domingo, 28 de diciembre de 2014

PREDICA DOMINICAL - Vale más el fin de algo que su principio.


 
Vale más el fin de algo que su principio.

 

PASAJE

Eclesiastés 7:8  Vale más el fin de algo que su principio.

 

INTRODUCCION

Estamos terminando un año y escucho a muchos quejarse de lo que no pudieron hacer o de lo que les falto, otros ya están haciendo planes para el año que viene, creando metas, planes y un sinfín de cosas para este año que pronto comienza.

Muchas veces nos preocupamos más antes de empezar algo, que cuando estamos por terminarlo, y la escritura nos alienta a estar atentos a como terminamos lo que emprendemos.

El fin de algo define lo que se es en realidad, a lo mejor algo puede comenzar pareciéndose mucho a lo que se quiere, pero con el tiempo y el descubrimiento de la verdad es que ese algo en realidad se vuelve lo que es.
 

DESARROLLO
 

Porque crees que vale más el fin de algo que su principio?, es algo para meditar, cuando comenzamos algo nos llenamos de emoción, de expectativas, de planes, de estrategias, de sistemas y métodos para alcanzar aquello que queremos lograr. El problema radica en que cuando logramos lo que queremos entonces parece que la emoción, la ilusión, y la alegría que teníamos por conseguirlo se nos esfuma y terminamos haciendo al final cualquier disparate, porque en realidad no sabemos que es lo que somos o queremos.

Esto ocurre cuando buscamos tener una relación, cuando buscamos un trabajo, o cuando vamos a la vida espiritual, todo al comienzo parece emocionante, pero con el paso del tiempo  cuando se logra el objetivo o cuando no, entonces resultan la monotonía, el aburrimiento, la frustración, el sufrimiento y la escasez. Esto sucede porque nuestro enfoque esta en lo terrenal, lo trivial, lo pasajero, mientras que el enfoque espiritual es continuo, no fluctúa, no tiene nada que ver con la emoción, su comienzo y su final son iguales, llenos de paz, gozo y amor.

El comienzo de algo siempre parece que podría ser lo mejor que nos puede pasar, pero el comienzo es solo el principio de algo que necesita mantenerse, alimentarse, soportarse para que pueda perdurar en el tiempo y su final sea mejor que su comienzo.

Si empiezas algo no te hagas expectativas, ellas solo frustraran tu alma, cuando no las tienes eres libre para vivir cada día una experiencia diferente, un final diferente, un aprendizaje diferente, una vida diferente, claro que hay que planificar, pero no siempre lo que uno planifica se da. Cuando te enamoras y desde el comienzo ya tienes una expectativa, te frustrara el hecho de encontrar que tu pareja nunca podrá llenar esas expectativas, si empiezas un trabajo puede ocurrir lo mismo, empiezas con todo el ánimo, pero al encontrar dificultades, problemas o conflictos entonces sufrirás, de igual manera cuando llegas a los caminos del Señor también empiezas a hacerte expectativas de cómo debería ser, de donde deberías llegar o estar, que cosas deberías tener, entonces cuando no se dan o se demoran, el sufrimiento aparece y con ellas el fin de un camino, el fin de una relación, el fin de un trabajo que podrían tener un mejor final solo si dejamos de enfocarnos en lo físico, lo temporal.
 

DESARRROLLO

 
Qué tal si empezamos a ver todo desde lo eterno, en lo eterno no hay final, tan solo un despertar continuo a la verdad que aunque podamos experimentar el final de muchas cosas en lo físico, lo que comenzó en nuestras vidas solo se perfeccionara.

Que el final de lo que vives siempre sea mejor que el comienzo, porque es al final donde nos damos cuenta de que obramos en lo espiritual y no en lo natural, donde la paz, el gozo y el amor perduran para siempre.

Señor, permítenos descubrir la verdad que se encuentra al final de cada experiencia, de cada situación que vivimos, que podamos estar atentos para evitar que la emoción, la alegría o la tristeza y las expectativas nos impidan verte obrando en nuestros corazones para el perfeccionamiento de nuestro ser. Les bendecimos en este año que comienza y les deseamos muchos éxitos, que su vida espiritual este llena de frutos espirituales para bendecir al mundo. Amen.

Por: Camilo A. Sastoque M.
Ministerio Unidad de la Fe

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