ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe
Act 9:1 Mientras tanto, Saulo,
respirando aún amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote
Act 9:2 y le pidió cartas de
extradición para las sinagogas de Damasco.
Tenía la intención de encontrar y llevarse presos a Jerusalén a todos
los que pertenecieran al Camino, fueran
hombres o mujeres.
Saulo
toma la batuta en cuanto a la persecución de la iglesia y empieza su cruzada
amenazando de muerte a todo aquel que se haga llamar discípulo de Cristo, así
logra presentarse ante el sumo sacerdote para pedir cartas que le permitieran
extraditar a creyentes de esta nueva fe a la que llaman “Camino”, sin importar
sin son hombres o mujeres. De modo, que pudieran ser llevados presos y así
mismo se controlara la propagación de estos personajes considerados herejes.
Act 9:3 En el viaje sucedió que, al acercarse a
Damasco, una luz del cielo relampagueó
de repente a su alrededor.
Durante
el camino a Damasco sucede algo extraordinario, el escritor nos cuenta que una
luz relampagueó de forma repentina a su alrededor, solo podemos imaginarnos lo
sorprendido que quedo Saulo ante tal evento sobrenatural.
Act 9:4 Él cayó al suelo y oyó una voz que le
decía: --Saulo, Saulo,
¿por qué me persigues?
Pero
mas sorprendente debe haber sido el que oyera una voz que mencionaba su propio
nombre y le reclamara por perseguirle.
Act 9:5 --¿Quién eres, Señor?
--preguntó. --Yo soy Jesús, a quien tú persigues --le contestó la voz--. (biblical teachings)
Saulo
probablemente estupefacto ante tal evento, se pregunta quien es aquel quien le
cuestiona, aunque ante tal evento lo hace con toda la reverencia llamándole
Señor. Es entonces cuando escucha de nuevo la voz que responde a su pregunta
diciendo que es Jesús a quien el persigue como abanderado judío.
Act 9:6 Levántate y entra en la
ciudad, que allí se te dirá lo que
tienes que hacer.
Y
luego recibe su primera ordenanza, entrar a la ciudad y esperar la siguiente
orden.
Act 9:7 Los hombres que viajaban con
Saulo se detuvieron atónitos, porque
oían la voz pero no veían a nadie.
Este
suceso nos permite comprender en mayor medida el poder de Dios, pues aunque
trata personalmente con Saulo, quienes le acompañan solo pueden oír la voz, sin
ver a nadie. Parece ser que aunque no se nos menciona Saulo percibió a alguien
junto a él hablándole.
Act 9:8 Saulo se levantó del
suelo, pero cuando abrió los ojos no
podía ver, así que lo tomaron de la mano
y lo llevaron a Damasco.
Sin
lugar a dudas Saulo cae (no se sabe si desde su propia altura o desde algo en lo que se transportaba) y luego de este sobrenatural encuentro
con Jesús, se nos menciona que abrió sus ojos, pero no podía ver, así que fue
llevado a Damasco por sus secuaces.
Act 9:9 Estuvo ciego tres días, sin comer ni beber nada.
Tal
seria el aparente infortunio de Saulo al verse ciego, inútil, y habiendo
conocido a quien perseguía, que se quedo en ayuno completo, seguramente
esperando una respuesta subsiguiente a lo sucedido.
Act 9:10 Había en Damasco un discípulo
llamado Ananías, a quien el Señor llamó
en una visión. --¡Ananías! --Aquí estoy,
Señor.
Aquí
podemos ver como por medio de una visión el Señor llama a un servidor suyo
llamado Ananías, quien le escucha claramente y responde Señor. Esto podría
acallar las voces de aquellos que mencionan que Jesús solo hablo a Saulo y
posteriormente a nadie más.
Act 9:11 --Anda, ve a la casa de Judas, en la calle llamada Derecha, y pregunta por un tal Saulo de Tarso. Está orando,
Act 9:12 y ha visto en una visión a un
hombre llamado Ananías, que entra y pone
las manos sobre él para que recobre la vista.
Es
interesante saber que lo que Dios estaba revelando a Ananías, también le estaba
siendo revelado a Saulo, mientras a Ananías se le enviaba a Saulo se le
advertía que vendría. Es tan especifica la revelación que recibe Ananías que es
guiado claramente a donde debía ir y que hacer ante este hombre y lo que
seguramente habría de ocurrir.
Act 9:13 Entonces Ananías
respondió: --Señor, he oído hablar mucho de ese hombre y de todo
el mal que ha causado a tus santos en Jerusalén.
Ananías
en una clara conversación con el Señor, reconoce que ha oído hablar de Saulo y
su persecución a la iglesia, motivo por el cual se había vuelto tristemente
celebre para la iglesia.
Act 9:14 Y ahora lo tenemos aquí, autorizado por los jefes de los
sacerdotes, para llevarse presos a todos
los que invocan tu nombre.
Es
muy probable que Ananías no quiera ir a donde este hombre, seguramente por el
miedo que producía sobre la iglesia, y él le explica los motivos al Señor.
Act 9:15 --¡Ve! --insistió el Señor--, porque ese hombre es mi instrumento escogido
para dar a conocer mi nombre tanto a las naciones y a sus reyes como al pueblo
de Israel. (biblical teachings)
Pero
el Señor tiene que insistir para que Ananías cumpla el propósito por el que lo
envía. Además, allí se revela claramente el sentido que Dios tiene para la vida
de Saulo, quien se convertiría en el instrumento de Dios para dar a conocer su
nombre a las naciones, pues no hubo ningún apóstol que como Pablo fuera tan
efectivo en la predicación y evangelización del mundo en aquella época.
Act 9:16 Yo le mostraré cuánto tendrá
que padecer por mi nombre.
Además,
el Señor le comenta a Ananías lo que habrá de padecer este hombre que antes
perseguía a la iglesia, ahora se convertirá en perseguido por la causa de
Cristo.
Act 9:17 Ananías se fue y, cuando llegó a la casa, le impuso las manos a Saulo y le dijo: "Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino, me ha enviado para que recobres la vista y
seas lleno del Espíritu Santo."
Ananías
no tiene otra opción que ir y hacer cumplir la voluntad de Dios, quien por
medio de la imposición de manos trae sanidad sobre su ceguera y además trae
sobre él la llenura del Espíritu Santo.
Act 9:18 Al instante cayó de los ojos
de Saulo algo como escamas, y recobró la
vista. Se levantó y fue bautizado;
Saulo
recobra la visión al caer de sus ojos algo que parecían escamas, y lo
interesante del versículo es que inmediatamente se levanta y es bautizado. La
obediencia al mandato del bautismo no tiene lugar a sombra de duda, Saulo
seguramente experimenta el arrepentimiento, su conversión, la nueva fe, y es
inmediatamente bautizado. Es muy probable que Pablo conociera el obrar o actuar
de los nuevos creyentes y por eso fuera sometido al bautismo, aunque también
era notorio entre los creyentes judíos que al seguir a un maestro este les
bautizara para seguir sus enseñanzas.
Act 9:19 y habiendo comido, recobró las fuerzas. Saulo pasó varios días con los discípulos que
estaban en Damasco,
Aquí
termina su ayuno, come y se levanta para compartir con aquellos a quienes ahora
considera hermanos. Es probable que allí descubriera mucho mas sobre esta nueva
fe.
Act 9:20 y en seguida se dedicó a
predicar en las sinagogas, afirmando que
Jesús es el Hijo de Dios.
No
demora mucho su instrucción, pues Saulo es un hombre letrado en las escrituras
y además el mismo nos revela en otros escritos que su doctrina la aprendió de Cristo,
quien le instruyo personalmente. Es así como empieza a predicar afirmando
aquello que antes tanto celo le producía, Jesús es el Hijo de Dios. Una
declaración sencilla pero poderosa, que demostraba también el poder de esta
nueva fe, al ver a quien les perseguía convertido.
Act 9:21 Todos los que le oían se
quedaban asombrados, y preguntaban: "¿No es éste el que en Jerusalén
perseguía a muerte a los que invocan ese nombre? ¿Y no ha venido aquí para llevárselos presos
y entregarlos a los jefes de los sacerdotes?"
Su
testimonio era impresionante ante la iglesia y seguramente ante los mismos
judíos quienes sabían que había ido para perseguir a los cristianos y ahora le
oían predicar sobre Jesús. De modo, que las inquietudes rondaban a los
cristianos y judíos de aquel lugar.
Act 9:22 Pero Saulo cobraba cada vez
más fuerza y confundía a los judíos que vivían en Damasco, demostrándoles que Jesús es el Mesías.
Era
tal su fortalecimiento en la fe, que cada vez cobraba mayor fuerza y lograba
confundir a los judíos damascenos, mostrándoles a través de las mismas
escrituras que Jesús era el Mesías esperado.
Act 9:23 Después de muchos días, los judíos se pusieron de acuerdo para
hacerlo desaparecer,
Act 9:24 pero Saulo se enteró de sus
maquinaciones. Día y noche vigilaban de
cerca las puertas de la ciudad con el fin de eliminarlo.
Fue
tal el impacto de su conversión en Damasco que aquellos que seguían fieles al
judaísmo procuraron eliminarlo, pues no querían lidiar con este hombre
transformado y lleno del Espíritu Santo. Saulo se entera de sus planes y como
le vigilaban para hacerle desaparecer.
Act 9:25 Pero sus discípulos se lo
llevaron de noche y lo bajaron en un canasto por una abertura en la muralla.
Miremos
ahora como Saulo ya había hecho discípulos en aquel lugar, y como estos
procuraron salvarle sacándolo fuera de la ciudad.
Act 9:26 Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos tenían miedo de él, porque no creían que de veras fuera
discípulo.
Luego
de salir de Damasco llega a Jerusalén, lugar de origen de la nueva fe. Pero
todos desconfiaban de él, pues aún no habían visto los frutos de su conversión.
Es normal que hubiera tal desconfianza, pues no hubo alguien como Saulo que se
levantara a perseguir a los cristianos con tal crudeza y seguramente muchos
sufrieron encarcelamientos por su causa.
Act 9:27 Entonces Bernabé lo tomó a su
cargo y lo llevó a los apóstoles. Saulo
les describió en detalle cómo en el camino había visto al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había predicado con
libertad en el nombre de Jesús.
Podemos
ver como Bernabé seguramente se ofrece para tomarlo a su cargo ofreciéndole la
confianza que seguramente nadie quería darle, fue así como es presentado ante
los apóstoles (no se nos dice cuántos de ellos estaban) y este presenta su
testimonio de conversión ante ellos, en donde se nos aclara que vio al Señor,
quien le hablo y como termino predicando en su nombre en Damasco.
Act 9:28 Así que se quedó con
ellos, y andaba por todas partes en
Jerusalén, hablando abiertamente en el
nombre del Señor.
Entonces
es recibido y su testimonio verificado por los apóstoles, fue así como termino
quedándose con ellos, y hablando sobre Jesucristo.
Act 9:29 Conversaba y discutía con los
judíos de habla griega,* pero ellos se proponían eliminarlo.
Saulo
no termina de salir de un lado por su confrontación a los judíos, cuando ya es
nuevamente buscado para ser eliminado por los judíos que hablaban griego, con
quien por su procedencia y lenguaje tenia una mayor fluidez para compartir el
evangelio.
Act 9:30 Cuando se enteraron de ello
los hermanos, se lo llevaron a Cesarea y
de allí lo mandaron a Tarso.
Nuevamente
es sacado de Jerusalén para que fuera llevado a Cesarea y luego a Tarso, su ciudad
de origen. Podemos ver que todos eran amados y cuidados por la iglesia, quienes
les proveían salida y cuidado a donde iban.
Act 9:31 Mientras tanto, la iglesia disfrutaba de paz a la vez que se
consolidaba en toda Judea, Galilea y
Samaria, pues vivía en el temor del
Señor. E iba creciendo en número, fortalecida por el Espíritu Santo.
Con
el término de la persecución liderada por Saulo, la iglesia disfruta de paz,
mientras se consolida con una fe solida en toda Judea, Galilea y Samaria,
lugares a donde los apóstoles se movían con frecuencia para predicar e impartir
el Espíritu Santo. Pero se nos recuerda que la consolidación de la iglesia no
depende del esfuerzo de sus líderes, sino que se produce como consecuencia de
vivir en el temor del Señor. Cuando hay temor de Dios la iglesia crece en
numero y se fortalece en el Espíritu Santo, una gran recomendación para las
iglesias de hoy.
Act 9:32 Pedro, que estaba recorriendo toda la región, fue también a visitar a los santos que vivían
en Lida.
El
evangelio continua su expansión a los lugares contiguos a Israel, por lo que
los apóstoles como Pedro iban a visitar a los nuevos convertidos, a quien la
escritura llama “santos” (referencia clara a la obra santificadora del Espíritu
Santo en la vida del creyente).
Act 9:33 Allí encontró a un paralítico
llamado Eneas, que llevaba ocho años en
cama.
Act 9:34 "Eneas --le dijo
Pedro--, Jesucristo te sana. Levántate y tiende tu cama." Y al instante se levantó.
Y
ahora se nos narra uno de los milagros que acompañaban la predicación del
evangelio. Pedro se encuentra a un hombre postrado por su parálisis, a quien
declara sanidad en el nombre de Jesucristo y este milagrosamente se levanta de
inmediato.
Act 9:35 Todos los que vivían en Lida y
en Sarón lo vieron, y se convirtieron al
Señor.
Fue
tan impresionante tal milagro ante los ojos de estos pueblos que muchos se
convirtieron al Señor. Los milagros también ayudan en la predicación y el
avance del evangelio.
Act 9:36 Había en Jope una discípula
llamada Tabita (que traducido es
Dorcas*). Ésta se esmeraba en hacer
buenas obras y en ayudar a los pobres.
Otro
de los milagros que siguen la salida de Pedro hacia Lida fue el de esta mujer a
quien se le nombra como discipula. Mostrándonos una participación activa de la
mujer como discipula de Cristo.
Act 9:37 Sucedió que en esos días cayó
enferma y murió. Pusieron el
cadáver, después de lavarlo, en un cuarto de la planta alta.
Esta
mujer fiel a Dios cae enferma y muere, por lo que es preparada según la
tradición lavando su cuerpo y dejándolo listo para su entierro.
Act 9:38 Y como Lida estaba cerca de
Jope, los discípulos, al enterarse de que Pedro se encontraba en
Lida, enviaron a dos hombres a
rogarle: "¡Por favor, venga usted a Jope en seguida!"
Pero
este no era el plan de Dios para Dorcas, allí aparecen otros individuos que
también son nombrados como discípulos quienes rogaron a Pedro que fuera a Jope
donde vivía Dorcas.
Act 9:39 Sin demora, Pedro se fue con ellos, y cuando llegó lo llevaron al cuarto de
arriba. Todas las viudas se
presentaron, llorando y mostrándole las
túnicas y otros vestidos que Dorcas había hecho cuando aún estaba con ellas.
Pedro
sale con ellos y lo primero que se encuentra es que Dorcas brindaba un
maravilloso servicio a las viudas de aquella ciudad, con quienes compartía y
hasta seguramente enseñaba su arte, cuidando de ellas. De allí su gran tristeza
por su perdida.
Act 9:40 Pedro hizo que todos salieran
del cuarto; luego se puso de rodillas y
oró. Volviéndose hacia la muerta, dijo:
"Tabita,
levántate." Ella abrió los
ojos y, al ver a Pedro, se incorporó.
No
hay ningún arte en la oración, ni ninguna mística rara diferente a un hombre
lleno del Espíritu Santo quien en complicidad con la voluntad divina se une a
esta para orar a Dios, entonces lleno de confianza en Dios le pide que se
levante conforme a la voluntad divina y esta resucita.
Act 9:41 Él, tomándola de la mano, la levantó.
Luego llamó a los creyentes y a las viudas, a quienes la presentó viva.
Pedro
sin ningún alarde de su obrar, presenta ante los demás creyentes a la mujer
resucitada.
Act 9:42 La noticia se difundió por
todo Jope, y muchos creyeron en el
Señor.
Act 9:43 Pedro se quedó en Jope un buen
tiempo, en casa de un tal Simón, que era curtidor.
Las
obras del Señor por medio de los apóstoles fueron tan grandiosas que las
noticias de su obrar se difundían por todos lados, y muchos llegaban a creer en
el Señor, fue así como Pedro termina en aquel lugar enseñando y predicando el
evangelio.
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