DIOS NO NOS HA DADO UN ESPÍRITU DE TEMOR
PASAJE:
2Ti 1:7 Pues Dios no nos ha
dado un espíritu de temor, sino de
poder, de amor y de dominio propio.
INTRODUCCION
El temor además de ser una emoción caracterizada por una intensa sensación,
habitualmente desagradable, provocada por la percepción de un peligro o
problema, real o supuesto, futuro o incluso pasado; es también un estado en el
que puede estancarse nuestro ser, que se caracteriza, por la parálisis,
indiferencia, y el poco control que podemos tener de nosotros mismos, de allí que
sea importante que comprendamos que el temor no proviene de Dios, que la emoción
puede surgir pero lo que no puede ocurrir es que nos quedemos estancados en
este estado.
Miles
de creyentes viven subyugados por el temor en sus vidas, algunos por el temor
al fracaso, otros por el temor al éxito, otros por el temor de lo que sucederá en
el futuro y otros con temor a la muerte, enfrascados en un estado que les
paraliza, que no les permite tomar decisiones, que les frustra, que les impide
amar, porque ya fueron lastimados, les impide creer, porque no quieren estar
decepcionados, les impide moverse a pesar de que Dios a través de todo les
indica hacerlo.
Estas
con temor por alguna situación o circunstancia, puede ser la enfermedad, algo
que no se da, puede ser por algo que perdiste, pues es tiempo de que comprendas
esta emoción y este estado en el que pude sumirse tu vida, si no lo descubres a
tiempo y obras conforme a la escritura.
DESARROLLO
No es fácil enfrentarse al temor, porque quien lo ha sufrido sabe que en realidad se ha de enfrentar a su más grande falencia y debilidad, parece entender que todo está en su contra, que es imposible de vencer, en este punto es donde debes entender porque temes a lo que le temes, lo primero que debes comprender es que el temor inicialmente es una emoción o así comienza, que solo puede seguir en la medida en que tú se lo permites, tú eliges seguir en ese estado o cambiarlo, siempre proviene del pasado, de alguna circunstancia que nos revive ese estado o del futuro supuesto que aún no ha ocurrido, algunos temen casarse porque no saben lo que ocurrirá, temes lo que no conoces, pero cuando Dios te lleva a comprender el temor tal cual Él lo ve, entonces el temor desaparece, porque sabrás que no es más que una emoción que puedes controlar tal cual lo menciona el versículo, Dios no nos ha dado espíritu de temor, el temor no proviene de Él, el temor ataca el pensamiento, lo instiga hasta doblegarlo, más si tú puedes confiar en la escritura, y saber en tu corazón que Dios no te lo ha dado, lo puedes rechazar, y abrazar el poder, el amor, y el dominio propio que provienen de Dios para tu espíritu.
El
temor viene cuando te la pasas pensando en el futuro o en el pasado, más si
vives en Su presencia aquí y ahora, el temor no puede encontrar cabida, porque
te hayas seguro en El, no hay temor cuando confías, no hay temor cuando amas,
porque sin importar lo que sucedas, harás lo que a ti te corresponda, aunque
los demás no lo hagan para contigo, amaras sin esperar nada a cambio y no trataras
de cambiarla, más bien permitirás que Dios obre en su corazón por tu testimonio
---, y le compartirás de lo que hay en ti.
Saber
con certeza en tu corazón que Dios ha dado a tu espíritu poder, amor y dominio
propio, te permitirá enfrentar cada desafío con confianza, con la confianza
plena que solo surge cuando te encuentras sumergido en El, en donde el tiempo
de ha fundido en la eternidad y que tu vida ya no se encuentra sustentada en el
tiempo, en lo que tienes o en los apegos emocionales, eres libre ahora para
amar, para dominarte a ti mismo, y para mostrar el poder que Dios te ha dado
para darlo a los demás como manifestación de Su gracia.
CONCLUSION
Se
libre del temor, en el nombre de Jesús, no permitas que el temor continúe
destruyendo y controlando tu vida, ya no tiene poder sobre ti, en el momento en
que tu corazón lo entiende, entonces puedes ser verdaderamente libre de su
influjo, de su poder, ahora podrás contenerlo, manejarlo y hasta confrontarlo
sabiendo en tu corazón lo que Dios te ha dado, sabiendo que más fuerte es el
que está en ti, que el que está en el mundo (1 Juan 4:4), que tu ser se ha
fortalecido en El, para confiar, y en donde ha surgido la confianza, no puede
encontrar cabida el temor.
Échalo
fuera de tus pensamientos, obsérvalo mas no te quedes con él, deja que pase, al
principio te costara, pero entre más confianza tengas con Dios, poco a poco ira
desapareciendo para dar paso al poder, amor y dominio propio que provienen de Dios
para tu espíritu, y en donde el tiempo ya no tiene importancia, entonces el
temor no encontrara un rincón en donde pueda asentarse y desaparecerá porque no
hallara cabida en una mente que ha sido transformada por el poder de Dios, en
una mente que ha sido renovada por la escritura y en el corazón de un ser que
ha sido fortalecido en el amor de Dios, y en una confianza plena que duda, ni
teme.
Cada
oportunidad que se te permite para enfrentarlo, es una oportunidad valiosa para
confiar, para rendir tu ego, que es el que te previene, para vivir en lo
eterno, porque no hay emoción más fuerte que enfrentar que esta, y si te has
sumergido en el temor, entonces permite que Dios penetre hasta lo más hondo de
tu ser, para que puedan ser destruidas toda raíz que se haya introducido en ti,
debes estar atento para observarlo, para que el crezca mientras menguas tú.
Oremos,
Señor que podamos comprender en nuestro corazón que el temor ya no es Señor,
que tú lo eres, que has traído libertad, que ahora podemos ejercer poder, amor
y dominio propio según tu gracia y misericordia, que podamos dejar de lado el
temor al conocer de donde proviene, y que podamos manejarlo cuando surja para
dar gloria a tu nombre, que podamos decir que eres Señor y vida para nuestros
cuerpos y mentes, en el nombre de Jesús, amen.
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