DIOS ES SOBERANO
Mat 6:10 “venga tu reino, hágase tu voluntad en la
tierra como en el cielo”.
INTRODUCCIÓN
Hace poco estaba hablando con un familiar sobre la
voluntad de Dios, por algo en lo que necesitaba que Dios interviniera a mi
favor, pero mientras hablaba con esa persona ella me dice: "pues que se
haga la voluntad de Dios, pero que le salga lo que usted quiere", a lo que
yo respondí, pues si yo espero que la voluntad de Dios sea lo que yo quiero,
entonces no confío verdaderamente en su voluntad. Eso me llevo a pensar que
miles de creyentes piensan igual, muchos creen que la voluntad de Dios es algo
moldeable a sus propios gustos y anhelos, pero eso contradice a las escrituras,
las cuales mencionan que Dios es soberano (Job 23:13 "Pero él es soberano;
¿quién puede hacerlo desistir? Lo que él quiere hacer, lo hace).
Muchos creen en un Dios que no se parece al Dios de
la biblia, o pocos comprenden lo que las escrituras mencionan sobre este Dios,
su soberanía, y entonces piden para satisfacer sus propios deseos. Qué
diferencia tan radical con el Dios de la biblia, a quien todos se someten y
aceptan su voluntad como perfecta, buena y agradable (Rom 12:2).
Confiar en la voluntad divina es una de las cosas más
difíciles para el hombre, pues estábamos acostumbrados lejos de Dios a creer
que nosotros mismos trazábamos nuestro destino, mientras que otros piensan que
pueden manipularle según su propio antojo, pero nada más lejos de la realidad.
Claro que podemos hacer que Dios cambie de parecer como lo hizo Moisés, pero
esta es una excepción a la regla. Pero en nada hace cambiar el hecho de que Dios
sigue siendo soberano.
DESARROLLO
Jesús enseñándonos sobre la soberanía de Dios,
enseña lo siguiente en la oración: Hágase tu voluntad así en la tierra como en
el cielo (Mt 6:10). Ayudándonos a dilucidar lo que la soberanía de Dios es.
Cuando decimos que Dios es soberano queremos decir que él tiene el control de
todo, que él está sobre todo, aun sobre aquello que creemos que él no tiene
bajo control. Nos preguntamos entonces porque permite la maldad, pero nos
olvidamos que las escrituras dicen: Jer 13:23 “¿Puede el etíope cambiar de
piel, o el leopardo quitarse sus manchas? ¡Pues tampoco ustedes pueden hacer el
bien, acostumbrados como están a hacer el mal!”. La maldad proviene de la desobediencia
a los principios de Dios, así como la oscuridad no existe, y en realidad se
trata de la ausencia de luz, así mismo, la maldad es solo la ausencia de Dios.
Muchos adoran a un Dios que les da todo lo que
piden con fe, ¿pero es en realidad este Dios complaciente el Dios de la biblia?,
puede que te lo pienses mejor, si miras lo que dicen las escrituras:
Sobre las riquezas, el honor, la fuerza y el poder:
1Ch 29:12 “De ti proceden la riqueza y el honor;
tú lo
gobiernas todo.
En tus manos
están la fuerza y el poder,
y eres tú
quien engrandece y fortalece a todos”.
Sobre la salud:
Mat 8:16 “Al atardecer, le llevaron muchos
endemoniados, y con una sola palabra expulsó a los espíritus, y sanó a todos
los enfermos”.
Fama y buen nombre:
Pro 3:4 “Contarás con el favor de Dios
y tendrás
buena fama entre la gente”.
Jesús mismo tuvo que someterse a la voluntad del
Padre:
Fil 2:8 “Y al manifestarse como hombre, se humilló
a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!”
Jesús oro esto en Getsemaní: Luc 22:42 “diciendo: Padre,
si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”.
Todo esto nos habla de un Dios soberano que no rinde
cuentas al hombre, porque no tiene que hacerlo, pero, aunque tendemos a hacerlo
como Job, seguramente luego somos cuestionados igual que lo fue Job para quedar
sin argumentos sobre los propósitos de Dios y su forma de obrar en nuestras
vidas.
CONCLUSIÓN
Entonces que diremos, que Dios obra conforme a
nuestros deseos o que se hace siempre su voluntad. Enfrentarme a situaciones
difíciles y ver que no sucedían conforme a lo que pedía en oración y ver como
Dios se glorificaba aun en medio de mi sufrimiento es lo que ha hecho que haya
aprendido a confiar en la soberanía de Dios.
El hombre necesita aprender a ser obediente a la
voluntad divina, si Jesús se sometió a ella, porque nosotros creemos que va a
ser diferente con nosotros. Aprendamos a morir a nosotros mismos y vivamos
poniendo en práctica la voluntad de Dios. Dios no está para cumplir nuestros
deseos y anhelos, más bien nosotros estamos para cumplir su voluntad y
glorificar su nombre. Recordemos que la escritura dice: Salmos 37:4 “Deléitate
en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón”. Todos recordamos el
punto en el que dice que Dios concederá los deseos de nuestro corazón, pero
olvidamos que primero debemos aprender a deleitarnos en él, si el no es nuestro
deleite o placer, entonces jamás entenderemos que lo que Dios desea es que nos
deleitemos en él y al hacerlo entonces todo deseo terrenal parecerá superfluo,
y aunque parezca significante, su propósito para nuestras vidas siempre será mayor.
Oremos, Señor abandonamos toda idea no bíblica
sobre ti y abrazamos tu soberanía, tu amor, tu bendición y tu gracia que nos
son suficientes para cumplir tu voluntad, ayúdanos en medio de nuestra
debilidad para que podamos confiar cuando más difícil es, amen.
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