ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque
1Co 4:1 Que todos nos consideren servidores de
Cristo, encargados de administrar los
misterios de Dios. El ser considerado siervo no da
cabida a posiciones, a títulos o a ninguna vanagloria, eso somos o en eso
deberíamos convertirnos por Su gracia, pues toda ostentación de títulos
proviene de una mente que no ha sido renovada por el poder de Dios, mientras
que aquellos que no buscan los suyo entienden el encargo que se les ha
encomendado como servidores que administran y no que poseen, los misterios que
han sido revelados en Cristo por el Espíritu a los que creen.
1Co 4:2 Ahora bien,
a los que reciben un encargo se les exige que demuestren ser dignos de
confianza. Si se nos ha encargado algo, así sea
algo que parece insignificante a los ojos de los demás, debemos demostrar ser
dignos de confianza, que llevemos a cabo con diligencia y de manera oportuna y
confiable lo que se nos ha pedido, para que podamos ser llamados siervos
fieles.
1Co 4:3 Por mi parte,
muy poco me preocupa que me juzguen ustedes o cualquier tribunal
humano; es más, ni siquiera me juzgo a mí mismo. Pablo ha encontrado la libertad que da el Espíritu pues
ha sido liberado del prejuicio que satura al hombre carnal, de allí que no
debamos preocuparnos siempre que nuestra consciencia en obediencia no nos
inquiete o muestre que hay algo que está mal, lejos del prejuicio ya no hay más
inquietudes por el que dirán, o lo que pensaran los demás de ti, aun ni tú
mismo ejercerás juicio sobre tus acciones, pensamientos y palabras porque ellas
estarán acordes a los designios de Dios.
1Co 4:4 Porque aunque la conciencia no me
remuerde, no por eso quedo absuelto; el que me juzga es el Señor. Aunque la consciencia no nos remuerda, eso no nos dice
que estemos libres de cometer errores o equivocaciones, antes nuestra
consciencia debe estar siempre activa para llevarnos al arrepentimiento y
darnos a conocer los motivos en profundidad de porque hemos hecho, pensado o
dicho algo en particular, pero cuando permitimos que Dios nos escudriñe y que
su juicio y disciplina dobleguen la naturaleza carnal que hay en nosotros
entonces dejamos de lado los prejuicios y permitimos que sea el Señor quien
juzgue.
1Co 4:5 Por lo tanto,
no juzguen nada antes de tiempo;
esperen hasta que venga el Señor.
Él sacará a la luz lo que está oculto en la oscuridad y pondrá al
descubierto las intenciones de cada corazón.
Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que le corresponda. Juzgar es fácil porque tan solo debemos dejar fluir la
naturaleza carnal que siempre está dispuesta a ello, pero cuando dejamos el
juicio, la venganza en manos de Dios, lo oculto siempre saldrá a la luz, las
intenciones serán reveladas aunque estén ocultas en lo profundo de nuestro ser,
de allí que esperemos confiados siempre el juicio de Dios sobre cualquier tema,
pensamiento, acción o palabra para dar gloria a Dios y recibir lo que le
corresponde.
1Co 4:6 Hermanos,
todo esto lo he aplicado a Apolos y a mí mismo para beneficio de
ustedes, con el fin de que aprendan de
nosotros aquello de "no ir más allá
de lo que está escrito". Así
ninguno de ustedes podrá engreírse de haber favorecido al uno en perjuicio del
otro. Los prejuicios siempre intentan favorecer al
que los tiene, no son más que la muestra del egoísmo con que vivimos en la
naturaleza carnal, pero Pablo nos recomienda aplicarlo a nosotros mismos, para
no ir mas allá de lo que está escrito, pues no hay sabiduría mayor que las que
encontramos en la escritura, cualquiera que pretenda ufanarse de mayor
revelación o conocimiento, solo muestra orgullo y vanidad, pues este libro
contiene todo lo necesario para ser fundamentado, crecer y afirmarse en Dios.
1Co 4:7 ¿Quién te distingue de los demás? ¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué presumes como si no te lo hubieran
dado? Todo lo que afirmamos tener y poseer noes mas
sino algo que nos ha sido dado por Dios para administrarlo y de lo cual debemos
dar cuentas al final de nuestras vidas, cuando comprendemos esto no hay
vanidad, vanagloria u orgullo que pueda levantarse contra el conocimiento de
Dios, allí todo argumento es destruido.
1Co 4:8 ¡Ya tienen todo lo que desean! ¡Ya se han enriquecido! ¡Han llegado a ser reyes, y eso sin nosotros! ¡Ojalá fueran de veras reyes para que también
nosotros reináramos con ustedes! Estaban tan
engreídos y vanidosos con sus maestros favoritos y con sus pretendidos
conocimientos espirituales que habían obtenido de ellos, que se sentían como
quienes están hartos de aquellos que tratan de enseñarles, ellos creían como
creen aun algunos que ya estaban sentados en los lugares celestiales y se
encontraban reinando en el reino de los cielos sin comprender que Pablo y los
apóstoles había sido sus padres espirituales, a los cuales debían dar la honra
adecuada como tales, de allí que reclame el reinar con ellos.
1Co 4:9 Por lo que veo, a nosotros los apóstoles Dios nos ha hecho
desfilar en el último lugar, como a los
sentenciados a muerte. Hemos llegado a
ser un espectáculo para todo el universo,
tanto para los ángeles como para los hombres. Convertirse
en apóstol o ser llamado apóstol de Jesucristo no era para nada un mérito o
algo deseable como hoy, era enfrentarse a desfilar como sentenciado a muerte y
así fue como terminaron los apóstoles, llegando a parecer u espectáculo en el
cual participaba el mundo espiritual y el físico unidos ante el poder manifestado
por aquellos que han de ser llamados apóstoles.
1Co 4:10 ¡Por causa de Cristo, nosotros somos los ignorantes; ustedes,
en Cristo, son los
inteligentes! ¡Los débiles somos
nosotros; los fuertes son ustedes! ¡A ustedes se les estima; a nosotros se nos desprecia! Por el mensaje y la causa de Cristo el mundo nos llama
ignorantes, pues ponemos por encima la fe ante la razón, mientras valoramos la
prudencia e inteligencia que tienen ahora en Cristo, también reconocemos
nuestra debilidad para hacerles fuertes y reconocer la fortaleza de Dios en
ustedes, y se recibe el desprecio para que las puertas de los países y ciudades
sean abiertas para los que vienen después y puedan recibir estima.
1Co 4:11 Hasta el momento pasamos hambre, tenemos sed,
nos falta ropa, se nos maltrata, no tenemos dónde vivir. Pablo menciona las condiciones por las que ha tenido que
pasar llamándolos a la sensatez, para que comprendan la esencia del mensaje y
de la verdad transformadora que evita lo suyo. Y reconoce las necesidades que
ha pasado y que aunque difíciles no le alejan de vivir para Dios.
1Co 4:12 Con estas manos nos matamos trabajando. Si nos maldicen, bendecimos;
si nos persiguen, lo soportamos; para nada Pablo trata de ufanarse de lo que le ha
sucedido, sino que expresa lo que ha soportado por causa del evangelio para que
entiendan la dura tarea que es hacerlo y aunque no busca su favor por ello, si
busca que comprendan que ellos no viven
para sí mismos, sino por causa de la verdad, poniendo en práctica lo enseñado
por Cristo.
1Co 4:13 si nos calumnian, los tratamos con gentileza. Se nos considera la escoria de la
tierra, la basura del mundo, y así hasta el día de hoy. Para el mundo o sea los que viven apartados de Dios,
llaman a los creyentes escoria, se nos persigue, difama, maltrata y aun somos
tratados como basura desechable porque no entienden que no nos importa la
vanagloria que este mundo ofrece, se nos detesta porque vamos en contra del
sistema mundial, mientras ellos quieren más, nosotros damos más, mientras piden
y exigen, nosotros entregamos, mientras se quejan, nosotros agradecemos,
mientras viven una vida llena de afanes y codicia, nosotros descansamos en las
promesas de Dios y morimos para vivir en El.
1Co 4:14 No les escribo esto para avergonzarlos sino
para amonestarlos, como a hijos míos
amados. Pablo les amonesta para que se desprendan
de todo argumento que les impida hacer y ver la voluntad de Dios para sus
vidas, para que entiendan que son peregrinos en esta tierra, para que entiendan
que lo que viven lo viven para la gloria y honra de Dios, y para que por la
disciplina del Espíritu aprendan a vivir con contentamiento en cada
circunstancia que les depare en la vida.
1Co 4:15 De hecho,
aunque tuvieran ustedes miles de tutores en Cristo, padres sí que no tienen muchos, porque mediante el evangelio yo fui el padre
que los engendró en Cristo Jesús. Pablo y Pedro
fueron instrumentos de Dios para ser padres y engendrar la salvación a los
gentiles así que deberíamos dar gloria y honra
Dios porque en ellos tenemos padres espirituales que trajeron por la
gracia de Dios vida a nuestros espíritus que antes dormían, muchos podrán
enseñarnos y guiarnos pero quienes nos engendraron como instrumentos e Dios
fueron ellos.
1Co 4:16 Por tanto,
les ruego que sigan mi ejemplo. Les
reconviene a seguir su ejemplo, un ejemplo de humildad, entrega y devoción
claras, que sin lugar a dudas dejan ver claramente el poder de Dios y no al
hombre.
1Co 4:17 Con este propósito les envié a Timoteo, mi amado y fiel hijo en el Señor. Él les recordará mi manera de comportarme en
Cristo Jesús, como enseño por todas
partes y en todas las iglesias. Pablo había enviado
a Timoteo como tutor para que les recordara la escritura y para que pudieran y
aprendieran a ser guiados por el Espíritu Santo, de allí que nadie deba tomarse
los títulos a pecho, pues si lo hace deja de lado la gracia, mientras que si
nos humillamos reconociendo nuestra necesidad e imposibilidad de hacer las
cosas sin Él.
1Co 4:18 Ahora bien,
algunos de ustedes se han vuelto presuntuosos, pensando que no iré a verlos. Mucho pueden creer que el aislarse o el generar división
y contienda es sano, pero no saben el daño y el perjuicio que crean sobre la
iglesia, por eso lejos de toda presuntuosidad humillémonos sobre la mano
poderosa de Dios para que podamos vivir en El y morir a nosotros mismos.
1Co 4:19 Lo cierto es que, si Dios quiere, iré a visitarlos muy pronto, y ya veremos no sólo cómo hablan sino cuánto
poder tienen esos presumidos. La visita y
exhortación de Pablo siguen siendo necesarias para nosotros, los apóstoles y
profetas son indispensable en el desarrollo y edificación sana de la iglesia,
para que podamos apartarnos de cualquier asomo de nuestra naturaleza carnal.
1Co 4:20 Porque el reino de Dios no es cuestión de
palabras sino de poder. Para que podamos entender
que el reino no se mueve por nuestras estrategias, visiones, o acciones, se
mueve por su poder en el Espíritu, nadie puede transformar la vida de otro, solo
Dios puede hacerlo y reconocerlo nos da la posibilidad de manifestarlo.
1Co 4:21 ¿Qué prefieren? ¿Qué vaya a verlos con un látigo, o con amor y espíritu apacible? Que preferimos nosotros que nos exhorten duro a la verdad
con amor o con un látigo, solo los necios esperarían el látigo, pero muchos
actúan con necedad y confían en sí mismos para hacer la obra, y ponen su
confianza en el hombre, que seamos despertados por la exhortación de los
hermanos, que con el látigo de las consecuencias de nuestros actos.
Gracias.. ha sido de mucha bendición!!!
ResponderBorrarExcelente, bendiciones!
ResponderBorrarExcelente, bendiciones!
ResponderBorrarSIEMPRE ES BENEFICIOSO PARA NUESTRO ESPÍRITU NUTRIRSE CON LA PALABRA DE DIOS,DEJANDO QUE EL SEÑOR OBRE Y GUÍE NUESTRAS VIDAS Y NO DAR LUGAR A NUESTRA VANAGLORIA QUE ES CARNAL Y DE NADA SIRVE.A DIOS SEA LA GLORIA POR LOS SIGLOS DE SIGLOS.AMEN
ResponderBorrartremendo estudio lo felicito
ResponderBorrarGracias, bendiciones
BorrarExcelente comentario
ResponderBorrarBendiciones
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ResponderBorrarExcelente estudio. Dios les bendiga!!!!
ResponderBorrarMuchas gracias, la explicacion me resulto mu util.
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