lunes, 21 de enero de 2013

TIEMPO DE REFLEXION





La semana pasada llevé a mis niños a un restaurante. Mi hijo de 6 años de edad preguntó si podía dar las gracias. Cuando inclinamos nuestras cabezas él dijo: "Dios es bueno, Dios es grande. Gracias por los alimentos, yo estaría aún más agradecido si Mamá nos diese helado para el postre. Libertad y Justicia para todos. Amén"
Junto con las risas de los clientes que estaban cerca, escuché a una señora comentar: "Eso es lo que está mal en este país, los niños de hoy en día no saben cómo orar, pedir a Dios helado... ¡Nunca había escuchado esto antes!" Al oír esto, mi hijo empezó a llorar y me preguntó: "¿Lo hice mal? ¿Está enojado Dios conmigo?
Sostuve a mi hijo y le dije que había hecho un estupendo trabajo y Dios seguramente no estaría enojado con él.
Un señor de edad se aproximó a la mesa. Guiñó su ojo a mi hijo y le dijo: "Llegué a saber que Dios pensó que aquella fue una excelente oración".
¿En serio? - Preguntó mi hijo. - ¡Por supuesto! Luego en un susurro dramático añadió, indicando a la mujer cuyo comentario había iniciado aquel asunto: "Muy mal, ella nunca pidió helado a Dios. Un poco de helado, a veces es muy bueno para el alma".
Como era de esperar, compré a mis niños helado al final de la comida. Mi hijo se quedó mirando fijamente el suyo por un momento y luego hizo algo que nunca olvidaré por el resto de mi vida. Tomó su helado y sin decir una sola palabra avanzó hasta ponerlo frente a la señora. Con una gran sonrisa le dijo: "Tómelo, es para usted. El helado es bueno para el alma y mi alma ya está bien".
Hechos 20:35  Con mi ejemplo les he mostrado que es preciso trabajar duro para ayudar a los necesitados,  recordando las palabras del Señor Jesús:  'Hay más dicha en dar que en recibir.'  "
Sabes cómo iglesia de Jesucristo cuantas veces hemos dejado o perdido la oportunidad de ayudar a los necesitados?, muchas, mas son las veces en que nos enfocamos en el ministerio, en nosotros, nuestras familias, nuestras necesidades y dejamos de lado el mandamiento de dar. Creemos que con cumplir todas las otras cosas que nos pide la escritura entonces estamos bien, pero te das cuenta de que a veces vives o pides más de los que necesitas, te has acostumbrado a vivir en muchas ocasiones una vida con lujos cuando otros ni siquiera tienen lo necesario, yo he decidido comenzar algo diferente y mirar las necesidades del prójimo con más frecuencia. Hace poco leí un libro llamado Radical del pastor David Platt, en donde hace un llamado y creo debe ser un llamado urgente a la iglesia, para cambiar la manera en como manejamos nuestras finanzas y las finanzas de la iglesia, parece que estuviéramos ciegos ante la necesidad de un mundo que  sufre ante una iglesia enmudecida, ciega y sorda al clamor de los necesitados, ellos pueden estar en tu hogar, tu familia,  tu iglesia, tu comunidad o aún más lejos pero, si hemos sido bendecidos porque no bendecir?, no hay más dicha en dar que en recibir?, La historia nos muestra que Dios aun suple nuestras necesidades, pero si nuestra alma, cuero y espíritu están bien porque no preocuparnos por aquellos que sufren y pasan necesidades, que nuestro corazón nunca se endurezca ante la necesidad de los pobres y desamparados. Necesitamos hombres y mujeres que muestren compasión y amor, que muestren a Cristo no solo en sus palabras sino en sus acciones.

1 comentario:

  1. Muy buena esta reflexión. Oro a Dios nuestro amado Padre que siempre nos escucha y nos da lo mejor; que aprenda a pensar SIEMPRE primero en mi prójimo que en mi. Mil gracias por la reflexión.

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