OREN LOS UNOS POR LOS OTROS
Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.
INTRODUCCION
La oración es una disciplina que debemos forjar con mucha perseverancia, pues son muchas las falts que tenemos para con la oración. Con mucha frecuencia abandonamos esta disciplina debido a las ocupaciones y situaciones que vivimos día a día. Por eso es muy importante el que siempre estemos llamando a la oración y esto no podía ser diferente para la pareja.
Son muchas las ocasiones en las que decimos cuan importante es orar por el cónyuge, sin embargo nos encontramos muchas veces orando por nuestras necesidades, el ministerio, el trabajo y los problemas, y muy poco por nuestro cónyuge, como si ya hubiera sido suficiente con casarnos con el o ella.
Los problemas en pareja son muchos y variados, de allí que sea muy necesario que busquemos a Dios en oración para soltar las cargas, perdonar las ofensas y para pedir por nuestro cónyuge, sus problemas y necesidades. Si pretendemos que con estar casados y tratar de vivir correctamente es suficiente puede que te veas avocado a tener muchos problemas con tu cónyuge.
DESARROLLO
Como la vida en pareja no es fácil, y esta llena de desafíos, la oración tiene que estar presente. El versículo que da comienzo a esta predica para matrimonios, nos habla de orar los unos por los otros, algo que no solo era practicado dentro de la iglesia, sino también dentro del hogar, el esposo necesita de la oración de su esposa, y la esposa igual, no podemos pretender querer vivir en paz en el hogar sin oración, el enemigo anda como león rugiente buscando a quien devorar sus hogares predilectos son aquellos donde no hay oración, o donde esta se descuida.
un hogar que no ora es frágil y pronto vera las consecuencias de no permanecer en la oración, la oración es eficaz para todo, para que Dios transforme el corazon de un hijo rebelde, para que Dios transforme un hombre pecador en uno santo, o a una mujer pecadora en una santa, así como para reflexionar y soltar las cargas de los problemas diarios que surgen en el hogar y la pareja.
Nuestro cónyuge necesita de nuestra oración, necesita que oremos por el o ella, así como Pablo pidió con frecuencia que oraran por el para cumplir con su ministerio, necesitamos hombres y mujeres que oren por sus cónyuges para que cumplan con sus roles y eviten inconvenientes, para que oren por el temperamento de sus cónyuges para que la vía en la pareja sea mas llevadera, y para que el gozo de Dios permanezca.
La oración no es brujería, no podemos orar pidiendo que Dios haga algo en nuestra pareja que nosotros mismos no estamos dispuestos a cambiar, no podemos pedir que sean como nosotros queremos, o que nos den lo queremos, mas bien podemos pedir que se cumpla la voluntad divina sobre sus vidas, y que ellos puedan ser como Dios quiere que sean, seguramente así, tendremos aun mas de lo que pedimos. La oración tampoco es manipulación, por eso no debemos permitiré que la oración se convierta en una quejadera o una forma de manipular al cónyuge.
Nuestros hogares necesitan sanidad del odio, del rencor, de la falta de perdón, de la envidia, de la inmadurez, de la codicia, de la lujuria, del pecado, de la mentira y muchas mas cosas con las que debemos lidiar, y la oración es la cura para todas ellas.
CONCLUSIÓN
Si verdaderamente anhelamos un hogar digno de la gloria de Dios, no podemos descuidar la oración. Es ella la que impregna el hogar de paz, gozo, bendición y amor. sin ella estamos a la deriva en un mar de incongruencias, liviandad y problemas.
Veo a muchas parejas quejándose por sus cónyuges, pero me pregunto, cuanto oraran por ellos, aun yo mismo he fallado a esta ordenanza y he visto los pobres resultados en mi propia relación de pareja, por ellos les insto a continuar orando aun cuando parezca que no hay resultados, aun cuando queremos botar la toalla, les animo a perseverar, pues tarde o temprano veremos el resultado de la oración eficaz, y viviremos en una relación matrimonial armoniosa.
Siempre buscamos un culpable de lo malo, y casi siempre el primer culpable de nuestras desgracias, aunque no sea cierto, pasa a ser nuestro cónyuge, en vez de buscar culpables, busquemos al Señor y que sea él quien ns ayude a determinar la culpabilidad, seguramente encontraremos que también nosotros poseemos gran parte de la culpa y procuraremos orar por nuestro cónyuge para que las cosas mejoren.
Oremos, Señor perdona nuestra omisión para orar por nuestro cónyuge, sabemos que lo necesita y aun así le abandonamos, aunque decimos amarle, perdona nuestra impaciencia y nuestra inconstancia, queremos servir al propósito de nuestro hogar y sabemos que la oración tiene mucho que ver en ello, por eso ayúdanos a orar conforme a tu voluntad para que nuestra pareja sea bendecida y juntos podamos glorificar tu nombre, amen.
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe
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