viernes, 15 de diciembre de 2017

MATRIMONIOS - AMÁNDONOS TAL COMO SOMOS


AMÁNDONOS TAL COMO SOMOS

Mar 12:33 “y amar al prójimo como a uno mismo, es más importante que todos los holocaustos y sacrificios”.

INTRODUCCIÓN

Queremos ser amados tal como lo idealizamos, queremos que nuestra pareja haga todo lo que nos gusta, que nos complazca, que nos ayude, que nos sirva, que nos consienta y hasta más.

Pero lo que mas se evidencia dentro de los hogares es que nuestras parejas parecen no obedecer a nuestras exigencias o nuestro querer. Muchas veces nuestra pareja parece hacer todo lo contrario a lo que queremos o nos gusta, y es allí cuando surgen muchos inconvenientes y algunos inmaduros buscaran separarse.

Esto ha motivado la destrucción de muchas relaciones, pues se nos ha inculcado falsamente que el matrimonio esta para hacernos felices, y aunque si, puede ayudarnos y darnos muchas alegrías, en realidad, no siempre es felicidad.

Hay muchas cosas que amamos de nuestros cónyuges y otras que sinceramente odiamos, lo cual nos pone un poco más difícil las cosas, de allí que amar no sea sencillo y  siempre implique morir a uno mismo.

DESARROLLO

Descubrir esta realidad cambio totalmente mi perspectiva del matrimonio, entonces comprendí que al matrimonio no se va para ser feliz, sino en obediencia al mandato divino, al que luego se le pueden añadir muchas alegrías, pero también otras cosas como tristezas y dolores.

Teniendo esto claro es que podemos reconocer que el matrimonio nos enseña a amar a nuestro cónyuge tal como es. Claro eso no nos excusa para no cambiar aquello que le hace daño a nuestro cónyuge o para que tengamos que aguantar malos tratos, sino que nos capacita para amarlo como Dios lo ama, tal cual es como Dios ha diseñado el matrimonio para existir.

Job tuvo que soportar en medio de su gran dolor, la insolencia e imprudencia de su esposa, quien le dijo: “Maldice a Dios y muérete” (Job 2:9). Pablo tuvo que hablar a las esposas y esposos para que estuviesen sujetos unos a otros diciendo: “Efesios 5:21 Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo”. Pero muchas veces seguimos empeñados en que nuestras parejas hagan lo que a nosotros nos gusta, si no lo hacen entonces tendemos a tomarlo en su contra, lo cual genera profundas heridas.

No se imaginan la cantidad de hogares que se destruyen porque su orgullo les impide amar a su cónyuge con sus fortalezas y debilidades.

CONCLUSION

De allí que se haga muy necesario comprender que Dios nos ama como somos, y al amarnos tal cual somos, perdono nuestro pecado y nos ayuda cada día para que seamos mejores. Así mismo, los cónyuges deben procurar amar a sus parejas como Dios las ama, perdonando sus errores, ayudándoles a mejorar siempre.

Claro que para que esto se dé, debemos tener paciencia, comprensión, entendimiento que solo provienen de una vida espiritual enriquecida con la presencia de Dios en nuestras vidas. El impedimento mas grande para amar a nuestro cónyuge es nuestro orgullo y la poca espiritualidad que se tiene en el hogar. Mientras que un hogar fortalecido en la oración y la comunión con Dios y su palabra siempre encontrara la forma de tratar con sus problemas, apoyarse, mejorar lo que hay que mejorar y cambiar aquello que se tiene que cambiar.

Basta de excusas, basta de argumentos en contra de la voluntad divina, siempre escucho cosas como: “es que no me ama como yo quisiera”, “es que no me quiere”, “no es como yo lo imagine”, todo esto habla de lo poco que hemos muerto a nosotros mismos y de lo mucho que nos falta por ser perfeccionados en el amor de Dios.

Procuremos entonces morir a nosotros mismos amando a nuestros cónyuges como la escritura lo pide, con acciones, con demostraciones continuas de ese amor, con buenas palabras y dejemos las criticas destructivas, las quejas, las malas palabras y malos comportamientos que dañan la relación.


Oremos, Señor ayúdanos a amar a nuestro cónyuge como tu le amas, concédenos vivir en armonía y ayudándonos mutuamente para cumplir el propósito por el que nos tienes con vida, amen.

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