Un orador inició su seminario mostrando al auditorio
un billete de $20 dólares. Dirigiéndose a los 200 espectadores preguntó: -"¿Quién quiere este billete?".
Muchas manos se levantaron. Luego dijo: -"Se lo voy a dar a alguno de ustedes, pero primero permítanme hacerle
esto...", y lo hizo bolita dejándolo todo arrugado. Entonces
insistió: -"¿Quién todavía lo
quiere?". Las manos volvieron a subir. -"Bien", dijo. -"¿Y si le hago esto...?", y lo
dejó caer al suelo y lo empezó a hollar contra la tierra con su zapato. Al
recogerlo lo mostró al auditorio. Así, todo arrugado y sucio, preguntó: -"Y así, ¿todavía lo quieren?". Las
manos se mantuvieron arriba. -"Amigos,
han aprendido una lección muy valiosa: No importa todo lo que le haya hecho al
billete, ustedes de cualquier manera lo quieren porque su valor no ha
disminuido. Sigue valiendo los mismos 20 dólares”. Muchas veces en
nuestras vidas caemos, nos arrugamos, o nos revolcamos en la tierra por las
decisiones que tomamos y por las circunstancias que nos rodean. Llegamos a
sentir que no valemos nada. Pero no importa lo que hayamos pasado o cuanto
pueda ocurrirnos, nunca perdemos el valor que tenemos ante los ojos de Dios. Sucios
o limpios, abatidos o finamente alineados, para El somos invaluables.
1Corintios
7:23 Ustedes fueron comprados por un precio; no se vuelvan esclavos de nadie.
1Pedro
1:18-19 Como bien saben, ustedes fueron rescatados de la vida absurda
que heredaron de sus antepasados. El precio
de su rescate no se pagó con cosas perecederas,
como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto.
Como
la escritura lo menciona fuimos comprados por un precio muy alto, siendo Dios
dueño de todo lo que existe no quiso comprarnos con el oro, ni la plata, ni el
petróleo, ni con ningún otro metal o piedra preciosa, decidió pagar el precio
mas alto, entregar la sangre de su Hijo amado, Jesucristo para e perdón de
nuestros pecados. Si Dios pago un precio tan alto por tu vida para librarte, porque
lo desprecias y te desprecias, dejando que el temor te agobie, que la pereza,
el desanimo o la depresión tomen el control, no vales mas que eso?, porque te
sientes perdedor, usado, maltratado, si el valor de tu vida es incalculable
para Dios, así mismo debemos tratarnos y tratar a todos, pues si nos vemos como
Dios nos ve, podemos restaurar ese incalculable valor pagado por amor. Crees
que el hecho de que hayan abusado de ti, que te hayan tratado mal, o hasta
golpeado te hace menos valioso(a), no Dios te sigue viendo igual de hermoso(a),
y el precio que El pago nos demuestra cada día que su amor sigue intacto esperando
por ti, para siempre recordártelo, vales mucho mas de lo que te imaginas.
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