ESTUDIO BÍBLICO |
ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe
Act
8:1 Y Saulo
estaba allí, aprobando la muerte de
Esteban. Aquel día se desató una gran
persecución contra la iglesia en Jerusalén,
y todos, excepto los
apóstoles, se dispersaron por las
regiones de Judea y Samaria.
Nuevamente aparece Saulo, y es
descrito como alguien que aprueba la muerte de Esteban, mostrando su condición
de dureza espiritual y celo por la Torá. Este evento fue aprovechado por los
lideres religiosos para propagar una persecución sobre la iglesia en toda
Jerusalén, lo que hizo que la iglesia se dispersara en las regiones aledañas,
pero los apóstoles permanecieron firmes allí.
Act 8:2 Unos hombres piadosos
sepultaron a Esteban e hicieron gran duelo por él.
Hombres piadosos, probablemente
judíos, no cristianos, sepultaron a Esteban y se afligieron por su muerte. Es
evidente que la escritura hace notorio la piedad en hombres judíos también.
Act 8:3 Saulo, por su parte,
causaba estragos en la iglesia:
entrando de casa en casa,
arrastraba a hombres y mujeres y los metía en la cárcel.
Saulo se convierte entonces en
perseguidor de la iglesia, siendo capaz de ingresar en los hogares para llevar
a la cárcel a todos aquellos que contradicen su verdad.
Act 8:4 Los que se habían dispersado
predicaban la palabra por dondequiera que iban.
La iglesia jamás permanece estática
y el resultado de ser movida por la persecución, fue que el mensaje empezó a
ser predicado por donde quiera que iban.
Act 8:5 Felipe bajó a una ciudad de
Samaria y les anunciaba al Mesías.
Felipe el apóstol es otro de
aquellos que empezó a anunciar las buenas nuevas del Mesías fuera de Jerusalén,
lo que Cristo les había dicho de ser testigos en Jerusalén y Samaria se estaba
cumpliendo.
Act 8:6 Al oír a Felipe y ver las
señales milagrosas que realizaba, mucha
gente se reunía y todos prestaban atención a su mensaje.
Las señales milagrosas eran usadas
por Dios para confirmar su mensaje, de modo que todos prestaran atención y
escucharan el mensaje de salvación por medio de Cristo.
Act 8:7 De muchos endemoniados los
espíritus malignos salían dando alaridos,
y un gran número de paralíticos y cojos quedaban sanos.
Estas señales incluían liberaciones,
y sanidades que eran evidentes para quienes las experimentaban y para aquellos
que eran espectadores. (biblical teachings)
Act 8:8 Y aquella ciudad se llenó de
alegría.
Fue tanto el despliegue de Felipe al
ser usado por Dios que toda la ciudad se lleno de alegría. La sola presencia de
un Apóstol logro que toda una ciudad se gozara en Dios.
Act 8:9 Ya desde antes había en esa
ciudad un hombre llamado Simón que,
jactándose de ser un gran personaje,
practicaba la hechicería y asombraba a la gente de Samaria.
El escritor de Hebreos luego pasa a
comentarnos la aparición de un hombre llamado Simón quien alardeaba de ser una
gran persona, por medio de la magia se ganaba la admiración de la gente. He
aquí un hombre que se creía con gran fama y renombre por medio de la practica
de la magia o hechicería como también puede ser traducida esta palabra.
Act 8:10 Todos, desde el más pequeño hasta el más
grande, le prestaban atención y
exclamaban: "¡Este hombre es al que
llaman el Gran Poder de Dios!"
Era tal su fama que le habían
llamado el “gran poder de Dios”, así que podemos imaginar cuan asombrados debía
tener a los samaritanos.
Act 8:11 Lo seguían porque por mucho
tiempo los había tenido deslumbrados con sus artes mágicas.
Sus actos mágicos habían asombrado a
muchos en aquella población, así que de seguro tenia una gran cantidad de
seguidores.
Act 8:12 Pero cuando creyeron a
Felipe, que les anunciaba las buenas
nuevas del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, tanto hombres como mujeres se bautizaron.
Pero muchos de sus seguidores le
abandonaron al creer al apóstol Felipe y en obediencia a Dios se bautizaron
abandonado toda obra de las tinieblas.
Act 8:13 Simón mismo creyó y, después de bautizarse, seguía a Felipe por todas partes, asombrado de los grandes milagros y señales
que veía.
Aun el mismo mago o hechicero creyó
al mensaje de Felipe y se bautizó, y asombrado por lo que veía ocurrir por
manos de Felipe le seguía a todas partes.
Act 8:14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén se enteraron
de que los samaritanos habían aceptado la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan.
Los apóstoles que estaban en
Jerusalén se enteraron de la obra de Dios en Samaria, así que decidieron enviar
a Pedro y a Juan para que confirmaran aquel testimonio de la iglesia.
Act 8:15 Éstos, al llegar,
oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo,
La gente se arrepentía, creía y
luego era bautizada para arrepentimiento en agua, pero al llegar los apóstoles
Pedro y Juan empezaron a dar el Espíritu Santo por medio de la imposición de
manos, lo que algunos consideran el bautismo por fuego o por el Espíritu Santo
(Mat 3:11).
Act 8:16 porque el Espíritu aún no
había descendido sobre ninguno de ellos;
solamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús.
Aquí encontramos la primera
referencia al bautismo de forma diferente a como fue establecido por Cristo
mismo (Mat 28:19), por medio de la formula en el nombre de Jesús, algunos no
están de acuerdo en esta fórmula, pues ponen por encima la establecida por
Cristo mismo, formula que en gran parte ha practicado siempre la cristiandad.
Pero eso no quiere decir que este mal, o que no sea bíblica, pues ambas se
encuentran en las escrituras.
Act 8:17 Entonces Pedro y Juan les
impusieron las manos, y ellos recibieron
el Espíritu Santo.
Como podemos ver, claramente el que
recibieran el Espíritu Santo sucedía por medio de la imposición de manos. No
por medio de la conversión, ni del bautismo, lo cual lo separa como un hecho
notoriamente diferente y necesario para el creyente.
Act 8:18 Al ver Simón que mediante la
imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero
Simón el mago es un nuevo
convertido, ha creído, pero su naturaleza aun no ha sido reformada, así que el
hace uso de sus propias artimañas para hacerse al poder de estos hombres y les
ofrece dinero.
Act 8:19 y les pidió: --Denme también a mí ese poder, para que todos a quienes yo les imponga las
manos reciban el Espíritu Santo.
Pide que ese poder que ha visto
obrar por medio de Felipe y ahora por medio de los apóstoles Pedro y Juan sea
suyo, como si por medios terrenales este poder pudiera ser conseguido.
Act 8:20 --¡Que tu dinero perezca
contigo --le contestó Pedro--, porque
intentaste comprar el don de Dios con dinero!
Claramente recibe una fuerte
reprensión por parte de Pedro, quien le dice que su dinero perezca con él, pues
el don gratuito de Dios no puede ser comprado con nada de esta tierra, menos
con dinero.
Act 8:21 No tienes arte ni parte en
este asunto, porque no eres íntegro
delante de Dios.
Ahora Pedro revela el corazón de
este hombre quien a pesar de haber creído y bautizado no hay integridad en él.
Act 8:22 Por eso, arrepiéntete de tu maldad y ruega al
Señor. Tal vez te perdone el haber
tenido esa mala intención.
Es por eso, que le pide que se
arrepienta de su falta de integridad y ruegue a Dios por misericordia, así tal
vez pueda ser perdonado por tan mala intención en su corazón.
Act 8:23 Veo que vas camino a la
amargura y a la esclavitud del pecado.
Su camino había sido minado por
falta de integridad debido a su mala intención, esto según Pedro nos conduce a
amargura y esclavitud del pecado. Vemos como un hombre que ha creído, luego
pervierte el camino por su mala intención, lo cual pervierte su corazón y le
conduce de nuevo a ser esclavo del pecado.
Act 8:24 --Rueguen al Señor por mí
--respondió Simón--, para que no me
suceda nada de lo que han dicho.
Al parecer la dura exhortación de
Pedro hizo que Simón el mago se arrepintiera, por lo que pidió que
intercedieran en oración por él, pues las consecuencias de su pecado ahora se
cernían sobre el y el temor de Dios se apodero de su corazón.
Act 8:25 Después de testificar y
proclamar la palabra del Señor, Pedro y
Juan se pusieron en camino de vuelta a Jerusalén, y de paso predicaron el evangelio en muchas
poblaciones de los samaritanos.
Dios uso a estos apóstoles para dar
testimonio de la verdad y la palabra en toda samaria y sus poblaciones
cercanas, por lo que luego se dispusieron para ir a Jerusalén para contar todo
lo sucedido.
Act 8:26 Un ángel del Señor le dijo a
Felipe: "Ponte en marcha hacia el
sur, por el camino del desierto que baja
de Jerusalén a Gaza."
Un enviado del Señor, probablemente
un Ángel, que se diferencia claramente de la referencia al Ángel del Señor del
A.T. en la preposición “un”, que hace relación a uno de varios. Este ángel o
enviado habla a Felipe, quien puede escucharlo y sigue su orden tal cual le fue
confiada. Vemos como la intervención divina hace que un apóstol pueda cumplir
un propósito por medio de uno de sus ángeles.
Act 8:27 Felipe emprendió el
viaje, y resulta que se encontró con un
etíope eunuco, alto funcionario
encargado de todo el tesoro de la candace,
reina de los etíopes. Éste había
ido a Jerusalén para adorar
Act 8:28 y, en el viaje de regreso a su país, iba sentado en su carro, leyendo el libro del profeta Isaías.
Felipe sin poner excusas inmediatamente
emprendió el viaje y en este se encuentra a un eunuco (persona que ha sido
castrada en su niñez para cuidar de mujeres de la realeza) etíope, quien era un
alto funcionario del gobierno de la Candace (Este era el nombre de familia de
las reinas del Egipto Superior, como el Faraón, el César, etc.), era el
encargado de cuidar y proteger el tesoro de la reina y seguramente se había
convertido al judaísmo de modo que había ido a celebrar la fiesta del
pentecostés en Jerusalén. De regreso, se encontraba leyendo el libro de Isaías
y se encuentra con Felipe.
Act 8:29 El Espíritu le dijo a
Felipe: "Acércate y júntate a ese
carro."
Ahora Felipe escucha la voz clara
del Espíritu Santo diciéndole un mensaje que le conduciría a acercarse al carro
del funcionario etíope. Es claro que Felipe escucho hablar al Espíritu Santo,
así como escucho claramente al Ángel, lo cual hace notoria tanto la
intervención de los ángeles, como la del Espíritu Santo en la iglesia
neotestamentaria.
Act 8:30 Felipe se acercó de prisa al
carro y, al oír que el hombre leía al
profeta Isaías, le preguntó: --¿Acaso entiende usted lo que está leyendo?
Felipe escucha que este hombre lee
seguramente en voz alta al profeta, se apresura a preguntarle si e comprende lo
que esta leyendo.
Act 8:31 --¿Y cómo voy a entenderlo
--contestó-- si nadie me lo explica? Así
que invitó a Felipe a subir y sentarse con él.
El etíope claramente no entendía lo
que leía, así que invita a subir al carro para que le compartiera su
conocimiento.
Act 8:32 El pasaje de la Escritura que
estaba leyendo era el siguiente:
"Como oveja fue llevado al matadero; y como cordero que permanece mudo ante su
trasquilador, no abrió la boca.
Act 8:33 Lo humillaron y no le hicieron
justicia. ¿Quién describirá su
descendencia? Porque su vida fue
arrancada de la tierra."
Encontramos que el pasaje que leía
era Isaías 53:7-8, en donde el profeta habla del Mesías.
Act 8:34 --Dígame usted, por favor,
¿de quién habla aquí el profeta,
de sí mismo o de algún otro? --le
preguntó el eunuco a Felipe
Aunque no comprendía de todo el
pasaje, su pregunta revela la intención de conocer la verdad sobre lo que el
profeta estaba hablando.
Act 8:35 Entonces Felipe, comenzando con ese mismo pasaje de la
Escritura, le anunció las buenas nuevas
acerca de Jesús.
Felipe aprovecho su hambre de
conocimiento para saciarla por medio de la escritura y le anuncia que de quien
hablan las escrituras en ese pasaje es sobre el Mesías, Jesucristo.
Act 8:36 Mientras iban por el
camino, llegaron a un lugar donde había
agua, y dijo el eunuco: --Mire usted,
aquí hay agua. ¿Qué impide que yo
sea bautizado?
Mientras andaban en el carro del
eunuco, llegaron a un lugar donde corría el agua, probablemente un riachuelo,
nótese que Felipe seguramente ya le había explicado la palabra y con ella los
fundamentos de la fe, para que este hombre pidiera ser bautizado, primero
preguntando que le impedía hacerlo.
Act 8:37 Act
8:37 Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes.
Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.
(Este versículo falta en los mejores
manuscritos y en las versiones más venerables del Nuevo Testamento. Parece
haber sido interpolado de los formularios que se adoptaron para el bautismo.)
Act
8:38 Entonces
mandó parar el carro, y ambos bajaron al
agua, y Felipe lo bautizó.
Luego de comprender la importancia
del bautismo y con fe en Jesucristo lo siguiente fue obedecer el mandato
divino, así que Felipe lo bautiza, y los discípulos de Cristo empiezan a
esparcirse por el mundo.
Act 8:39 Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino.
Luego ocurre otro prodigio
maravilloso del poder de Dios, muchos tratan de negar la desaparición milagrosa
de Felipe, como si él se hubiera ido de aquel lugar, pero es clara la
aseveración bíblica de que Felipe fue arrebatado sobrenaturalmente de aquel
lugar.
Act 8:40 Pero Felipe se encontró en
Azoto; y pasando, anunciaba el evangelio en todas las
ciudades, hasta que llegó a Cesarea.
Felipe
aparece luego en Azoto, la antigua ciudad Asdod. Mostrándonos el avance del
evangelio por medio de la gracia de Dios.
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