EL
NACIMIENTO
Pasaje:
Lucas 2:6-7 y,
mientras estaban allí, se le
cumplió el tiempo. Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un
pesebre, porque no había lugar para
ellos en la posada.
Conocer
los detalles de su vida no cambia en nada nuestra fe, por eso muchos detalles
de la vida de Jesús no son comentados por los evangelistas, su mensaje es
claro, conforme les fue entregado así mismo ellos lo trasmitieron:
“arrepiéntanse, porque el reino de Dios ha llegado a vosotros”.
DESARROLLO
Pero
su nacimiento es el mayor motivo de alegría para nosotros los creyentes, porque
por su nacimiento es que podemos creer y llegar al Padre, sin el nada seria, y
sin el nada tendría sentido, su llegada a este mundo en el tiempo indicado nos recuerda
el amor del Padre que nos amó primero, su regalo más precioso nos fue entregado
como muestra de su inmenso amor.
Todo
aquel que ha descubierto el amor del padre reconoce el nacimiento de Cristo
como suyo propio, un nacimiento que trasforma el corazón, que le permite nacer
de nuevo para encontrarse bajo la guía y el poder de Dios.
Su
nacimiento no es importante por la fecha, sino por lo que representa para una
humanidad perdida en su propio ego, vanidad y vanagloria, porque limitados por
esa naturaleza carnal nos era imposible buscarle, encontrarle y experimentarle.
Su
comienzo no estuvo lleno de pompa, ni rodeado riqueza, ni sucedió en un gran
palacio, nació en un pesebre, ni siquiera en su hogar, con lo cual Dios le
desprende de toda comodidad enseñándonos que no importa tu comienzo sino el
camino que te conduce a tu final.
CONCLUSION
Su
nacimiento acabo con nuestros más grandes temores, con una vida sin sentido,
acabo con la desidia de una vida en busca de control como sustituido de la
soberanía de Dios, en busca de deseo como sustituto de la plenitud en él, en
busca de un querer como sustituto del amor verdadero, para encontrarnos libres
de toda influencia que conducía nuestras vidas a la destrucción.
Conmemorar
su nacimiento debe ser un tiempo de reflexión profunda sobre nuestra calidad en
la entrega y devoción con la que vivimos esta vida maravillosa que Dios nos da
el privilegio de encontrar, la vida eterna.
Oremos,
Señor que en este tiempo podamos vivir con mayor devoción nuestra fe, confiados
en que tú eres y serás siempre el mayor regalo de nuestro Padre, sabiendo que
por tu nacimiento y tu muerte es que ahora tenemos vida verdadera en Cristo,
con profunda gratitud y amor nos entregamos a ti en sacrificio vivo, y en
reciprocidad por el amor que nos has mostrado, amen.
Por: Camilo A. Sastoque M.Ministerio Unidad de la Fe
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