Por: Camilo A. Sastoque M.
Ministerio Unidad de la fe
NO TEMERE MAL ALGUNO, PORQUE TU ESTAS CONMIGO
PASAJE:
Psa 23:4 Aunque ande en
valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estás conmigo;
Tu vara y tu cayado me
infundirán aliento.
INTRODUCCION
Cuando niños, nos dábamos
cuenta que cuando alguien mayor, podían ser nuestros padres o algún familiar,
nos respaldaba, nos sentíamos seguros de poder hacer cualquier cosa, aun de
enfrentar a aquellos compañeros que nos molestaban en el colegio.
Porque cuando estamos
acompañados, es más difícil que podamos sentirnos desprotegidos y temerosos, si
tenías miedo en la noche, de seguro corrías a la cama de tus padres para
sentirte protegido(a), aun hoy, muchos, ya mayores, continúan sintiéndose temerosos
al estar solos, el enfrentarse a la oscuridad, o aun a la soledad, y es allí donde
el temor surge, en la desconfianza, en la soledad, en el sentirse desprotegido
y sin compañía, donde el enemigo puede atacar tu mente, tus emociones, para
destruir tu vida.
Algunos viven y experimentan
estos temores, para fortalecerse en el Señor, otros, tan solo se pierden en el vacío
y la incertidumbre que genera el temor en sus mentes y emociones, para vivir
una vida llena de angustias, afanes, soledad, temor y tristeza.
DESARROLLO
David, quien escribió el salmos
23, sabía lo que escribía en este precioso salmo, sabia de lo que estaba hablando,
había experimentado el temor al enfrentar un gigante (muchos dirán que no sintió
temor porque estaba con Dios), otras veces al enfrentar persecución por parte
de Saúl un rey que le tenía envidia y quería acabar con su vida, pero todos
hemos de experimentar temor en nuestras vidas, unas veces mayor, otras veces
solo un poco, pero lo interesante del caso, es como reaccionas ante el temor,
porque de seguro golpeara a tu puerta, en algún momento experimentaras estos
valles de sombra de muerte, puede ser por una enfermedad, por la pérdida de
alguien cercano, por enfrentarte a predicar la verdad, por tu trabajo, en algún
momento sea cual sea la situación te enfrentaras al temor y ¿qué harás?, ¿dejaras
que te atrape?, ¿que destruya tu confianza? O ¿te enfrentaras a él con valentía?.
David nos da la clave, en sus
muchas angustias, o valles de sombra de muerte, el solo aprendió a confiar en
el Señor, aprendió que no estaba solo, que el Señor, siempre está con él, en
sus muchas experiencias como pastor, Dios le acompaño a enfrentar leones, y animales
salvajes, eso debió poner a prueba su confianza; el temor es solo una
oportunidad para que confíes con más entrega en el Señor, toda situación que te
enfrenta con el temor, te da la oportunidad de confiar o desconfiar, en ti está
el elegir que decides, si no confías, enfrentaras tu vida lleno de
incertidumbre, cada decisión se volverá una carga, cada situación se hará mas difícil
de enfrentar, pero si decides confiar, entonces sabrás que Dios está contigo, serás
consciente de su presencia de continuo en tu vida, el temor no encontrara
cabida en tu corazón, porque el estará lleno de esa confianza, por eso David
dijo: “no temeré, porque tú estás conmigo”.
Has visto personas que le temen
a todo, hasta a montarse en una moto?, o ¿salir a caminar?, sí, yo conozco
muchas, aun, que le temen a cosas insignificantes y viven sus vidas llenas de
estos temores, otros, solo están experimentando esos valles de sombra de
muerte, si eres uno de ellos, ¡despierta!, Dios quiere traer libertad a tu
vida, no más cautividad para tu mente y tus emociones, no permitas que el temor
encuentre cabida, la cual se da, cuando desconfías en la provisión de Dios, en
su amor, porque la escritura menciona 1Jn
4:18 “sino que el amor perfecto echa
fuera el temor. El que teme espera el
castigo, así que no ha sido
perfeccionado en el amor”. Necesitas ser perfeccionado en un amor que confía,
que se entrega, que no permite que el temor le gane la batalla por más pequeña
que esta sea, porque cualquier cabida que le demos, terminara por llevarnos a
caer en sus garras.
CONCLUSION
Si estas enfrentando alguna situación
que saque a flote el temor que has soportado toda tu vida, es el momento
oportuno para enfrentarlo, sabiendo que Dios está contigo, tu vara y tu cayado
nos infundirán el aliento necesario para la batalla.
Permite que el amor de Dios te
lleve a confiar en Él, no en tus fuerzas, el temor no se enfrenta de esta
manera, en nuestras fuerzas es imposible lograrlo, pero no confiamos en las
nuestras, sino, en las de Dios, poderosas para trasformar nuestras vidas y
liberarnos de toda opresión en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Oremos, Señor, es tiempo de
reconocer que hemos permitido que el temor haga mella en nuestras vidas, hemos
perdido muchas batallas, por esa autoconfianza que proviene de nuestras almas,
mas ahora, comprendemos que al ser conscientes de tu presencia sobre nuestras
vidas, podemos enfrentar cada desafío que se nos presenta porque tu vara y tu
cayado nos dan aliento, ya no confiamos en nuestras fuerzas limitadas, sino, en
el poder ilimitado que brota de tu Espíritu hacia nosotros, rechazamos todo
argumento que el temor haya puesto en nuestras mentes y corazones, echamos
fuera todo espíritu de temor, y decidimos aprender a confiar en ti, sea la situación
que sea, Señor, fortalece nuestro ser interior, y permítenos confrontar el
temor en nuestras vidas, para dar gloria a tu nombre, amen.
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