ENCARGADOS
DE ADMINISTRAR LOS MISTERIOS DE DIOS
1Co
4:1 Que todos nos consideren servidores de Cristo,
encargados de administrar los misterios de Dios.
INTRODUCCION
Como servidores de Cristo debemos
conocer nuestras responsabilidades, no conocerlas implica que podamos no estar
haciendo bien nuestra labor. Si vamos a hacer algo lo mejor es que conozcamos
todos los detalles que implica el realizar esa tarea, de lo contrario podemos
creer que estamos haciéndolo bien bajo nuestra propia perspectiva, pero mal a
la perspectiva del que ordena la tarea.
Como medico necesito conocer cómo
desarrollar los procedimientos médicos a los que tengo disponibilidad en mi
labor, si no se con lo que cuento, no podre atender a muchos pacientes, pero sí
en cambio conozco lo que tengo y lo que debo hacer, podre hacer mejor mi tarea.
De allí, que muchas empresas tengan manuales para desarrollar algunas tareas,
lo único que se necesita es leerlos y así comprender lo que podemos o no
podemos hacer.
DESARROLLO
Como creyentes tenemos en las
escrituras la revelación completa de lo que nos conduce a la salvación y al
orden eclesiástico correcto, pero no muchos lo saben. De modo, que terminan
haciendo cosas a las que nunca se les llamo. Además, en nuestra relación con
Dios también nos son revelados los misterios de Dios, veamos:
Rom 11:25 Hermanos, quiero que
entiendan este misterio para que no se vuelvan presuntuosos. Parte de Israel se ha endurecido, y así
permanecerá hasta que haya entrado la totalidad de los gentiles.
Rom 16:25 El Dios eterno ocultó
su misterio durante largos siglos, pero ahora lo ha revelado por medio de los
escritos proféticos, según su propio mandato, para que todas las naciones
obedezcan a la fe. ¡Al que puede
fortalecerlos a ustedes conforme a mi evangelio y a la predicación acerca de
Jesucristo,
1Co 2:7 Más bien, exponemos el
misterio de la sabiduría de Dios, una sabiduría que ha estado escondida y que
Dios había destinado para nuestra gloria desde la eternidad.
1Co 15:51 Fíjense bien en el
misterio que les voy a revelar: No todos
moriremos, pero todos seremos transformados,
Ef 1:9 Él nos hizo conocer el
misterio de su voluntad conforme al buen propósito que de antemano estableció
en Cristo,
Ef 3:4 Al leer esto, podrán darse
cuenta de que comprendo el misterio de Cristo.
Ef 3:9 y de hacer entender a toda
la realización del plan de Dios, el misterio que desde los tiempos eternos se
mantuvo oculto en Dios, Creador de todas las cosas.
Ef 6:19 Oren también por mí para que,
cuando hable, Dios me dé las palabras para dar a conocer con valor el misterio
del evangelio,
Col 1:27 A éstos Dios se propuso
dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones,
que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria.
Col 2:2 Quiero que lo sepan para
que cobren ánimo, permanezcan unidos por amor, y tengan toda la riqueza que
proviene de la convicción y del entendimiento.
Así conocerán el misterio de Dios, es decir, a Cristo
Todos estos pasajes nos revelan
como la iglesia y en particular sus fieles son los portadores de la revelación
divina, haciendo comprensibles misterios que se hallaban ocultos en las
escrituras, pero que solo ahora por medio de la gracia divina se empezaron a
hacer visibles y siguen haciéndose visibles a quienes participan de la gracia
divina.
Muchos son los misterios que
están ocultos a los ojos de los incrédulos y de los que creen pero que aún no
comprenden la verdad. Por eso se nos ha llamado a administrar estos misterios
de modo que puedan ser comprensibles y entendibles a quien nos escucha.
CONCLUSION
Comprenderlos no debe hacer que
nos creamos más que los demás, no debemos dar cabida al orgullo en nuestro ser,
pues nuestra revelación puede convertirse en arrogancia sino sabemos
administrar los misterios que recibimos.
Por ejemplo, hay quienes están
comenzando en la fe y aun no pueden digerir mensajes como la triunidad, o la
divinidad de Cristo, pero debemos administrarlos de tal forma que podamos
hacerlos fáciles y entendibles aun para el más novato de los creyentes. No
podemos hacerle tratar de digerir complejas enseñanzas a quienes apenas
comienzan en la fe, y tampoco debemos cargar a los nuevos creyentes con
demasiada información que no podrían tolerar, de allí que se nos llame a
administrar responsable y cuidadosamente aquello que debemos enseñar y dar a
los creyentes. En cambio, si ya hay madurez y se conocen los fundamentos de la
fe, podemos avanzar hacia la madurez enseñando cosas espirituales a los
espirituales y dar un alimento más sólido, dando a comprender misterios aún más
profundos.
Oremos, Señor permítenos
administrar con sabiduría los misterios que ahora se revelan por tu palabra y
amor, que tu gracia nos dé la habilidad para dar a comprender aquello que se
nos revela en lo secreto, amen.
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