HONREN
CON SUS CUERPOS A DIOS
1Co
6:19 ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en
ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios
dueños;
INTRODUCCION
No es fácil hablar en estos días
de honrar a Dios con nuestros cuerpos, cada uno en su propia medida quiere
hacer con su cuerpo lo que le venga en gana. Pero la biblia nos exhorta a
recordar que hemos sido comprador a precio de sangre y que ya no somos dueños
de nuestros propios cuerpos, pues con ellos debemos procurar en todo agradar a
Dios.
Este tema no es nada fácil pues
puede ser fácilmente tergiversado como religioso, fanático y otros muchos
adjetivos más para degradar a quien predica todo el consejo de la palabra de
Dios. Pero es justo que hablemos en profundidad sobre este tema.
DESARROLLO
No solo se honra a Dios cuando se
le adora, cuando se confía en él, o cuando se le ofrenda a él. Se le honra con
nuestros cuerpos, pues sabemos que somos templo suyo y del Espíritu Santo, y
nadie que teniendo en sí a la divinidad procuraría hacer de su templo una
escultural atractivo, Salomón y David quisieron hacer esto con el templo, pero
descuidaron sus propias vidas interiores. De allí que nos sirven como
testimonio de lo que verdaderamente importa.
Dios no es un Dios ostentoso o
que gusta de vanidades mundanas, él procura nuestra salvación y nuestra
santidad como el fin último de nuestro ser, y comprende que lo que hay en el
exterior es solo una muestra del interior. Si hay desorden y vanidad en el exterior,
que más podremos encontrar en el interior.
Honremos a Dios cuidando su
templo brindándole cuidado, buena alimentación, pero no más del necesario para
mantenernos saludables, procurando evitar los excesos en los alimentos, los
dulces, la sal, y cada elemento que puede convertirse en dañino para nuestro
ser. No podemos permitir la obesidad, que si bien proviene de una alteración
genética, también depende de nosotros el no permitirla, muchas enfermedades
vienen como consecuencia del descuido de nuestras propias emociones, y
pensamientos, otras por no cuidar como nos alimentamos y por no ejercitar el
dominio propio.
Si nuestros cuerpos son probados
en la disciplina espiritual seguramente experimentaremos una mayor vitalidad y
armonía en ellos, con lo cual honraremos a Dios. Como explique no todas las
enfermedades provienen de esto, pero si algunas de ellas, por lo tanto,
honremos a Dios cuidando nuestros cuerpos de exponerlos innecesariamente a
factores que los destruyan y enfermen, procuremos la paz y el gozo con el que
honramos a Dios en nuestro ser.
CONCLUSION
No nos permitamos caer en el
descuido de nuestros cuerpos, pues ellos nos hablan de lo que sentimos,
nuestras frustraciones y pensamientos. Nuestro cuerpo sabrá mostrarnos como
estamos espiritualmente si sabemos oír y prestar atención a sus señales.
No seamos descuidados con nuestro
cuerpo para que honremos a Dios quien nos lo ha provisto para glorificarle con
nuestra vida. Vivamos conforme a la verdad y apartémonos de la mentira y el
engaño de este mundo, para que podamos disfrutar de una vida tranquila y
apacible en la presencia de Dios, aunque los problemas, dificultades y
sufrimientos golpeen a nuestra puerta.
Oremos, Señor permítenos honrarte
con nuestros cuerpos al mantenerlos cuidados en la medida de nuestras
posibilidades, cuidando lo que pensamos, sentimos y decimos. Perdónanos por no
cuidarlo como es debido, comiendo en exceso, dejando que la ansiedad y la
preocupación lo agoten innecesariamente, y ayúdanos a vivir confiadamente en tu
mano poderosa, amen.
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe
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