ALÉJATE DE LA LUJURIA
Eze 24:13 En tu inmunda lujuria padecerás, porque
te limpié, y tú no te limpiaste de tu inmundicia; nunca más te limpiarás, hasta
que yo sacie mi ira sobre ti.
Isa 57:5 Entre los robles, y debajo de todo árbol
frondoso,
dan rienda suelta a su lujuria;
INTRODUCCION
La lujuria es un pecado con el que muchos creyentes
luchan durante toda la vida. Pero que es la lujuria, el diccionario define la
lujuria como deseo y actividad sexual exacerbados o sin control.
Este es uno de los pecados que más destruyen
hogares en nuestros días, los hombres y mujeres por igual hoy luchan con deseos
sexuales que les fueron impuestos por una sociedad que corrompió la sexualidad
con la pornografía y el auto-placer (masturbación).
Es cada vez más frecuente que se evidencien casos
de siervos, pastores y líderes que han caído en pecado por fornicación,
adulterio o pornografía. Desde muy temprana edad se nos estimula visualmente y
sensualmente para despertar en el hombre y la mujer su sexualidad, y cada vez
también es más frecuente los casos de abuso sexual por padres, familiares o
conocidos.
Este es un mundo lleno de lujuria, el hombre y la
mujer han aprendido a mirarse con deseo y este pecado también ataca el hogar
cristiano, causando muchos daños.
DESARROLLO
De allí que surja en nuestro corazón el anhelo de
pedirte que te alejes de la lujuria, aléjate de aquellas personas que te atraen
físicamente, mientras aprendes a tener dominio propio, fruto de nuestra
relación con Dios por medio de su Espíritu Santo. Solo un creyente que se
ejercita en el dominio propio puede contender contra la lujuria, pues ella
entra sutilmente a través de tu televisor, de la belleza física, de la
sensualidad con la que algunas personas visten o por la inescrupulosa obra del
enemigo en nuestras vidas.
Muchos hemos estado expuestos a la lujuria, y Dios
nos ha librado de ella por medio de su poder, pero eso no quiere decir que no
podamos ser tentados por ella. Es muy frecuente encontrar que aquellas personas
que se expusieron a ella, sean más sensibles a su influjo, por eso no debemos
descuidar nuestro hogar, ni permitir que la lujuria entre.
La escritura nos llama la atención sobre la lujuria
porque si no cuidamos de nuestro ser, nuestros pensamientos y nuestras acciones
podemos permitir que la lujuria nos gane terreno, y si le damos rienda suelta a
nuestro pecado tarde o temprano viviremos las consecuencias. Entre las cuales
está el apartarnos de Dios, destruir nuestro hogar o hacer daño a nuestro
cónyuge y la familia.
CONCLUSION
Mientras la sociedad cada vez expresa más lujuria,
nosotros como creyentes debemos expresar con mayor énfasis nuestra santidad,
apartándonos para Dios y nuestro cónyuge.
La sexualidad es algo maravilloso que podemos
disfrutar con nuestra pareja, pero si no ejercemos el dominio propio, esta
puede empezar por contaminar nuestra mente, para luego destruir nuestra vida.
Si eres tentado en tu sexualidad, coméntalo con tu
pareja, oren juntos, pidan por su cónyuge en oración para que sea librado.
No todos tienen la valentía de afrontar la
tentación de la lujuria, pues reconocerían con ello algunas miradas o deseos
que se han tenido, algunos luchan contra ellos, mientras otros son seducidos
gradualmente para permitir el pecado en sus vidas.
En medio de la sensualidad de la lujuria de este
mundo vive un pueblo santo y victorioso que se levanta para luchar contra la
tentación y que día a día libra la batalla, apoyemos a nuestro cónyuge si le
vemos tentado o pidamos ayuda si no podemos lidiar con ella.
Oremos, Señor permítenos librar la batalla contra
la lujuria con valentía y dominio propio, ejercítanos en la piedad y el amor,
para limpiarnos de toda inmundicia, libra a nuestro cónyuge de toda tentación
lujuriosa y permítele salir victorioso siempre, perdona nuestro pecado si hemos
caído por descuido o por deseo y líbranos del mal, amen.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por compartir con nosotros. Bendiciones