Me ha
visitado un amigo mío de la India, Rappai Poothokaren, S.J., que estaba en
Ahmedabad, capital comercial del Guyarat cuando el terremoto del 26 de enero, y
lo había vivido en persona. Me contó que al oír gritos salió él y salieron
todos al aire libre. Allí la tierra se levantaba en olas en ángulo de hasta 10
grados oscilando de un lado a otro durante casi un minuto en medio de un
silencio sepulcral. Tenían que abrir las piernas para mantenerse en equilibrio.
El latido de la madre tierra.
La primera
instrucción a los voluntarios que partían para ayudar a los más necesitados era
que les dejasen hablar primero. Escuchar, poner una mano en el hombro,
estrechar una mano. Luego, que si esas pobres víctimas del terremoto, que ya no
tenían nada, les ofrecían en su pobreza una taza, de té, que lo aceptasen. Es
dignidad y hospitalidad india.
Un rasgo
conmovedor y ejemplar fue el de la policía de Kutch, en el epicentro del terremoto.
Estaba todo el regimiento con uniformes de gala en formación ante la bandera
cantando el himno nacional, ya que el 26 de enero es el día nacional de la
república y se celebra el saludo a la bandera por la mañana. A las nueve menos
cuarto, en pleno acto, comenzó de improviso el brutal terremoto, pero todos los
hombres permanecieron en sus puestos y siguieron cantando el himno nacional.
Cuando acabaron, su jefe les felicitó por su patriotismo y disciplina, y los envió
inmediatamente a socorrer a la población. Muchos, de ellos perdieron miembros
de sus familias en la catástrofe.
Hechos 20:35 En todo os he
enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que
recibir.
2Ti 2:3 Tú, pues,
sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo.
2Ti 2:4 Ninguno que milita se
enreda en los negocios de la vida, a fin
de agradar a aquel que lo tomó por soldado.
Como ejercito de Dios, estamos
destinados para el servicio a la humanidad, muchos son los que sufren
calamidades, pero es más triste que existiendo una iglesia que pueda ayudarlos,
esta no tome acción. Jesús nos enseñó que es más bienaventurado o bendecido
aquel que en vez de buscar su propio beneficio trata con lo que puede de dar lo
mejor a quienes puede servir, al igual que los soldados de esta población que
dejaron a un lado sus necesidades y sufrimientos personales por ayudar a quien
los necesitaba, de igual manera debemos dejar todo egoísmo e ir en pos de
servir a quienes lo necesitan. Hay una ciudad necesitada?, un pueblo
necesitado?, un enfermo necesitado?, un preso necesitado?, un drogadicto
necesitado?, un niño necesitado?, unos ancianos necesitados?, pues esta es la
oportunidad de que sirvas al ejercito de Dios, con amor, entrega y pasión por
las almas que necesita nuestro servicio. Si de pronto dices: yo no puedo ir,
entonces sirve en el lugar que trabajas, sirve a tu esposa o esposo, sirve a
tus hijos y familiares, sirve a tu comunidad sin esperar nada a cambio, porque
Dios recompensara a quien las intenciones de su corazón sean puras y verdaderas.
GUIA DE ESTUDIO
Cuando sirves cual es la
intención de tu corazón?
Estas ayudando a alguien
necesitado?
Si no estás ayudando, medita
en porque actúas de esta manera?
Sirves al ejercito de Dios con
diligencia y amor, como expresión de tu fe?
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