ESTUDIO BÍBLICO
POR: Camilo Sastoque M.
1Co 6:1 Si alguno de ustedes tiene un pleito con
otro, ¿cómo se atreve a presentar
demanda ante los inconversos, en vez de
acudir a los creyentes?
Porque dejar ejercer la
justicia en manos de aquellos que ni siquiera conocen la justicia de Dios y que
juzgan bajo sus propios preceptos y no los de Dios, se hace porque de igual
manera muchos que se dicen creyentes no conocen la escritura y tienen poco
discernimiento del bien y del mal, así que Pablo les confronta para que piensen
y reflexionen si no debiera hacerlo ellos y no dejar esos asuntos a los
inconversos.
1Co 6:2 ¿Acaso no saben que los creyentes juzgarán al
mundo? Y si ustedes han de juzgar al
mundo, ¿cómo no van a ser capaces de
juzgar casos insignificantes?
No deberían ustedes
aprender a juzgar todo bajo la guía de Dios, pues ustedes son quienes juzgan y
reinan en compañía de Cristo al mundo, debemos ser capaces de establecer
justicia en cada aspecto de la vida nos puede acaecer.
1Co 6:3 ¿No saben que aun a los ángeles los
juzgaremos? ¡Cuánto más los asuntos de
esta vida! Si aún nos parece poco, aun sobre los
ángeles juzgaremos y reinaremos, porque no hemos de juzgar y ejercer dominio
sobre los asuntos de esta vida.
1Co 6:4 Por tanto,
si tienen pleitos sobre tales asuntos,
¿cómo es que nombran como jueces a los que no cuentan para nada ante la
iglesia?
Si apelamos a la justicia humana no
podemos apelar ante Dios, los pleitos se presentan en los creyentes inmaduros
que aún están pendientes de sí mismos, y generan pleitos por cosas
insignificantes y buscan apoyo o defensa en jueces humanos que les ayuden a
lograr sus objetivos. Que lastima porque pierden la oportunidad de que en cada
conflicto puedan dar gloria a Dios y se nieguen a si mismos.
1Co 6:5 Digo esto para que les dé vergüenza. ¿Acaso no hay entre ustedes nadie lo bastante
sabio como para juzgar un pleito entre creyentes?
Es
vergonzoso para nosotros como creyentes buscar apoyo, defensa o ayuda en los
incrédulos, porque aunque existen hombres creyentes lo suficientemente capaces
de juzgar estos asuntos, lo único que revela esto es la inmadurez del corazón
de algunos. Y no por el hecho de que este mal hacerlo sino que deja ver cuán
dependientes de Dios vivimos.
1Co 6:6 En vez de esto, un hermano demanda a otro, ¡y esto ante los incrédulos!
Qué difícil es ver pleitos entre hermanos de la iglesia,
los cuales solo generan discusiones, divisiones y mal testimonio de la verdad
que decimos predicar y vivir.
1Co 6:7 En realidad,
ya es una grave falla el solo hecho de que haya pleitos entre
ustedes. ¿No sería mejor soportar la
injusticia? ¿No sería mejor dejar que
los defrauden?
Como mencionaba anteriormente es una
muestra de inmadurez espiritual el que haya pleitos entre hermanos, pues si
tuvieran discernimiento primero los evitarían, y si ya se vieran envueltos en
ellos pues lo más seguro es que deberían dejar que un hermano maduro en la fe
juzgue verazmente.
1Co 6:8 Lejos de eso,
son ustedes los que defraudan y cometen injusticias, ¡y conste que se trata de sus hermanos!
Convencidos de que todos debemos seguir la verdad, no
deberían existir personas que se llamen a sí mismos creyentes que defrauden y
cometan injusticias, pero mientras la naturaleza carnal predomine sobre la
naturaleza divina, siempre existirán este tipo de problemas hasta que maduremos en la fe.
1Co 6:9 ¿No saben que los malvados no heredarán el
reino de Dios? ¡No se dejen
engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales,
porque nos dejamos engañar por vanas filosofías, o por
ministros que se empeñan en que aceptemos lo que la palabra menciona que es
categóricamente pecado, no podemos permitir que tendencias reformistas o ecuménicas
basadas en mentiras nos engañen, el pecado debe ser denunciado, predicado y
echado fuera de nuestras vidas, sin luz en cada área de nuestras vidas, solo
habrá tinieblas que ejercerán el dominio que nosotros mismos les damos.
1Co 6:10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de
Dios.
El
hombre espiritual no debe tener ninguna contemplación con el pecado, ni el
pueblo de Dios debe caer en manos de hombres de perverso corazón que solo
apartaran a las ovejas. El reino de Dios es la manifestación de la unidad en
Dios, en la cual el pecado no tiene cabida, solo un limpio corazón, la fe y la
gracia hayan cabida en el reino.
1Co 6:11 Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del
Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios. No
podemos dejar de compartir el evangelio con aquellos que practican estas cosas,
porque así fuimos llamados todos nosotros, traídos de las tinieblas a la luz,
pero lo que si no podemos es tolerar esto dentro de la congregación, los
ministerios y en especial sobre nuestras propias vidas y familias. El Espíritu Santo ha empezado la obra que ira
perfeccionándose con la obediencia, pues luego de haber sido llamados, creer
con el corazón y vivir un verdadero arrepentimiento fuimos lavados con la
palabra de vida, y hechos justos en el nombre del único justo ante Dios,
Jesucristo.
1Co 6:12 "Todo me está permitido", pero no todo es para mi bien. "Todo me está permitido", pero no dejaré que nada me domine.
Para aquel que ha entendido con madurez la verdad, sabrá
que todo está permitido, pero no todo redundara en bienestar para mi vida,
tomar licor no está mal, siempre y cuando este no ejerza dominio, el problema
es que cuando permitimos que estas cosas se tornen comunes en nuestras vidas,
perdemos la capacidad de discernir el mal que nos pueden llegar a causar; ejemplo:
la televisión, no está mal hacerlo, pero si ella te quieta la oportunidad de
fortalecer tu fe y domina el manejo de tu tiempo, entonces habrá tomado el
control y el dominio, otro ejemplo no está mal que un hombre genere amistad con
una mujer, pero si sus impulsos sexuales tienden a descarriarse, de seguro
caerá, por eso quien madura en la fe, entiende que debe evitar todo tipo de
cosas que sabe podrían dejar de edificar su vida espiritual. Ya no preguntara
si está mal hacerlo, aprenderá a confiar en Dios y entregara toda carga,
evitando así que cualquier cosa le domine.
1Co 6:13 "Los alimentos son para el estómago y el
estómago para los alimentos"; así
es, y Dios los destruirá a ambos. Pero el cuerpo no es para la inmoralidad
sexual sino para el Señor, y el Señor
para el cuerpo.
Algunos no toman en cuenta estas
advertencias de bendición para sus vidas y terminan cayendo en glotonería, en
pereza, en pornografía, en adulterio, en fornicación, en desánimo y la
depresión y luego no entienden porque cayeron allí, así que Dios nos advierte
con amor, para que evitemos las cosas que dificultaran nuestro crecimiento.
Además la unidad con Cristo por el Espíritu no permite el pecado en nuestras
vidas, o uno domina (el Señor) o domina el otro (el pecado).
1Co 6:14 Con su poder Dios resucitó al Señor, y nos resucitará también a nosotros.
Sujetos a Su poder estamos confiados de que manteniendo
la unidad y la libertad que nos da el Espíritu, su poder que resucito al Señor
también nos resucitara a nosotros.
1Co 6:15 ¿No saben que sus cuerpos son miembros de
Cristo mismo? ¿Tomaré acaso los miembros
de Cristo para unirlos con una prostituta?
¡Jamás!
La unidad en Cristo hace que cada
parte de nuestro ser se convierta en la esencia misma de Cristo, así que si
Dios nos revela esta profunda verdad a nuestros corazones, ya no nos
limitaremos a lo que pensamos o argumentamos, sino que tendremos la certeza de
entregarnos completamente a Dios y no a la inmoralidad.
1Co 6:16 ¿No saben que el que se une a una prostituta
se hace un solo cuerpo con ella? Pues la
Escritura dice: "Los dos llegarán a
ser un solo cuerpo."
y nos recuerda el hecho
de que la unión sexual hace que nos volvamos un solo cuerpo, tal cual menciona
Gen_2:24, así mismo la unidad con Dios por el Espíritu Santo, nos hace un solo
cuerpo con El.
1Co 6:17 Pero el que se une al Señor se hace uno con
él en espíritu.
La unidad no ocurre en el ser
exterior, sino en el interior, pues la unidad se da a través del Espíritu
Santo, con el cual somos uno.
1Co 6:18 Huyan de la inmoralidad sexual. Todos los demás pecados que una persona
comete quedan fuera de su cuerpo; pero
el que comete inmoralidades sexuales peca contra su propio cuerpo.
Siempre Dios dispondrá una salida para evitar
contaminarnos con la inmoralidad sexual, pues este pecado aparta el corazón del
hombre y le domina fácilmente, Pablo nos explica porque?, porque los demás
pecados que se cometen están fuera del cuerpo, pero los que se cometen contra
su propio cuerpo, lo hacen desuniéndose a Dios y siguiendo el dominio de las
tinieblas.
1Co 6:19 ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del
Espíritu Santo, quien está en ustedes y
al que han recibido de parte de Dios?
Ustedes no son sus propios dueños;
Deberíamos
reconocer que somos templo del Espíritu Santo con quien convivimos en unidad,
así que todo lo que hacemos a nuestro cuerpo ofende y contrista al Espíritu de
Dios. Ser templo del Espíritu Santo también tiene unas ventajas y que el cuida,
limpia y nutre nuestro interior, fortaleciéndonos, afirmándonos, y guiándonos a
la verdad.
1Co 6:20 fueron comprados por un precio. Por tanto,
honren con su cuerpo a Dios.
Dios es en
nosotros, y compartimos en unidad, porque no honrarlo, la deshonra acarrea
disolución del estado de unidad y compromete nuestro servicio y amor a Dios. No
debemos olvidar ni dejar de grabar en nuestros corazones el precio que ha sido
pagado por amor hacia nosotros, teniendo en cuenta ello brindemos honra a
nuestros cuerpos y a Dios quien habita en nosotros.
ESTUDIO BÍBLICO
POR: Camilo Sastoque M.
1Co 6:1 Si alguno de ustedes tiene un pleito con
otro, ¿cómo se atreve a presentar
demanda ante los inconversos, en vez de
acudir a los creyentes?
Porque dejar ejercer la
justicia en manos de aquellos que ni siquiera conocen la justicia de Dios y que
juzgan bajo sus propios preceptos y no los de Dios, se hace porque de igual
manera muchos que se dicen creyentes no conocen la escritura y tienen poco
discernimiento del bien y del mal, así que Pablo les confronta para que piensen
y reflexionen si no debiera hacerlo ellos y no dejar esos asuntos a los
inconversos.
1Co 6:2 ¿Acaso no saben que los creyentes juzgarán al
mundo? Y si ustedes han de juzgar al
mundo, ¿cómo no van a ser capaces de
juzgar casos insignificantes?
No deberían ustedes
aprender a juzgar todo bajo la guía de Dios, pues ustedes son quienes juzgan y
reinan en compañía de Cristo al mundo, debemos ser capaces de establecer
justicia en cada aspecto de la vida nos puede acaecer.
1Co 6:3 ¿No saben que aun a los ángeles los
juzgaremos? ¡Cuánto más los asuntos de
esta vida! Si aún nos parece poco, aun sobre los
ángeles juzgaremos y reinaremos, porque no hemos de juzgar y ejercer dominio
sobre los asuntos de esta vida.
1Co 6:4 Por tanto,
si tienen pleitos sobre tales asuntos,
¿cómo es que nombran como jueces a los que no cuentan para nada ante la
iglesia?
Si apelamos a la justicia humana no
podemos apelar ante Dios, los pleitos se presentan en los creyentes inmaduros
que aún están pendientes de sí mismos, y generan pleitos por cosas
insignificantes y buscan apoyo o defensa en jueces humanos que les ayuden a
lograr sus objetivos. Que lastima porque pierden la oportunidad de que en cada
conflicto puedan dar gloria a Dios y se nieguen a si mismos.
1Co 6:5 Digo esto para que les dé vergüenza. ¿Acaso no hay entre ustedes nadie lo bastante
sabio como para juzgar un pleito entre creyentes?
Es
vergonzoso para nosotros como creyentes buscar apoyo, defensa o ayuda en los
incrédulos, porque aunque existen hombres creyentes lo suficientemente capaces
de juzgar estos asuntos, lo único que revela esto es la inmadurez del corazón
de algunos. Y no por el hecho de que este mal hacerlo sino que deja ver cuán
dependientes de Dios vivimos.
1Co 6:6 En vez de esto, un hermano demanda a otro, ¡y esto ante los incrédulos!
Qué difícil es ver pleitos entre hermanos de la iglesia,
los cuales solo generan discusiones, divisiones y mal testimonio de la verdad
que decimos predicar y vivir.
1Co 6:7 En realidad,
ya es una grave falla el solo hecho de que haya pleitos entre
ustedes. ¿No sería mejor soportar la
injusticia? ¿No sería mejor dejar que
los defrauden?
Como mencionaba anteriormente es una
muestra de inmadurez espiritual el que haya pleitos entre hermanos, pues si
tuvieran discernimiento primero los evitarían, y si ya se vieran envueltos en
ellos pues lo más seguro es que deberían dejar que un hermano maduro en la fe
juzgue verazmente.
1Co 6:8 Lejos de eso,
son ustedes los que defraudan y cometen injusticias, ¡y conste que se trata de sus hermanos!
Convencidos de que todos debemos seguir la verdad, no
deberían existir personas que se llamen a sí mismos creyentes que defrauden y
cometan injusticias, pero mientras la naturaleza carnal predomine sobre la
naturaleza divina, siempre existirán este tipo de problemas hasta que maduremos en la fe.
1Co 6:9 ¿No saben que los malvados no heredarán el
reino de Dios? ¡No se dejen
engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales,
porque nos dejamos engañar por vanas filosofías, o por
ministros que se empeñan en que aceptemos lo que la palabra menciona que es
categóricamente pecado, no podemos permitir que tendencias reformistas o ecuménicas
basadas en mentiras nos engañen, el pecado debe ser denunciado, predicado y
echado fuera de nuestras vidas, sin luz en cada área de nuestras vidas, solo
habrá tinieblas que ejercerán el dominio que nosotros mismos les damos.
1Co 6:10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de
Dios.
El
hombre espiritual no debe tener ninguna contemplación con el pecado, ni el
pueblo de Dios debe caer en manos de hombres de perverso corazón que solo
apartaran a las ovejas. El reino de Dios es la manifestación de la unidad en
Dios, en la cual el pecado no tiene cabida, solo un limpio corazón, la fe y la
gracia hayan cabida en el reino.
1Co 6:11 Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del
Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios. No
podemos dejar de compartir el evangelio con aquellos que practican estas cosas,
porque así fuimos llamados todos nosotros, traídos de las tinieblas a la luz,
pero lo que si no podemos es tolerar esto dentro de la congregación, los
ministerios y en especial sobre nuestras propias vidas y familias. El Espíritu Santo ha empezado la obra que ira
perfeccionándose con la obediencia, pues luego de haber sido llamados, creer
con el corazón y vivir un verdadero arrepentimiento fuimos lavados con la
palabra de vida, y hechos justos en el nombre del único justo ante Dios,
Jesucristo.
1Co 6:12 "Todo me está permitido", pero no todo es para mi bien. "Todo me está permitido", pero no dejaré que nada me domine.
Para aquel que ha entendido con madurez la verdad, sabrá
que todo está permitido, pero no todo redundara en bienestar para mi vida,
tomar licor no está mal, siempre y cuando este no ejerza dominio, el problema
es que cuando permitimos que estas cosas se tornen comunes en nuestras vidas,
perdemos la capacidad de discernir el mal que nos pueden llegar a causar; ejemplo:
la televisión, no está mal hacerlo, pero si ella te quieta la oportunidad de
fortalecer tu fe y domina el manejo de tu tiempo, entonces habrá tomado el
control y el dominio, otro ejemplo no está mal que un hombre genere amistad con
una mujer, pero si sus impulsos sexuales tienden a descarriarse, de seguro
caerá, por eso quien madura en la fe, entiende que debe evitar todo tipo de
cosas que sabe podrían dejar de edificar su vida espiritual. Ya no preguntara
si está mal hacerlo, aprenderá a confiar en Dios y entregara toda carga,
evitando así que cualquier cosa le domine.
1Co 6:13 "Los alimentos son para el estómago y el
estómago para los alimentos"; así
es, y Dios los destruirá a ambos. Pero el cuerpo no es para la inmoralidad
sexual sino para el Señor, y el Señor
para el cuerpo.
Algunos no toman en cuenta estas
advertencias de bendición para sus vidas y terminan cayendo en glotonería, en
pereza, en pornografía, en adulterio, en fornicación, en desánimo y la
depresión y luego no entienden porque cayeron allí, así que Dios nos advierte
con amor, para que evitemos las cosas que dificultaran nuestro crecimiento.
Además la unidad con Cristo por el Espíritu no permite el pecado en nuestras
vidas, o uno domina (el Señor) o domina el otro (el pecado).
1Co 6:14 Con su poder Dios resucitó al Señor, y nos resucitará también a nosotros.
Sujetos a Su poder estamos confiados de que manteniendo
la unidad y la libertad que nos da el Espíritu, su poder que resucito al Señor
también nos resucitara a nosotros.
1Co 6:15 ¿No saben que sus cuerpos son miembros de
Cristo mismo? ¿Tomaré acaso los miembros
de Cristo para unirlos con una prostituta?
¡Jamás!
La unidad en Cristo hace que cada
parte de nuestro ser se convierta en la esencia misma de Cristo, así que si
Dios nos revela esta profunda verdad a nuestros corazones, ya no nos
limitaremos a lo que pensamos o argumentamos, sino que tendremos la certeza de
entregarnos completamente a Dios y no a la inmoralidad.
1Co 6:16 ¿No saben que el que se une a una prostituta
se hace un solo cuerpo con ella? Pues la
Escritura dice: "Los dos llegarán a
ser un solo cuerpo."
y nos recuerda el hecho
de que la unión sexual hace que nos volvamos un solo cuerpo, tal cual menciona
Gen_2:24, así mismo la unidad con Dios por el Espíritu Santo, nos hace un solo
cuerpo con El.
1Co 6:17 Pero el que se une al Señor se hace uno con
él en espíritu.
La unidad no ocurre en el ser
exterior, sino en el interior, pues la unidad se da a través del Espíritu
Santo, con el cual somos uno.
1Co 6:18 Huyan de la inmoralidad sexual. Todos los demás pecados que una persona
comete quedan fuera de su cuerpo; pero
el que comete inmoralidades sexuales peca contra su propio cuerpo.
Siempre Dios dispondrá una salida para evitar
contaminarnos con la inmoralidad sexual, pues este pecado aparta el corazón del
hombre y le domina fácilmente, Pablo nos explica porque?, porque los demás
pecados que se cometen están fuera del cuerpo, pero los que se cometen contra
su propio cuerpo, lo hacen desuniéndose a Dios y siguiendo el dominio de las
tinieblas.
1Co 6:19 ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del
Espíritu Santo, quien está en ustedes y
al que han recibido de parte de Dios?
Ustedes no son sus propios dueños;
Deberíamos
reconocer que somos templo del Espíritu Santo con quien convivimos en unidad,
así que todo lo que hacemos a nuestro cuerpo ofende y contrista al Espíritu de
Dios. Ser templo del Espíritu Santo también tiene unas ventajas y que el cuida,
limpia y nutre nuestro interior, fortaleciéndonos, afirmándonos, y guiándonos a
la verdad.
1Co 6:20 fueron comprados por un precio. Por tanto,
honren con su cuerpo a Dios.
Dios es en
nosotros, y compartimos en unidad, porque no honrarlo, la deshonra acarrea
disolución del estado de unidad y compromete nuestro servicio y amor a Dios. No
debemos olvidar ni dejar de grabar en nuestros corazones el precio que ha sido
pagado por amor hacia nosotros, teniendo en cuenta ello brindemos honra a
nuestros cuerpos y a Dios quien habita en nosotros.