VAMOS MAR ADENTRO
Cuando terminó de hablar, dijo a
Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.
S. Lucas 5:4 RVR1960
INTRODUCCIÓN
El mundo busca la superficialidad en
todo, en sus relaciones, en sus palabras, en sus compromisos, en sus
decisiones, todo tiende con el tiempo a ser más trivial, los temas de
conversación, los trabajos, la pareja, los hijos, hasta llegar a un punto en
que todo carezca de sentido y propósito.
Pero para el que busca de Dios la
invitación es a ir a lo profundo, nadie jamás a conocido a Dios desde la
orilla. Conocerle implica ir a lo hondo, a aquello que nos atemoriza, porque
algo en nuestro ser parece alertarnos de lo que ocurrirá. Ineludiblemente
moriremos, habrá muerte.
DESARROLLO
Por eso es tan difícil ir a lo
profundo con Dios, porque al hacerlo está implícito el morir a nosotros mismos,
nos parecen maravillosos aquellos seres que lo han logrado, pero no somos
capaces por el compromiso que implica, porque nos limita nuestra escasa
comprensión de lo espiritual y de la vida eterna.
Jesús llama a todo discípulo para que
bogue mar adentro, un discípulo no puede permanecer inerme ante tal invitación
o se lanza habiendo reconocido las consecuencias de sus decisiones o pasa su
vida eludiendo el llamado a sumergirse en las profundidades de Dios.
Pero que representa ir mar adentro,
representa un mayor compromiso con la obra, con la iglesia, con su llamado, con
la espiritualidad, con la palabra de Dios, con su amor que obra en aquellos que
se disponen para ir a lo profundo.
Los que van a las profundidades
experimentan cosas que no experimentan quienes se quedan en la orilla. Quienes
van a lo profundo pueden entrar en intimidad y conocerle tal cual es, ellos
pueden ver cosas que los demás jamás verán, experimentarán de primera mano el
poder de Dios, oirán cosas que otros no, serán tratados como hijos y obedecerán
en amor con convicción.
En lo profundo solo cabe lo vital, lo
necesario para sobrevivir, allí no puedes llevar tus prejuicios, tus
argumentos, ni tus deseos, debes morir a todo para encontrarle a él.
CONCLUSIÓN
¿Dónde te encuentras ahora, en la
orilla o en las profundidades? si estas
en la orilla, el llamado es a ir a lo profundo, a las profundidades de Dios,
dejar la tibieza espiritual y arder en las brasas del Espíritu.
Si estas en lo profundo, entonces el
llamado es a sumergirse cada vez más en pos de lo eterno.
Un día Jesús llamo a sus discípulos a
las profundidades para mostrarles lo que ocurriría si se convertían en
pescadores de hombres, lo que sucedió cambio sus vidas y no les permitió volver
a ser iguales. Si anhelas ser como el, entonces no te prives de ir a lo
profundo y conocer aquello que solo les es revelado a los que van más allá.
Oremos, Señor sé que estas llamando a
nuestros corazones para ir a lo profundo, así como un día llamaste a tus
discípulos para ir a lo profundo, permítenos acompañarte en obediencia y
confiando en tu gracia y amor para obrar conforme a tu voluntad.
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