Un maestro quería enseñarles una lección a sus
alumnos. Les dio la oportunidad de escoger entre tres exámenes, uno de 50 preguntas,
otro de 40 y un último de 30. A los que escogieron el de 30 les puso una
"C" sin importar que hubieran contestado todas bien. A los que
escogieron el de 40, les puso una "B" aún cuando más de la mitad
estuvieran incorrectas. Y alas que escogieron el de 50, les puso una
"A" no obstante que se hubieran equivocado en casi todas. Los
estudiantes no entendían. El maestro respondió: "Queridos alumnos, no
estaba examinando sus conocimientos, pero sí su determinación de
apuntarle a lo alto".
Le apunto a
lo alto, sabiendo que así estaré más cerca de mis sueños, que si me conformo
con pequeños objetivos. Le apunto a lo alto, sabiendo que Dios me ha capacitado
para florecer donde estoy ahora, si busco dar mi mayor esfuerzo. Le apunto a lo
alto, con fe en que Dios terminará la obra que comenzó en mí, si prosigo
adelante con determinación y no me doy por vencido.
“Dios, según
su bondadosa determinación, es quien hace nacer en ustedes los buenos deseos y
quien los ayuda a llevarlos a cabo" (Flp 2,13).
Apuntarle a lo alto es querer lo mejor de Dios para mi
vida, reconocerlo no es fácil, porque hemos aprendido a priorizar cosas sin
importancia real en nuestras vidas, a veces valoramos más las metas, el
trabajo, o los deberes que el fortalecimiento de nuestro ser con la Biblia,
valoramos más los éxitos laborales, materiales, que los avances en nuestra propia
santidad con Dios, es cierto que Dios hace nacer buenos deseos en nuestro
corazón, pero también nuestro corazón hace surgir por nuestra vieja naturaleza
deseos egoístas de éxito personal que terminan destruyendo, vidas, matrimonios,
y amistades, que tus metas siempre vayan de la mano de Dios, que su guía sea indispensable
en el orden en que estableces lo que seas alcanzar, para que evites a toda
costa tu ruina espiritual a costa de tu éxito en el mundo. Si cuentas con la
ayuda de Dios, podrás lograr cosas extraordinarias para su gloria y honra, si
el dar gloria y honor a Dios no está dentro de tus planes de éxito, entonces
tus planes no provienen del corazón de Dios y aunque tengas éxito, lo que
lograras será apartarte del propósito divino para tu vida, por eso siempre que
apuntes a lo alto, que tu tope este marcado por la obediencia a los preceptos
de Dios y a su guía. Para muchos es más fácil apuntar a lo fácil, lo simple, lo
que no genera ninguna complicación pues el esfuerzo que se requiere es mínimo,
pero esta misma forma de actuar no previene para lograr los desafíos que Dios
pone en nuestras vidas, nos evita el poder crecer en medio de la prueba y nos
convierte en títeres de fácil manipulación, que tu vida no sea igual, buscando
una salida fácil a las dificultades de tu matrimonio como la separación, o un
trabajo esclavizante solo porque ganas más dinero cuando puedes descuidar a tu
familia, Dios siempre dispone en tu vida de la opción correcta a seguir, sigue
tu corazón y no tus impulsos emocionales, para que no te equivoques o culpes a
Dios por cosas en las cuales nunca le tuviste en cuenta antes.
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