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domingo, 18 de febrero de 2018

PREDICA DOMINICAL - UNA GENERACIÓN QUE NO SE PARECE AL CRISTO QUE PREDICA



UNA GENERACIÓN QUE NO SE PARECE AL CRISTO QUE PREDICA

Juan 13:35 De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros.

INTRODUCCION

Es triste y causa de una profunda herida al mismo corazón de Dios, ver a creyentes que dicen serlo y se defienden con palabras, pero sus obras no se hacen notar. Es muy fácil decir ser cristiano, pero no es lo que dices lo que te define como tal, sino tus acciones.

La religiosidad procura tener el control, el dominio, la razón, pues el orgullo prevalece ante el amor, pero el verdadero discípulo de Cristo, trasciende todo concepto para ir en pos de la verdad y su esencia.
Podemos tener apariencia de piedad, pero estar tan podridos por dentro, podemos parecernos en apariencia o nombre al Cristo que decimos seguir, pero podemos con nuestras propias obras decir todo lo contrario.

DESARROLLO

La iglesia con el paso del tiempo se parece tan poco al Cristo que predica, mientras Cristo se hizo pobre, la iglesia quiere riquezas materiales y no las espirituales que el mismo prometió; mientras Cristo lo abandono todo por amor, seguimos apegados a las cosas materiales y sufrimos en demasía por ellas; Cristo se dedicó a hacer discípulos que buscaran a través suyo al Padre, la iglesia forja seguidores de líderes; mientras Cristo predica la verdad y muere por ella, la iglesia predica emociones y al gusto del mejor postor.

No nos parecemos a Cristo, eso debemos reconocerlo, nos parecemos tan poco que nadie diferenciaría entre un ateo y un cristiano, entre un carnal y un espiritual en la iglesia moderna.
Aun nuestro mensaje no se parece al mensaje que predico Cristo, mientras Cristo predico arrepiéntanse porque el reino de los cielos se ha acercado a vosotros, muchos predicadores modernos solo predican prosperidad económica, salud inquebrantable, y bendición espiritual. El problema al no predicar, ni al seguir el ejemplo de Jesús es que la gente empieza a darse cuenta por nuestras acciones a quien seguimos verdaderamente, pues si predicamos lo que el predico, debemos vivir como el vivió.

La escritura es clara en decirnos que la demás gente debería reconocernos al decir que somos cristianos en que amamos a nuestro prójimo. Decimos amar al prójimo, pero en la práctica no se nota, la desigualdad social sigue siendo abismal, a pesar de que nuestra sociedad se ufana de ser creyente, pocos se preocupan por las necesidades del prójimo, les importa poco su vecino, su familia y su sociedad.
El que dice ser creyente es igual de egoísta que él no creyente; es igual de mentiroso y tramposo que él no creyente, pareciera no haber diferencias mayores entre un creyente y el que no cree, parece que lo único que nos diferenciara fuera que asistimos a una iglesia, pero en la práctica de la vida diaria, el amor al prójimo no se evidencia con facilidad.


CONCLUSION

Esta es una autocrítica a nosotros mismos, la iglesia de Cristo. ¿En verdad estamos llegando a donde Cristo quiere que lleguemos?, ¿estamos predicando lo que él quiere que prediquemos?, ¿estamos sirviendo a nuestro prójimo como él sirvió?, los demás podrían decir que amamos a nuestro prójimo?
Qué tal si mejor, nos preocupamos por los necesitados, dejamos el egoísmo y la vana preocupación por nosotros mismos y nos centramos en aquellos marginados que nos necesitan, que tal si vamos a donde Cristo fue, a los pobres, los desamparados, los aislados de la sociedad; que tal si predicamos su mensaje y abandonamos los nuestros; Que tal si hacemos lo que Cristo hizo y reconocemos que nos falta amar a nuestro prójimo, sencillez, pasión.

Queremos dar gloria a Dios con qué clase de iglesia, una llena de personas que les falta amar, o una que se entrega por amor al prójimo.

Oremos, Señor queremos ser como tú, seguir tu ejemplo, enseñar lo que tu enseñaste, vivir lo que enseñaste, queremos que cuando el mundo mire a tu iglesia, diga: mira cómo se aman y como aman al prójimo, perdónanos por faltar al amor y preocuparnos más por nosotros mismos, ayúdanos a procurar tu verdad y el amor siempre, amen.


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