lunes, 15 de diciembre de 2014

TIEMPO DE REFLEXION


 
Moses Mendelssohn, abuelo del conocido compositor alemán, distaba de ser guapo. Además de una estatura algo baja, tenía una grotesca joroba. Un día visitó a un mercader de Hamburgo que tenía una hermosa hija llamada Frumtje.
Moses se enamoró perdidamente de ella, pero ella le repelía su apariencia deforme. Cuando llegó el momento de despedirse, Moses hizo acopio de su valor y subió las escaleras hasta donde estaba el cuarto de aquella hermosa joven, para tener la última oportunidad de hablar con ella. Era tan hermosa, pero a Moses le entristecía profundamente su negativa a mirarlo. Después de va­rios intentos de conversar con ella, le preguntó tímidamente: "¿Crees que los matrimonios se crean en el cielo?". "Sí -respondió ella, todavía mirando al suelo-. Y tú...?".
"Sí, lo creo -contestó-. Verás. En el cielo, cada vez que un niño nace, el Señor anuncia con qué niña se va a casar. Cuando yo nací, me fue señalada mi futura esposa. Entonces el Señor añadió: Pero tu esposa será jorobada. Justo en ese momento exclamé: Oh, Señor, una mujer jorobada sería una tragedia, dame a mí la joroba y permite que ella sea hermosa…". Entonces Frumtje levantó la mirada para contemplar los ojos de Moses y un hondo recuerdo la conmovió. Alargó su mano y se la dio a Moses, tiempo después, ella se convirtió en su esposa.

Pro 21:21  El que va tras la justicia y el amor  halla vida,  prosperidad y honra.

Como te habrás dado cuenta vivimos tan solo de apariencias, el mundo que conocemos solo aprecia la belleza exterior que ha sido programada por los medios y los ídolos modernos, mientras dejamos de percibir la belleza interior que solo es evidente a los ojos del corazón, es necesario que reflexionemos sobre ello para poder ser conscientes de nuestros propios prejuicios. El mundo está lleno de personas maravillosas que hacen enriquecedora la experiencia de vivir, dejemos de lado toda preocupación por lo banal, lo exterior, para adentrarnos y descubrir la belleza de la creación aun en medio de las diferencias de manera que podamos amar sin restricciones. La historia de hoy nos muestra como los prejuicios pueden apartar a una persona solo por su apariencia, pero para quien ha sido tratado en el corazón por el amor de Dios debe comprender que la apariencia exterior nada nos dice sobre su interior y que lo exterior es solo una barrera para llegar a lo interior. El versículo de hoy nos recuerda que aquellos que seguimos el camino del amor debemos aprender a dejar de juzgar para evitar que los prejuicios nublen nuestra visión espiritual, pues cuando seguimos el sendero de amor que Dios dispone para nuestras vidas encontramos vida verdadera, propósito y abundancia espiritual. Cuanto más podríamos amar si dejáramos de lado toda limitación de la mente y sus prejuicios.

GUIA DE ESTUDIO

Eres consciente de tus prejuicios?
A quien has evitado por los prejuicios?
Que prejuicios tienes?
De donde provienen tu prejuicios?

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