Que gran
decepción tenía el joven de esta historia. Su amargura absoluta era por la
forma tan inhumana en que se comportaban todas las personas, al parecer, ya a
nadie le importaba nadie. Un día dando un paseo por el monte, vio sorprendido
que una pequeña liebre le llevaba comida a un enorme tigre malherido, el cual
no podía valerse por sí mismo. Le impresionó tanto al ver este hecho, que
regresó al siguiente día para ver si el comportamiento de la liebre era casual
o habitual. Con enorme sorpresa pudo comprobar que la escena se repetía: la
liebre dejaba un buen trozo de carne cerca del tigre. Pasaron los días y la
escena se repitió de un modo idéntico, hasta que el tigre recuperó las fuerzas
y pudo buscar la comida por su propia cuenta. Admirado por la solidaridad y
cooperación entre los animales, se dijo: -"No todo está perdido. Si los animales, que son
inferiores a nosotros, son capaces de ayudarse de este modo, mucho más lo
haremos las personas". Y decidió hacer la experiencia: Se tiró al
suelo, simulando que estaba herido, y se puso a esperar que pasara alguien y le
ayudara. Pasaron las horas, llegó la noche y nadie se acercó en su ayuda.
Estuvo así durante todo el otro día, y ya se iba a levantar, mucho más
decepcionado que cuando comenzamos a leer esta historia, con la convicción de
que la humanidad no tenía el menor remedio, sintió dentro de sí todo el
desespero del hambriento, la soledad del enfermo, la tristeza del abandono, su
corazón estaba devastado, sí casi no sentía deseo de levantarse, entonces allí,
en ese instante, lo oyó... ¡Con qué claridad, qué hermoso!, una hermosa voz,
muy dentro de él le dijo...: -"Si quieres encontrar a tus semejantes, si quieres sentir que todo ha
valido la pena, si quieres seguir creyendo en la humanidad, para encontrar a
tus semejantes como hermanos, deja de hacer de tigre y simplemente se la liebre".
Santiago 1:27
La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es
ésta: atender a los huérfanos y a las
viudas en sus aflicciones, y conservarse
limpio de la corrupción del mundo.
Muchas son las oportunidades que Dios nos da para ayudar, pero la gran
mayoría tomaría el lugar del tigre de la historia, o sea de la victima, pues en
ese estado su pensamiento solo se preocupara por las necesidades suyas, además
de quejarse y pedir ayuda, nuestra sociedad esta llena de este tipo de personas
que dejaron de preocuparse por el bien común y piensan y se desgastan buscando
su propio bienestar, mediante la queja, la critica, y el denigrar de aquellos
que intentan realizar cualquier esfuerzo. Pero nosotros debemos ser diferentes
y no conformarnos solo con ver la situación y decir que lastima, sino que
podemos hacer algo al respecto, podemos ayudar a cambiar las cosas, si cada uno
de nosotros pone un grano de arena, podríamos crear una sociedad mas justa,
donde no prevalezcan los beneficios de unos pocos, sino los de todos, Si tan
solo tomamos la actitud de la liebre y en vez de hacernos las victimas
empezamos por ayudar en lo poco, o en lo mucho, podremos ver un cambio radical,
el mundo nos necesita y Dios nos ha puesto como instrumento de su amor, amémonos
los unos a los otros. Por
eso la verdadera religión consiste en dar, atender y limpiarse para servir con
humildad.
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