PRIMERO
TU MATRIMONIO
1Co
7:33 Pero el casado se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a
su esposa;
INTRODUCCIÓN
En muchas congregaciones las
actividades de la iglesia superan la cantidad de tiempo que a veces se pasa con
la pareja, esto no es correcto, para ello algunos se basan en la premisa de que
primero deben amar a Dios y luego a su pareja y equiparan el servicio para con
la congregación con darle el primer lugar a Dios, cosa que debe ocurrir
interiormente y exteriormente en nuestro tiempo de oración y de conversación
con el Señor, pero para nada esto puede ser cambiado o intercambiado con la
prioridad que debemos dar a nuestro matrimonio. Otros se ocupan tanto de su
trabajo que se olvidan de su matrimonio, algunos en su tiempo libre solo se
ocupan de sus hobbies (juegos, deportes, amigos) y olvidan a su cónyuge, lo cual ha generado grandes
conflictos en las relaciones matrimoniales.
Gracias a Dios he contado en mi
vida con unos grandes ejemplos de hombres consagrados a Dios y a su hogar,
hombres que lo han dado todo por la iglesia, pero también por sus esposas y
esposos, algunos otros que trabajan con pasión en su labor pero que igualmente
cuidan de su pareja. De nada nos sirve llevar a miles al arrepentimiento, ganar
mucho dinero, tener mucho tiempo si primero no cuidamos nuestra propia casa.
Juan hablándole a Tito y a
Timoteo les recuerda que quien cuida de la iglesia primero debe cuidar bien de
su propia casa. Pero parece que a muchos se les ha olvidado este llamado.
DESARROLLO
Algunos hermanos han reemplazado
el orden divino para acomodarlo a su propia agenda y con ello han traído
destrucción a sus hogares. El cansancio, la monotonía, el pecado, la mentira,
el engaño, el adulterio, la pornografía y otros pecados sexuales han entrado al
hogar porque no le hemos dado la prioridad a nuestro matrimonio. Aun muchos
hijos se pierden o no creen en el testimonio de sus padres que sirven a la iglesia,
porque prestan mayor atención a la iglesia que sus propias familias, lo cual no
está bien.
Dios ocupa y ocupara siempre el
primer lugar, luego sigue nuestro primer y más importante ministerio que es el
matrimonio, luego la familia (hijos, hermanos y padres), luego el servicio a la
iglesia y luego por ultimo nuestra vocación. Si este orden no es el correcto,
nuestro hogar sufrirá mucho, nuestro cónyuge puede sentirse abandonado o
frustrado y por ende podrá surgir en él o ella el deseo de separarse.
Volvámonos a nuestros hogares y
matrimonios, necesitamos fortalecer nuestros hogares para ser luz, nuestra
sociedad necesita el testimonio de más hogares conducidos en la verdad, más
hombres y mujeres que se sienten amados y respetados en el matrimonio, más
hombres y mujeres que batallan contra el pecado desde su matrimonio para no dar
cabida al enemigo.
CONCLUSION
Cuidemos nuestro matrimonio,
primero cuidando nuestra relación con Dios, luego cuidando a nuestro cónyuge,
para que podamos servir a Dios y su iglesia de la mejor forma. Necesitamos más
ministros que cuiden de sus hogares, que sirvan al propósito divino de dar
ejemplo de virtud en sus matrimonios.
Un matrimonio de ejemplo traerá
más hombres y mujeres al cocimiento de Dios, un hombre o mujer que honra su
matrimonio será guardado de mal y bendecido por Dios en gran medida.
No es un trabajo fácil, ni
tampoco difícil para el creyente que pone su confianza en Dios, solo debemos
tratar de no fiarnos de nuestra propia prudencia y cuidarnos de no caer el
descuido de nuestros deberes conyugales y para con Dios y entonces caer en
tentación.
Si el hombre espiritual cuida de
su hogar, cuidara de una generación que necesita el testimonio vivo de
matrimonios fieles, amorosos, que se sirven con entrega y que les dan la
prioridad a sus parejas por sobre el servicio a la congregación.
Oremos, Señor que nuestras
prioridades siempre sean las correctas y que nuestro amor siempre sea sincero,
que el amor que prodigamos a nuestro cónyuge sea prioritario y propicio para
cuidar de tu congregación y sea de testimonio a la verdad, amen.
Hermano es difícil cuando tu esposo es incoverso y no comparte tu amor por las cosas de Dios q se hace en es caso
ResponderBorrarEstgimada hermana no es nada facil, pero tu decides si te rindes o sigues orando por su conversion y salvación. Recuerda que la escritura nos dice que el se salva por tu fe. Siempre animo a las parejas a perseverar a pesar de lo dificil que pueda ser. Pero la oración y testimonio debe ser importante para ganarles para Cristo.
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