lunes, 7 de mayo de 2012

TIEMPO DE REFLEXION


Toma un minuto de tu tiempo y dedicalo a Dios.

Un joven soñó que entraba en un supermercado recién inaugurado y, para su sorpresa, descubrió que Jesucristo se encontraba atrás del mostrador.- ¿Que vendes aquí? - le preguntó. - Todo lo que tu corazón desee - respondió Jesucristo. Sin atreverse a creer lo que estaba oyendo, el joven emocionado se decidió a pedir lo mejor que un ser humano podría desear: - Quiero tener amor, felicidad, sabiduría, paz de espíritu y ausencia de todo temor - dijo el joven-. Deseo que en el mundo se acaben las guerras, el terrorismo, el narcotráfico, las injusticias sociales, la corrupción y las violaciones a los derechos humanos. Cuando el joven terminó de hablar, Jesucristo le dice: - “Amigo, creo que no me has entendido. Aquí no vendemos frutos; solamente vendemos semillas. Convierte en frutos las semillas que hay en ti".

Gal 5:22-23  En cambio,  el fruto del Espíritu es amor,  alegría,  paz,  paciencia,  amabilidad,  bondad,  fidelidad, humildad y dominio propio.  No hay ley que condene estas cosas.

Para los que creen en Jesús el ha dispuesto que cada semilla que ha sido sembrada en fe por su palabra se convierta en un fruto que genere cambio y transformación, quieres un buen matrimonio, siembra de lo que Jesús te ha dado, amor, palabras de bendición, cariño y responsabilidad y a su tiempo cosecharas un gran amor y recibirás mucho más de lo que pediste, quieres tener paz recibe la semilla que Jesús ha dispuesto y siembra paz con buenas palabras, respeto y amor, y te aseguro  recibirás mucho más a cambio de tan poco, deja que el Espíritu Santo forme en ti la semilla, que esta muera para que pueda nacer dentro de ti cada uno de sus frutos mientras tu mueres a la envidia, a la falta de perdón, al egoísmo, al temor y al dolor, mientras morimos más de Jesús vive en nosotros, estas dispuesto a morir a ti mismo para ver frutos?.

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