PREDICA DOMINICAL
Por: Camilo A. Sastoque M.
Ministerio Unidad de la Fe
DE
DONDE NACE NUESTRA ORACION
PASAJE:
Santiago
1:6 Pero que pida con fe, sin dudar,
porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el
viento.
Como
todo en nuestro ser, cada pensamiento, cada argumento, cada emoción, tiene un
origen, algunos de ellos, provienen de lo que hemos aprendido, de lo que se nos
ha enseñado, y otras por el ejemplo que hemos recibido, pero todo siempre,
cuenta con un origen.
De
igual manera, toda oración también tiene una fuente, un origen, que es en
realidad, lo que hay en nuestro interior; durante años he visto hombres y
mujeres que sufren al no encontrar respuestas a su oración, y eso dio vueltas
en mi mente durante este tiempo, hasta
que empecé a comprender, que nuestra oración surge de lo que hay en nuestro
interior, también tiene un origen, una fuente.
Esa
fuente es la que determina que esta oración que realizamos, llegue a Dios y sea
respondida, o que se quede tan solo en palabras; el origen, determina el punto
al que esta oración llega y lo que puede hacer realmente.
DESARROLLO
El
versículo de hoy nos lleva a pedir con fe, sin dar lugar a la duda, ¿Por qué?,
porque el origen o la fuente de la oración determinara su resultado, cuando
pedimos, lo que pedimos y como lo pedimos muestra en realidad la fuente de
nuestra oración.
Y
la oración solo tiene 2 orígenes posibles, uno es la confianza o la fe, y el
otro es la desconfianza en donde encuentra cabida, el temor, la duda, la
ignorancia, la angustia, el afán, el dolor, y la desesperanza; dependiendo de cuál
de estas fuentes provenga nuestra oración, de ello, dependerá que la oración
produzca fruto en nuestras vidas.
Si
tu oración nace de la fe, y la confianza que existe en la relación que profesas
para con Dios, tu oración, mostrara ser una oración confiada, que no tiene puestas
tus esperanzas en el resultado, sino que esta puesta, primero en Dios; pedirás,
porque Dios te ha dado la oportunidad de que lo hagas, pero pedirás confiado,
porque, sabes que tienes un padre que te cuida, que quiere lo mejora para ti,
que aunque no responda toda oración en tu tiempo, sabes que lo hará de la mejor
manera (efesios 3:20), y por sobre todo dando gloria a Su nombre.
Pero
la gran mayoría de personas, no llegan a la oración con esta actitud, llegan más
bien, con una relación fraccionada, ocasional; en donde la confianza no ha
surgido, entonces piden, con desconfianza; su oración surge del temor, del ego,
de la angustia y el afán, del dolor, de la tristeza; piden, no porque quieran
alinearse con el propósito divino, sino, porque quieren que sea hecha su
voluntad; porque buscan satisfacer sus deseos, o porque le tienen miedo a algo;
muchos piden sanidad, temiendo las consecuencias de la enfermedad, otros piden
bendición, temiendo las consecuencias de la pobreza, otros tan solo piden para
satisfacer sus deseos carnales, en los cuales, no hay confianza; tienen una
relación impersonal con Dios, no le conocen, porque si le conocieran, entonces
la fe surgiría, la confianza seria la fuente de sus oraciones y la verdad se
haría evidente a sus vidas.
CONCLUSION
¿De
dónde proviene tu oración?, de la confianza que tienes en Dios, o de la
desconfianza que surge al tener que pedirle a alguien que no conoces;
dependiendo de la fuente, estará tu reposo en la oración, allí también estará
tu gozo y tu justicia, porque ya no depende de tus esfuerzos, de tus palabras,
depende de tu confianza en Dios y de confiar en que el hará.
Es
tiempo de que despiertes, has permitido por ignorancia o por desconfianza, que
tu oración provenga de una fuente que no producirá fruto en tu vida; es tiempo
de que cambies la fuente de tu oración, y permitas que tu oración se fortalezca
en el conocimiento y la revelación de Dios a través de las escrituras, solo
ellas pueden llevarte a conocerlo, para poder tener una fuente viva, de la cual
solo pueda provenir la confianza para esperar, para entender y dar fruto en la
oración.
Oremos,
Señor, permite que nuestra oración se fortalezca en la confianza que ha surgido
de nuestra relación, permítenos conocerte, para poder confiar cada día mas,
permítenos mantenernos en tu presencia, para poder orar desde la fuente
correcta, una fe que aunque pequeña, sea capaz de mover montañas en tu nombre,
gracias, amen.
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