lunes, 20 de mayo de 2013

TIEMPO DE REFLEXIÓN



El avaro muere de hambre hoy, por miedo a morir de hambre mañana (san Bernardo de Clairvaux).
Conozco a un anciano con mucho dinero, pero avaro; tan avaro que coloca sus billetes delante del espejo, para mirar duplicado su capital. Entonces dice: "Los billetes que veo en el espejo, quiero darlos de limosna; los otros billetes debo guardarlos pues hay que ser precavido. Y a estos últimos los encierra en la caja fuerte" (Trilussa).
"¡Necio! Esta noche morirás; ¿y de quién será lo que amontonaste?" (Lc 12, 13ss; 12, 22ss; St 5, 1ss).
Ante el mundo la avaricia y la tacañería parecen actitudes normales para el mundo, pues parecen tener el control de sus finanzas, pero sin darse cuenta, son ellas las que les controlan, sin entender que como dice la escritura, nadie sabe la hora en que deberemos partir y los que viven con estas actitudes son los que más sufren por el apego que han generado a lo que tienen, eres tu uno de ellos?, que piensas a la hora de dar?, que pensamientos llegan cuando hay que pagar una cuenta?, que piensas cuando tienes en abundancia y hay otros que con un poco podrían mejorar su existencia? Cuanto das a la obra de Dios y que piensas cuando lo haces, conociendo lo que piensas te darás cuenta de si eres o no, un avaro.
Todas estas preguntas deberíamos hacernos para vivir en un mundo más justo, pues es cierto que la justicia de Dios primero está en Jesucristo, pero luego está en ayudar a los necesitados, de que nos sirve amontonar riquezas en un mundo, mientras el mundo y nosotros nos perdemos junto con ellas, que Dios nos enseñe a ser desprendidos de las cosas materiales y del dinero, que este no controle nuestras emociones y pensamientos como seguramente lo ha hecho durante años, así que es tiempo de cambiar y morir al egoísmo y vivir como hijos de Dios.
La avaricia genera control, dominio, sobre aquel que cree que controla el dinero cuando este le controla en realidad, si has perdido el rumbo y te encuentras viviendo, trabajando y soñando en pos de las riquezas, no permitas que ellas te continúen controlando, empieza por liberarte de su control y por dar, para poder ser verdaderamente libres.

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