Estudio Bíblico
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe
Eph 2:1 En otro tiempo ustedes estaban muertos en sus
transgresiones y pecados,
Nuevamente
Pablo expone la doxología sobre nuestra verdadera condición espiritual, de
muerte, debido a nuestros pecados y transgresiones a la ley de Dios; la cual
parecen desconocer los efesios.
Eph 2:2
en los cuales andaban conforme a los poderes de este mundo. Se conducían según el que gobierna las
tinieblas, según el espíritu que ahora
ejerce su poder en los que viven en la desobediencia.
El poder de este mundo controla y
determina el destino de aquel quien está sometido bajo sus pasiones y deseos.
Aunque parecieran obrar de manera buena, según sus propias percepciones, en
realidad hacían lo que las tinieblas determinaban que hicieran, aunque pensaban
que eran libres, en realidad nunca lo fueron, ni lo han sido. Su desobediencia
y deseo, terminan por controlar todo en sus vidas, viven conforme a sus temores
o placeres, controlados sin que puedan despertar, o darse cuenta del engaño.
Eph 2:3
En ese tiempo también todos nosotros vivíamos como ellos, impulsados por nuestros deseos
pecaminosos, siguiendo nuestra propia
voluntad y nuestros propósitos.* Como los demás, éramos por naturaleza objeto de la ira de
Dios.
Pablo con humildad, reconoce que al
igual que todos sin Cristo, vivimos como ellos, en nada nos diferenciamos, ni
cambiamos por las diferencias, raciales, culturales o religiosas, pues seguimos
lo que nuestra propia voluntad determina como bueno y como tal éramos objeto
siempre de las consecuencias de nuestros actos, y en nuestra naturaleza carnal
era objeto de la ira de Dios, su castigo, con el cual siempre quiere llamar a
nuestros corazones, para volvernos a él.
Eph 2:4
Pero Dios, que es rico en
misericordia, por su gran amor por
nosotros,
Y aunque fuimos objeto de la ira de
Dios por nuestra desobediencia, con ella misma Dios que es rico en bondad, amor
y misericordia, mostro su amor, entregando a su hijo en la cruz, y tocando a
nuestros corazones, aun en medio del pecado, para salir y despertar, dándonos
cuenta de su grandioso amor.
Eph 2:5
nos dio vida con Cristo, aun
cuando estábamos muertos en pecados.
¡Por gracia ustedes han sido salvados!
La vida espiritual es un regalo que
se recibe por gracia, la única condición es creer, pues es por gracia, de
manera sobrenatural que sin merecerlo, fuimos salvados, libertados y redimidos
del poder que antes obraba en nosotros para destrucción, y que ahora nos
permite por el poder de Dios obrar con obediencia, bondad y amor, para dar
gloria a su nombre.
Eph 2:6
Y en unión con Cristo Jesús, Dios
nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales,
Unidos a Cristo por fe, resucito
nuestros espíritus, que se encontraban muertos en nuestros pecados, para
hacernos sentar junto con El, sobre lo eterno, quitando la venda que no nos permitía
ver lo eterno, por encima de lo natural.
Eph 2:7
para mostrar en los tiempos venideros la incomparable riqueza de su
gracia, que por su bondad derramó sobre
nosotros en Cristo Jesús.
Cuanta bondad y amor, para con
seres que no lo merecían, el hombre anda en busca de sus merecimientos, pero
ante Dios, el hombre no puede reclamar nada, comer del árbol del bien y del
mal, solo libero su voluntad para obrar conforme a sus designios que
contaminados por la maldad, solo pueden ejercer esclavitud, dejando de la lado
la verdadera libertad que consiste en vivir en la presencia de Dios.
Eph 2:8
Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios,
Esta es la frase de estribillo que
usamos con frecuencia para referirnos a que somos salvos mediante la fe y la
gracia de Dios, lo cual no procede del hombre, pues en este no hay origen, se
necesita que el origen de todo, se haga presente para dar libertad, redención y
salvación al hombre de sí mismo. Y así lo ha dispuesto Dios como un regalo,
pero para recibir un regalo se necesita humildad, reconocimiento y verdad, pues
sin ellos este no esta disponible.
Eph 2:9
no por obras, para que nadie se
jacte.
Dejando de lado las obras, con las
cuales el hombre ha querido buscar a Dios. Las religiones en realidad son un
sistema exterior creado por el hombre para dar solución a una necesidad
interior. De esta forma Dios no ha querido que el hombre le descubra por sus
obras, sino por fe.
Eph 2:10
Porque somos hechura de Dios,
creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de
que las pongamos en práctica.
Porque como hechura de Dios, y
teniendo un origen común en Cristo, hemos de obrar conforme a lo dispuesto por
Dios en nuestras vidas, y en ello no hay vanagloria, porque solo somos siervos
que cumplen con su llamado y servicio, dispuesto de antemano para realizarse.
Eph 2:11
Por lo tanto, recuerden ustedes
los gentiles de nacimiento --los que son llamados "incircuncisos" por aquellos que se llaman "de la circuncisión", la cual se hace en el cuerpo por mano
humana--,
No permitan que aquellos que viven
por las obras, les confundan y les hagan pensar que son las obras las que los
hacen participes de la naturaleza divina. Más bien entiendan que la
circuncisión es una obra llevada a cabo por la mano del hombre, pero la
circuncisión del espíritu es una obra llevada a cabo por Dios para
santificación de los escogidos.
Eph 2:12
recuerden que en ese entonces ustedes estaban separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel y ajenos
a los pactos de la promesa, sin
esperanza y sin Dios en el mundo.
Solo recordar y reconocer de donde
fuimos sacados, nuestro estado anterior a Cristo, debe ser suficiente para
darnos cuenta de la verdad, y seguir nuestro caminar y perfeccionamiento en
Dios.
Eph 2:13
Pero ahora en Cristo Jesús, a
ustedes que antes estaban lejos, Dios
los ha acercado mediante la sangre de Cristo.
Sin que tuviéramos alguna
posibilidad de llegar a Dios, la sangre que como sacrificio fue entregada en la
cruz por Cristo, ha servido de camino para acercarnos y pagar el precio de
nuestra desobediencia para con Dios.
Eph 2:14
Porque Cristo es nuestra paz: de
los dos pueblos ha hecho uno solo,
derribando mediante su sacrificio* el muro de enemistad que nos
separaba,
Cristo es nuestra paz, aquí Cristo
es usado como un término para definir el estado de unción y presencia de Dios,
en el cual se ha unido lo celestial con lo terrenal, y también para hacer referencia
a que mediante su sacrificio, la paz para con Dios ha sido un hecho y una
realidad, que podemos disfrutar, sin separaciones.
Eph 2:15
pues anuló la ley con sus mandamientos y requisitos. Esto lo hizo para crear en sí mismo de los
dos pueblos una nueva humanidad al hacer la paz,
Con su sacrificio toda enemistad
con la carnalidad ha sido derribada, la ley y su poder, también ha sido
destruida, para que la gracia pueda operar. Creando en Cristo un mismo ser, una
unidad, en donde solo la paz tiene cabida, pues la guerra que había en el ser
antes de la verdad, solo le consumía y no le permitía vivir en paz consigo
mismo.
Eph 2:16
para reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo mediante la
cruz, por la que dio muerte a la
enemistad.
La cruz sirvió para unir lo
celestial con lo terrenal, dio cabida a que el espíritu despertara para
gobernar sobre la naturaleza carnal, dando muerte a la enemistad que había
entre Dios y el.
Eph 2:17
Él vino y proclamó paz a ustedes que estaban lejos y paz a los que
estaban cerca.
Cristo no solo unió a dos pueblos,
el pueblo de Dios Israel, y a los gentiles en uno solo, sino que hizo que la
naturaleza carnal, pudiese ser contenida en la naturaleza divina, para poder
vivir en obediencia para con Dios.
Eph 2:18
Pues por medio de él tenemos acceso al Padre por un mismo Espíritu.
Un mismo espíritu nos une en
Cristo, y nos permite acceder a su presencia en la cual hay paz, gozo y
justicia.
Eph 2:19
Por lo tanto, ustedes ya no son
extraños ni extranjeros, sino conciudadanos
de los santos y miembros de la familia de Dios,
Ahora Pablo nos da una identidad
con el reino, haciéndonos dar cuenta de que somos conciudadanos de los santos y
tenemos parte en la familia de Dios como hijos.
Eph 2:20
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular.
De igual manera como parte de su
cuerpo, de su iglesia, edifiquémonos sobre aquellos que han sido puestos como
fundamento, pero reconociendo que en Cristo esta nuestra piedra angular,
aquella que da forma y sentido a nuestra esencia.
Eph 2:21
En él todo el edificio, bien
armado, se va levantando para llegar a
ser un templo santo en el Señor.
Edificados en él, todo lo que se
ponga encima, llegara a ser un templo consagrado a Dios. Toda vida levantada
según las escrituras y según Cristo, será apartado para vivir conforme el
designio de Dios sea.
Eph 2:22
En él también ustedes son edificados juntamente para ser morada de Dios
por su Espíritu.
En el nuestra edificación tiene el
propósito de ser morada de la presencia, ya no como un altar físico, sino como
un altar espiritual, en donde la presencia de Dios puede ser evidente y
palpable en todo momento y lugar, por medio de su Espíritu.
Estudio Bíblico
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe
Eph 2:1 En otro tiempo ustedes estaban muertos en sus
transgresiones y pecados,
Nuevamente
Pablo expone la doxología sobre nuestra verdadera condición espiritual, de
muerte, debido a nuestros pecados y transgresiones a la ley de Dios; la cual
parecen desconocer los efesios.
Eph 2:2
en los cuales andaban conforme a los poderes de este mundo. Se conducían según el que gobierna las
tinieblas, según el espíritu que ahora
ejerce su poder en los que viven en la desobediencia.
El poder de este mundo controla y
determina el destino de aquel quien está sometido bajo sus pasiones y deseos.
Aunque parecieran obrar de manera buena, según sus propias percepciones, en
realidad hacían lo que las tinieblas determinaban que hicieran, aunque pensaban
que eran libres, en realidad nunca lo fueron, ni lo han sido. Su desobediencia
y deseo, terminan por controlar todo en sus vidas, viven conforme a sus temores
o placeres, controlados sin que puedan despertar, o darse cuenta del engaño.
Eph 2:3
En ese tiempo también todos nosotros vivíamos como ellos, impulsados por nuestros deseos
pecaminosos, siguiendo nuestra propia
voluntad y nuestros propósitos.* Como los demás, éramos por naturaleza objeto de la ira de
Dios.
Pablo con humildad, reconoce que al
igual que todos sin Cristo, vivimos como ellos, en nada nos diferenciamos, ni
cambiamos por las diferencias, raciales, culturales o religiosas, pues seguimos
lo que nuestra propia voluntad determina como bueno y como tal éramos objeto
siempre de las consecuencias de nuestros actos, y en nuestra naturaleza carnal
era objeto de la ira de Dios, su castigo, con el cual siempre quiere llamar a
nuestros corazones, para volvernos a él.
Eph 2:4
Pero Dios, que es rico en
misericordia, por su gran amor por
nosotros,
Y aunque fuimos objeto de la ira de
Dios por nuestra desobediencia, con ella misma Dios que es rico en bondad, amor
y misericordia, mostro su amor, entregando a su hijo en la cruz, y tocando a
nuestros corazones, aun en medio del pecado, para salir y despertar, dándonos
cuenta de su grandioso amor.
Eph 2:5
nos dio vida con Cristo, aun
cuando estábamos muertos en pecados.
¡Por gracia ustedes han sido salvados!
La vida espiritual es un regalo que
se recibe por gracia, la única condición es creer, pues es por gracia, de
manera sobrenatural que sin merecerlo, fuimos salvados, libertados y redimidos
del poder que antes obraba en nosotros para destrucción, y que ahora nos
permite por el poder de Dios obrar con obediencia, bondad y amor, para dar
gloria a su nombre.
Eph 2:6
Y en unión con Cristo Jesús, Dios
nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales,
Unidos a Cristo por fe, resucito
nuestros espíritus, que se encontraban muertos en nuestros pecados, para
hacernos sentar junto con El, sobre lo eterno, quitando la venda que no nos permitía
ver lo eterno, por encima de lo natural.
Eph 2:7
para mostrar en los tiempos venideros la incomparable riqueza de su
gracia, que por su bondad derramó sobre
nosotros en Cristo Jesús.
Cuanta bondad y amor, para con
seres que no lo merecían, el hombre anda en busca de sus merecimientos, pero
ante Dios, el hombre no puede reclamar nada, comer del árbol del bien y del
mal, solo libero su voluntad para obrar conforme a sus designios que
contaminados por la maldad, solo pueden ejercer esclavitud, dejando de la lado
la verdadera libertad que consiste en vivir en la presencia de Dios.
Eph 2:8
Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios,
Esta es la frase de estribillo que
usamos con frecuencia para referirnos a que somos salvos mediante la fe y la
gracia de Dios, lo cual no procede del hombre, pues en este no hay origen, se
necesita que el origen de todo, se haga presente para dar libertad, redención y
salvación al hombre de sí mismo. Y así lo ha dispuesto Dios como un regalo,
pero para recibir un regalo se necesita humildad, reconocimiento y verdad, pues
sin ellos este no esta disponible.
Eph 2:9
no por obras, para que nadie se
jacte.
Dejando de lado las obras, con las
cuales el hombre ha querido buscar a Dios. Las religiones en realidad son un
sistema exterior creado por el hombre para dar solución a una necesidad
interior. De esta forma Dios no ha querido que el hombre le descubra por sus
obras, sino por fe.
Eph 2:10
Porque somos hechura de Dios,
creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de
que las pongamos en práctica.
Porque como hechura de Dios, y
teniendo un origen común en Cristo, hemos de obrar conforme a lo dispuesto por
Dios en nuestras vidas, y en ello no hay vanagloria, porque solo somos siervos
que cumplen con su llamado y servicio, dispuesto de antemano para realizarse.
Eph 2:11
Por lo tanto, recuerden ustedes
los gentiles de nacimiento --los que son llamados "incircuncisos" por aquellos que se llaman "de la circuncisión", la cual se hace en el cuerpo por mano
humana--,
No permitan que aquellos que viven
por las obras, les confundan y les hagan pensar que son las obras las que los
hacen participes de la naturaleza divina. Más bien entiendan que la
circuncisión es una obra llevada a cabo por la mano del hombre, pero la
circuncisión del espíritu es una obra llevada a cabo por Dios para
santificación de los escogidos.
Eph 2:12
recuerden que en ese entonces ustedes estaban separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel y ajenos
a los pactos de la promesa, sin
esperanza y sin Dios en el mundo.
Solo recordar y reconocer de donde
fuimos sacados, nuestro estado anterior a Cristo, debe ser suficiente para
darnos cuenta de la verdad, y seguir nuestro caminar y perfeccionamiento en
Dios.
Eph 2:13
Pero ahora en Cristo Jesús, a
ustedes que antes estaban lejos, Dios
los ha acercado mediante la sangre de Cristo.
Sin que tuviéramos alguna
posibilidad de llegar a Dios, la sangre que como sacrificio fue entregada en la
cruz por Cristo, ha servido de camino para acercarnos y pagar el precio de
nuestra desobediencia para con Dios.
Eph 2:14
Porque Cristo es nuestra paz: de
los dos pueblos ha hecho uno solo,
derribando mediante su sacrificio* el muro de enemistad que nos
separaba,
Cristo es nuestra paz, aquí Cristo
es usado como un término para definir el estado de unción y presencia de Dios,
en el cual se ha unido lo celestial con lo terrenal, y también para hacer referencia
a que mediante su sacrificio, la paz para con Dios ha sido un hecho y una
realidad, que podemos disfrutar, sin separaciones.
Eph 2:15
pues anuló la ley con sus mandamientos y requisitos. Esto lo hizo para crear en sí mismo de los
dos pueblos una nueva humanidad al hacer la paz,
Con su sacrificio toda enemistad
con la carnalidad ha sido derribada, la ley y su poder, también ha sido
destruida, para que la gracia pueda operar. Creando en Cristo un mismo ser, una
unidad, en donde solo la paz tiene cabida, pues la guerra que había en el ser
antes de la verdad, solo le consumía y no le permitía vivir en paz consigo
mismo.
Eph 2:16
para reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo mediante la
cruz, por la que dio muerte a la
enemistad.
La cruz sirvió para unir lo
celestial con lo terrenal, dio cabida a que el espíritu despertara para
gobernar sobre la naturaleza carnal, dando muerte a la enemistad que había
entre Dios y el.
Eph 2:17
Él vino y proclamó paz a ustedes que estaban lejos y paz a los que
estaban cerca.
Cristo no solo unió a dos pueblos,
el pueblo de Dios Israel, y a los gentiles en uno solo, sino que hizo que la
naturaleza carnal, pudiese ser contenida en la naturaleza divina, para poder
vivir en obediencia para con Dios.
Eph 2:18
Pues por medio de él tenemos acceso al Padre por un mismo Espíritu.
Un mismo espíritu nos une en
Cristo, y nos permite acceder a su presencia en la cual hay paz, gozo y
justicia.
Eph 2:19
Por lo tanto, ustedes ya no son
extraños ni extranjeros, sino conciudadanos
de los santos y miembros de la familia de Dios,
Ahora Pablo nos da una identidad
con el reino, haciéndonos dar cuenta de que somos conciudadanos de los santos y
tenemos parte en la familia de Dios como hijos.
Eph 2:20
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular.
De igual manera como parte de su
cuerpo, de su iglesia, edifiquémonos sobre aquellos que han sido puestos como
fundamento, pero reconociendo que en Cristo esta nuestra piedra angular,
aquella que da forma y sentido a nuestra esencia.
Eph 2:21
En él todo el edificio, bien
armado, se va levantando para llegar a
ser un templo santo en el Señor.
Edificados en él, todo lo que se
ponga encima, llegara a ser un templo consagrado a Dios. Toda vida levantada
según las escrituras y según Cristo, será apartado para vivir conforme el
designio de Dios sea.
Eph 2:22
En él también ustedes son edificados juntamente para ser morada de Dios
por su Espíritu.
En el nuestra edificación tiene el
propósito de ser morada de la presencia, ya no como un altar físico, sino como
un altar espiritual, en donde la presencia de Dios puede ser evidente y
palpable en todo momento y lugar, por medio de su Espíritu.