ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe
1Co 2:1 Así que,
hermanos, cuando fui a vosotros
para anunciaros el testimonio de Dios,
no fui con excelencia de palabras o de sabiduría.
El desarrollo intelectual griego fue un elemento
importante en la preparación del camino para el evangelio, pero no logró regenerar
al mundo, lo que demostró que para esto hacía falta un poder sobrehumano, por
esta razón Pablo y de igual manera nosotros debemos aprender cada día a confiar
en Su poder y no en nuestras habilidades o conocimientos, pues la obra no crece
por nosotros sino por El.
1Co 2:2 Pues me propuse no saber entre vosotros cosa
alguna sino a Jesucristo, y a éste
crucificado. Pablo nos da la clave para poder
manifestar el poder de Dios, la negación de sí mismo por lo tanto se propuso
anunciar el evangelio lejos de sus posibilidades y consagrar su mente y corazón
para dar a conocer a Cristo y la cruz.
1Co 2:3 Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor;
Cuando Pablo menciona su debilidad hace grande la gracia
por la cual fue llamado y redimido en Cristo, reconocer esta verdad es
humillarse y someterse a Dios reconociendo su inmenso amor inmerecido. Su temor
y temblor eran debidos a la seriedad y compromiso por su misión.
1Co 2:4 y ni mi palabra ni mi predicación fue con
palabras persuasivas de humana sabiduría,
sino con demostración del Espíritu y de poder,
Hablar
de manera persuasiva es muy eficaz para atraer a las personas, pero no para
transformarlas, pues esta última solo depende del poder de Dios en el Espíritu.
Ni sus palabras en privado, ni su predicación en público fueron persuasivas en
métodos humanos como la retórica o la filosofía, sino por la operación,
demostración y manifestación del Espíritu de Dios en él, afectando los
corazones y las vidas de sus oyentes de manera permanente.
1Co 2:5 para que vuestra fe no esté fundada en la
sabiduría de los hombres, sino en el
poder de Dios.
Es decir, para que no deba su origen
ni su continuación “a la sabiduría de hombres”. Solo mediante la afectación
permanente de los oyentes por el poder de Dios para su transformación puede
fundamentar nuestra fe y confianza en el Señor, pues también fortalece sus
cimientos para seguir al Señor sin importar las consecuencias.
1Co 2:6 Sin embargo,
hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría,
no de este siglo, ni de los
príncipes de este siglo, que perecen.
Sin embargo, la predicación del evangelio, lejos de ser
contraria a la verdadera “sabiduría” es una sabiduría infinitamente superior a
la de los sabios del mundo. La sabiduría que se menciona allí no consiste en la
doctrina sino en los principios y misterios espirituales profundos que son
comprendidos y aplicados por los que han madurado en su fe, sólo aquellos que
se han perfeccionado en la experiencia y el conocimiento cristianos, pueden
comprender la verdadera sabiduría. Los que han sido perfeccionados en Cristo
son distintos no solamente de los hombres mundanos y carnales, sino también de
los niños en Cristo, que si bien están “en Cristo,” retienen mucho de lo
“carnal,” y no pueden por tanto entender las verdades profundas de la
escritura.
1Co 2:7 Mas hablamos sabiduría de Dios en
misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos
para nuestra gloria,
los misterios y la sabiduría
oculta que menciona Pablo son el desenvolvimiento de los tesoros del
conocimiento espiritual, una vez escondidos, en los consejos de Dios mas ahora
anunciados a todos, los cuales serán comprendidos inteligentemente en
proporción a la medida en que la vida interior del oyente sea transformada a la
imagen de Cristo. Hablamos de algo que una vez fue oculto, pero que ahora
es revelado; está oculto a los que han sido segados por el príncipe de este
mundo, pero ha sido revelado a los que por su gracia hoy le reciben como Señor
y Salvador para que su gloria sea también la nuestra. Estos misterios no sólo
existieron antes que la sabiduría del mundo, sino que han existido eternamente
antes que el mundo mismo con sus siglos.
1Co 2:8 la que ninguno de los príncipes de este siglo
conoció; porque si la hubieran
conocido, nunca habrían crucificado al
Señor de gloria.
Nadie que habiendo conocido o
entendido los misterios que se esconden en la escritura acerca de la redención
y la salvación que traería Cristo, hubiese permitido que Él hubiese sido
crucificado
1Co 2:9 Antes bien,
como está escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido en corazón de
hombre,
Son las que Dios ha preparado
para los que le aman.
Esta
cita inspirada en Isa 64:4, expresa que nadie, oh Dios, fuera de ti ve o
comprende estos misterios, y Dios nos los ha revelado por su Espíritu.
1Co 2:10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el
Espíritu; porque el Espíritu todo lo
escudriña, aun lo profundo de Dios.
Los secretos de la revelación están velados para algunos,
no porque aquellos que los conocen no quieran revelarlos, sino porque aquellos
que los escuchan no tienen la voluntad, o el poder, para comprenderlos. Por
tanto, sólo aquellos que son enseñados por el Espíritu conocen estos secretos,
pues el Espíritu que todo lo escudriña o examina en nuestro ser, aun las
profundidades más inhóspitas de Dios las conoce, el Espíritu se deleita en
explorar las infinitas profundidades de su propia mente divina para revelárnoslas
conforme a nuestra capacidad para comprenderlas. Esto prueba la personalidad y
la divinidad del Espíritu Santo. La divinidad no puede ser separada del
Espíritu de Dios, así como la humanidad no puede ser separada del espíritu del
hombre.
1Co 2:11 Porque
¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en
él? Así tampoco nadie conoció las cosas
de Dios, sino el Espíritu de Dios.
Que hombre conoce las cosas del hombre sino su propio
espíritu que está en unidad en él, de igual manera el Espíritu Santo que habita
en unidad con el Padre puede conocer la esencia de Dios que está en sí mismo.
1Co 2:12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del
mundo, sino el Espíritu que proviene de
Dios, para que sepamos lo que Dios nos
ha concedido,
y ya que por gracia hemos recibido
este precioso don, que es su Espíritu, para que podamos entender lo que nos ha
sido concedido como la salvación, la redención, la justificación en Cristo.
1Co 2:13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría
humana, sino con las que enseña el
Espíritu, acomodando lo espiritual a lo
espiritual.
Y ya que estos son términos de
sabiduría espiritual no solo los hablamos sino que también los comprendemos, de
modo que por la enseñanza del Espíritu acomodamos la inspiración y revelación
divina aplicando las palabras espirituales a las cosas espirituales. Por eso
entender ciertos conceptos espirituales es tan complicado para los que apenas
comienzan en la fe o para los que permanecen inmaduros, mientras que para los han sido perfeccionados por el
Espíritu Santo entender o comprender ciertas revelaciones se hace más fácil.
1Co 2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas
que son del Espíritu de Dios, porque
para él son locura, y no las puede
entender, porque se han de discernir
espiritualmente.
Ser guiado y enseñado por el
Espíritu como el apóstol Pablo, requiere sujetar y dar muerte a la naturaleza
carnal y a todo argumento, que permanece
en el hombre, para que aprenda a discernir lo espiritual libre de la
influencia de la lógica, el pensamiento y la emoción. Para quien trata de
percibir la guía del Espíritu mediante la intuición debe aprender a dejar de lado
su naturaleza carnal, nadie en quien la naturaleza carnal del hombre domine
puede entender o discernir lo espiritual porque para él está fuera de toda
lógica y se hacen infructuosos sus intentos por comprenderlo, pues han de ser
percibidos por el espíritu del hombre.
1Co 2:15 En cambio el espiritual juzga todas las
cosas; pero él no es juzgado de nadie.
Mientras el hombre carnal, o sea aquel quien es dominado
por su naturaleza carnal no puede ni siquiera discernir y juzgar las
intenciones que provienen de su propio corazón como podrá entonces discernir
las cosas que provienen del espíritu, en cambio el espiritual lo juzga o
discierne todo pues no está sujeto a su vieja naturaleza, sino que en cambio la
domina en el Espíritu y por la guía del
Espíritu puede juzgar y discernir la verdad, quien puede entonces juzgarle si
lo que él entiende, juzga o discierne es la verdad?. La iglesia y el creyente
son infalibles e impecables, sólo en proporción al grado en que sean
guiados por el Espíritu.
1Co 2:16 Porque
¿quién conoció la mente del Señor?
¿Quién le instruirá? Mas nosotros
tenemos la mente de Cristo. Quien conoce la
verdad?, quien le instruye o enseña? sino el Espíritu que es el único que tiene
acceso a ella y nos la puede dar a conocer, por eso solo mediante el
crecimiento y disciplina espiritual a la que se somete voluntariamente el
creyente puede alcanzar a discernir el pensamiento o la mente de Cristo.
Excelente estudio. Dios le siga bendiciendo, para que nos siga bendiciendo con esas reflexiones Bíblicas dadas por el Espíritu Santo.
ResponderBorrarAmén!
ResponderBorrarGracias a Dios por su vida mi hermano <3. Debemos ser perseverantes y disciplinados para desenterrar esos hermosos tesoros que estan en la sabiduria de Dios
ResponderBorrarGracias por su comentario, bendiciones
BorrarHermoso estudio bíblico cada día nos da mas enseñanza con la palabra
ResponderBorrarBendiciones
BorrarAmen🙏
ResponderBorrarPoderoso mensaje Dios bendiga
ResponderBorrarGracias hermano <3
ResponderBorrarDios lo bendiga
ResponderBorrarAmen, bendiciones
BorrarBendiciones
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