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lunes, 24 de julio de 2017

TIEMPO DE REFLEXIÓN


En un pequeño pueblo vivía un anciano con su hijo de 17 años. Un día, el único caballo blanco con que trabajaba saltó la reja y se fue con varios caballos salvajes. La gente del pueblo murmuraba: "¡Qué desgracia la suya, don Cipriano!", y él, tranquilo, contestaba: "Qui­zás una desgracia o quizás una bendición".
Días después, el caballo blanco volvió junto a un hermoso caballo salvaje, y la gente saludaba al anciano diciéndole: "¡Qué bendi­ción!", a lo que don Cipriano replicaba: "Quizás una desgracia o quizás una bendición".
A los pocos días, el hijo adolescente, mientras montaba el caballo salvaje para domarlo, fue derribado y se fracturó una pierna, a raíz de lo cual empezó a cojear, y la gente le decía al anciano: "¡Qué desgracia la suya, buen hombre", a lo que él replicaba: "Quizás una desgracia o quizás una bendición".
Oras después inició la guerra y todos los jóvenes del pueblo fue­ron llevados al frente de batalla, pero a su hijo no lo llevaron por su cojera, y toda la gente del pueblo saludaba al anciano y le comen­taba: "¡Qué bendición la suya, don Cipriano!". Y él, con su fe in­quebrantable, contestó una vez más diciendo: "Sólo Dios lo sabe quizás sea una bendición o quizás una desgracia".
Efectivamente, sólo Dios sabe y Él nunca se equivoca.

Ec 9:12 Vi además que nadie sabe cuándo le llegará su hora. Así como los peces caen en la red maligna y las aves caen en la trampa, también los hombres se ven atrapados por una desgracia que de pronto les sobreviene.

Puede que detrás de una gran desgracia o calamidad se esconda la bendición de Dios, no lo sabemos, en el momento en que nos suceden cosas contrarias solo nos quejamos y renegamos de lo que vivimos, pero luego nos damos cuenta de la bendición que fue haber sido probados con aquella dificultad. La historia de hoy nos ayuda a reconocer que no sabemos lo que Dios dispone con cada circunstancia que vivimos, puede que una bendición se esconda en cada situación adversa, o que lo que parece bueno esconda una gran calamidad, de allí que como no sabemos debemos confiar en Dios y su soberana voluntad, lo cual nos permitirá afrontar cada situación, sea buena o mala de la mejor forma posible con fe y esperanza, sabiendo que Dios por algo lo dispuso de esa manera. El proverbio nos recuerda que el hombre fácilmente puede ser atrapado por la desgracia que de pronto sobreviene, de allí que es bueno estar preparados en cualquier momento para lo bueno, pero aún más para lo malo.

GUÍA DE ESTUDIO

¿Que bendiciones ha traído a tu vida, los momentos difíciles?
¿Esperas solo cosas buenas en tu vida?
¿Estás preparado para los momentos malos?

¿Cómo respondes ante la adversidad?

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