de su gracia, para poner por obra sus mandamientos y cumplir con el propósito encomendado.

CONCLUSIÓN

Quienes buscamos de Dios, necesitamos de esta sabiduría para ser antes de hacer, solo cuando nuestra mente está llena de la mentalidad de Cristo podemos ser efectivos en lo que hacemos para Dios.

Para que nuestra mente reciba la mente de Cristo, debe ser sometida por el dominio propio para reconocer en la medida de su gracia, cuando la mente de Cristo nos guía y estimula para obrar. Al someterla dejamos de lado toda incredulidad, todo negativismo, toda pesadumbre, toda perturbación, todo celo, toda contienda, en fin, todo aquello que no proviene de la naturaleza divina. Al saber mediante la sabiduría divina, dejamos de lado toda limitación de la mente que nos impide ver lo terrenal desde la perspectiva divina.

Oremos, Señor pedimos y clamamos porque tu sabiduría sea depositada en abundancia sobre nosotros, para que podamos tener la mente de Cristo y obrar conforme a tu voluntad, anhelamos cumplir el propósito que has dispuesto para nosotros, pero sabemos que sin sabiduría ello será imposible, permítenos consolidar nuestro desarrollo en tu gracia, para saber conforme a la naturaleza divina. Amen.



domingo, 1 de noviembre de 2015

PREDICA DOMINICAL .. EL TEMOR DEL SEÑOR


PREDICA DOMINICAL
Por: Camilo A. Sastoque M.
Ministerio Unidad de la Fe

EL TEMOR DEL SEÑOR

PASAJE
Pro 1:7  El principio de la sabiduría es el temor de Jehová

INTRODUCCIÓN

Siempre me pregunte: ¿porque se habla más de las bendiciones de Dios, de los milagros, de la prosperidad?, que del arrepentimiento, las consecuencias del pecado, la obediencia y  la santidad sin la cual nadie verá a Dios, su mensaje nunca pareció congruente.
La iglesia hoy en día prefiere oír sermones de acuerdo a sus gustos y necesidades superficiales, antes de conocer a Dios y esto no puede seguir así. La iglesia de hoy no teme al Señor, y tengo que decirlo con tristeza, son capaces de abandonar su hogar, de tomar decisiones egoístas, por su supuesta felicidad.
El énfasis de la iglesia debe seguir siendo el que Jesús mismo nos enseñó: “Id y haced discípulos a la naciones, enseñándoles todo lo que yo les he enseñado”. ¿Qué estamos enseñando?, ¿se parece nuestro mensaje al mensaje de Cristo?, ¿la iglesia predica con el mismo temor del Señor con que lo hacían los apóstoles?, ciertamente no.
Hoy quiero hablarles de un tema que hace parte de los fundamentos de la fe. El temor del Señor

DESARROLLO

Todo hombre le teme a algo, existen tantas fobias como nombres para estas, pero fuera de Dios, el temor que prevalece y del cual se fortalecen los demás, es el miedo a morir, si estudias en profundidad el temor, al final llegaras a esta conclusión. Pero si estas con el Señor, entonces debes temer al Señor, desde allí comienza la sabiduría (Prov. 1:7), pero también comienza una vida de rectitud y acción en el nombre del Señor.
¿En qué consiste el temor del Señor?, en aborrecer el mal (Prov. 8:13), entonces porque la iglesia no aborrece el mal, lo consiente en su casa, en sus hijos, en sus propias vidas. Porque no hay temor del Señor, nadie le valora y respeta por lo que él es. Pocos llegan a confiar en el Señor porque son faltos del temor del Señor (Prov. 14:26).
Quien llega a ser sabio por el temor del Señor, entonces se aparta de la maldad, la aborrece con todo su ser, no la soporta y sus acciones corresponden a ese sentimiento.

La iglesia en la antigüedad andaba en este temor, temían desobedecer a Dios, temían predicar algo contrario a Dios, temían obrar de forma diferente a como Dios quería. Miremos en Hechos 9:31 “Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo”.

Pero el temor que antes soportaba a la iglesia en la verdad y la integridad, ahora ha desaparecido, la iglesia ha sido consumida por la vanidad, el engaño y la mentira. Pocos escudriñan las escrituras porque prefieren comer entero lo que se les enseña desde el pulpito. Otros prefieren vivir de la espiritualidad de sus líderes, sin comprometerse con la obra, pensando que es que ese no es su llamado. Entonces iglesia, ¿cuál es tu llamado?, si no es el predicar la verdad y ser testigos de la verdad a toda la humanidad.

Por eso dice en 2Co 5:11 “Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras conciencias”. Los predicadores en la antigüedad temían desobedecer a Dios, muestra de ello fueron Ananías y Safira, quienes desobedecieron a Dios y murieron.

Como predicador debo dar a conocer las dos caras de la moneda que revelan el carácter y la santidad de Dios, debo hablarles del amor de Dios, pero no puedo dejar de hablar de la severidad con la que Dios juzga las obras de los hombres.

CONCLUSIÓN

¿Dónde está la iglesia que es capaz de ver tal santidad dentro y fuera de la congregación?, donde están los hermanos que abandonan el pecado y siguen a Cristo.
Donde está la pasión por Dios, donde el temor de Jehová que surtía efecto en aquellos que servían a Dios para obrar conforme a su voluntad.

Donde está tu temor de Dios para consagrarte. Muchos temen más a consagrarse que a podrirse en el infierno, la iglesia teme más a lo que diga la gente que a Dios, tememos más a nuestros compromisos que a hacer la voluntad divina.

Dios está llamando a una iglesia que con temor reverente, con el respeto y la verdad se levanta para predicar el mensaje correcto, en el tiempo que él lo ha indicado, abandona todo aquello que te impide vivir para Dios con temor y temblor, abandona el pecado que carcome tu ser, abandona el engaño de este mundo y la vanidad que viene con él.
Es tiempo de consagración, de devoción profunda para vivir y servir.

Oremos, Señor clamamos por que el temor que habías puesto en nuestros corazones por ti vuelva a ser injertado en nuestro ser, para que dejando de temer al mundo, temamos a aquel que puede consumir el alma, para que con ese mismo temblor obremos con amor, y consagremos nuestras vidas a ti. Amen.