EL
SUFRIMIENTO REVELA LO QUE HAY EN NUESTROS CORAZONES
1Pe
5:10 Y después de que ustedes hayan
sufrido un poco de tiempo, Dios
mismo, el Dios de toda gracia que los
llamó a su gloria eterna en Cristo, los
restaurará y los hará fuertes, firmes y
estables.
INTRODUCCION
Para
cualquiera que diga creer en Dios es fácil ir a la iglesia, levantar las manos,
cantar, tomar la cena, cuando todo va de maravilla, pero cuando las cosas no
parecen ir bien, cuando ese embarazo que esperas con ansias no se da, cuando
los problemas en el trabajo no dan descanso, cuando la situación económica
arrecia, cuando los problemas de salud se hacen evidentes y las enfermedades
llegan, aun sigues yendo a la iglesia?, aun levantas tus manos?, aun cantas y
le alabas?, de seguro las cosas pueden cambiar.
Son
muchos los creyentes que en este mismo instante están siendo probados o
atribulados en algún área de sus vidas, pero lo más importante no es
reconocerlo, sino entender el propósito por el cual Dios lo permite. Cuando
algo tiene propósito, entonces vivirlo o experimentarlo cambia; porque ya no lo
ves desde la misma perspectiva, ya no lo ves como una derrota, como un
problema; en Dios, puedes verlo como una oportunidad, como un nuevo levantarte,
con una nueva visión de las cosas, menos derrotista y más esperanzadora, menos
negativa y más positiva, menos desgraciada y más llena de gracia; porque es en
el sufrimiento cuando podemos en realidad ver con sinceridad a nuestros propios
corazones y ver la realidad de los temores que nos aquejan en lo más profundo
de nuestro ser, es en el sufrimiento donde muchos se alejan de Dios, donde
otros se sumergen en la apatía para con Dios, o es la oportunidad donde otros
se despiertan para vivir cosas maravillosas en Dios.
DESARROLLO
El
versículo de hoy, nos muestra que el sufrimiento es parejo para todo el género
humano, unos sufren por escasez, otros por la abundancia, unos sufren por no
tener, otros porque tienen, unos sufren por ignorancia y otros por
conocimiento. Todos sufrimos y lo experimentamos de maneras diferentes, en
diferentes áreas de nuestras vidas; pero lo que si ocurre es que el sufrimiento
en Dios hará que se revele la verdad de nuestros corazones, en donde están
puestas nuestras esperanzas, en donde esta nuestra fe y confianza para con
Dios, y que tan firmes estamos en el propósito divino.
El
sufrimiento no es eterno, por algunos dicen: “no hay mal que dure 100 años, ni
cuerpo que lo resista”; todo, para confrontarnos con el hecho real que
evidencia la escritura, y es que el sufrimiento nos atormentara durante un
tiempo, pero si este sufrimiento lo vivimos en Dios, entonces, este solo tiene
el poder de restaurar lo que estaba mal, de fortalecer nuestras debilidades, de
afirmar lo que no tenía un fundamento sólido, y de establecernos en la verdad,
que trasciende el sufrimiento.
Alguien también
dijo: “el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional”, lo cual es muy
cierto, porque al comienzo el dolor por la pérdida de un ser amado, de una
pareja, de un hijo, un trabajo, una enfermedad, una situación económica adversa
es real e inevitable, pero el convertirlo en sufrimiento para toda la vida es
opcional. Algunos no lo entienden y viven su vida martirizados constantemente
por los reveses que han sufrido, pero Dios quiere usarlos para revelar en
nosotros esa naturaleza divina que El mismo ha despertado en mí y en ti.
CONCLUSION
No es fácil
tener que enfrentarse a una situación difícil, pero Dios nos insta a
reconocerlo como algo pasajero, es algo que tiene un propósito, es la
oportunidad para despertar del aletargamiento en el que se ha sumido nuestras
vidas, unas veces puede sacarnos de la mentira, otras revelar lo que hay en
nuestros corazones, pero con ello solo quiere acercarte a la verdad y alejarte
de la mentira.
Solo quien
experimenta el dolor y el sufrimiento por cualquiera que sea la causa entenderá
lo difícil que es vivirlo, pero Dios quiere que entiendas que no será eterno,
que más bien esta etapa de tu vida, puede llevarte a un nivel más profundo en
tu comunión con el Señor, restaurándote, fortaleciéndote, afirmándote y
estableciéndote como un hijo.
Señor,
oramos y clamamos a ti, porque en nuestro sufrimiento, nuestra ayuda proviene
de ti, nuestro consuelo es el que tú nos das, ayúdanos a vivir estos momentos
aferrados a tu mano poderosa, para que seamos fortalecidos, restaurados,
afirmados y establecidos en ti, amen.
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