PREDICA DOMINICAL
Por Camilo A. Sastoque M.
Ministerio Unidad de la Fe
LAS LLAVES DEL REINO
PASAJE:
Mat 16:18 Yo te
digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas
del reino de la muerte* no prevalecerán contra ella.
Mat 16:19 Te
daré LAS LLAVES DEL REINO de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará
atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el
cielo.
INTRODUCCIÓN
Jesús
mismo reconoce ante Pedro que existen unas llaves que abren el reino y lo hacen
asequible a quien las encuentra y las usa. Estas llaves no son algo físico,
porque Jesús no le entrego nada a Pedro, pero son reales y han abierto el reino
a aquellos que con diligencia las buscan y las usan conforme al propósito
divino. Estas llaves hacen que desde lo terrenal se pueda obrar sobre lo natural.
Es
claro que para entrar en el reino de Dios, que está disponible aquí y ahora
para todo aquel que lo busca, se necesitan de estas llaves y ya que no son algo
físico, deben ser algo que todos puedan tener disponible, no uno solo. Y si
están disponibles, entonces las escrituras deben hacer énfasis en ellas, y
Cristo debe haberlas usado, y predicado sobre ellas.
Entonces
fui conducido a Mateo Capitulo 6 en donde Jesús habla de tres practicas comunes
que hechas de forma interior, tienen una recompensa exterior y todas apuntan al
reino, para luego encontrar lo que hacían estas prácticas en el hombre.
DESARROLLO
Estas
tres llaves son: El dar, la oración y el ayuno. Y quiero demostrárselos con
base en las escrituras, cada una de estas llaves abre de forma notoria el reino
para que el poder, el gozo, la paz y la gracia sobreabunden. Pues las
escrituras dicen del reino de Dios lo siguiente:
Rom 14:17
porque el reino de Dios no es cuestión de comidas o bebidas sino de justicia, paz
y alegría en el Espíritu Santo.
1Co 4:20
Porque el reino de Dios no es cuestión de palabras sino de poder.
Veamos
lo que dicen las escrituras sobre el dar a los necesitados:
Act 4:33 Los
apóstoles, a su vez, con gran poder seguían dando testimonio de la resurrección
del Señor Jesús. La gracia de Dios se
derramaba abundantemente sobre todos ellos,
Act 4:34 pues no había ningún necesitado en la
comunidad. Quienes poseían casas o
terrenos los vendían, llevaban el dinero de las ventas
Act 4:35 y
lo entregaban a los apóstoles para que se distribuyera a cada uno según su
necesidad.
Miremos lo que
dice sobre la oración:
Mat 7:8 Porque todo aquel que pide, recibe;
y el que busca, halla; y al
que llama, se le abrirá.
Mat 6:10 Venga
tu reino. Hágase tu voluntad, como en el
cielo, así también en la tierra.
Y esto dice
sobre el ayuno:
Isa 58:6 ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?
Isa 58:7 ¿No es que partas tu pan con el
hambriento, y a los pobres errantes
albergues en casa; que cuando veas al
desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?
Isa 58:8 Entonces
nacerá tu luz como el alba, y tu
salvación se dejará ver pronto; e irá tu
justicia delante de ti, y la gloria de
Jehová será tu retaguardia.
Isa 58:9 Entonces
invocarás, y te oirá Jehová; clamarás,
y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad;
Isa 58:10 y si
dieres tu pan al hambriento, y saciares
al alma afligida, en las tinieblas
nacerá tu luz, y tu oscuridad será como
el mediodía.
Isa 58:11 Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.
CONCLUSIÓN
El
Padre habita en lo secreto, en el Reino, pero para acceder a él, necesitamos de
estas, llaves, todo hombre y mujer que las ha tomado, se ha adueñado de ellas y
las ha usado, no se ha quedado sin entrar, miremos lo que nos dice Pedro, luego
de haberlas usado para crecimiento espiritual:
2Pe 1:10 Por
lo tanto, hermanos, esfuércense más todavía por asegurarse del llamado de Dios,
que fue quien los eligió. Si hacen estas cosas, no caerán jamás,
2Pe 1:11 y se
les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo.
Si
tomamos las llaves que le han sido confiadas a la iglesia y que están
disponibles para todos, tendremos la autoridad para que todo lo que atemos o
permitamos en la tierra, sea atado o permitido en el cielo, esta autoridad nos
ha sido confiada, pero solo si con diligencia y devoción morimos a nosotros
mismos en la búsqueda de su presencia.
Oremos,
Señor nos has entregado estas llaves para que con autoridad delegada de tu
parte podamos buscarte, encontrarte y ser transformados para trasformar. Amen.
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