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viernes, 14 de abril de 2017

PREDICA SEMANA SANTA 2017 (LAS PALABRAS DE JESÚS EN LA CRUZ No5)


"Tengo sed" (Juan, 19: 28).

INTRODUCCIÓN

Nuestra naturaleza humana se ve reflejada en la crucifixión, todos tenemos sed, aunque no sepamos de que.
La humanidad tiene sed, pero como no sabe de qué, busca saciar su sed en el placer. Busca en el sexo, el alcohol, el poder, y las drogas saciar la sed interior que no ha podido ser saciada.

Esta necesidad es común a todo el género humano, algunos la niegan, pero ella esta palpable en todo lo que hacemos, lo que decimos y lo que pensamos.

DESARROLLO

Jesús tiene sed, ha perdido mucha sangre, se está ahogando y sus necesidades naturales aparecen, la sed por la deshidratación le consume, pero le consume más la sed por la saciedad de las almas en Dios.

Jesús sabe que tenemos sed, que estamos sedientos en nuestros pecados, porque aunque parecen saciarnos por un momento, su efecto es solo una ilusión que no permanece. Vivimos sedientos de amor, seguridad y paz, que nada en lo natural lo puede saciar. La sensación de vaciedad lo consume todo.

Solo reconociendo nuestra sed, esa necesidad que solo puede ser saciada en lo eterno, esta puede llegar a ser colmada. Pero es difícil reconocerlo porque aunque estemos muriendo de sed, muchos no lo reconocen, y algunos prefieren morir sin haber probado esta agua de vida.

CONCLUSIÓN

Jesús es el agua de vida, que ahora se secó al saciar el sacrificio por el pecado, para que cuando te arrepientas puedas ser llenado y saciado, de modo que te satures de la verdad y su esencia para vida eterna, y con ello puedas vivir libre.

Ningún ser humano se escapa de tener sed, el agua es vida, podemos aguantar más tiempo sin comida que sin agua, así mismo el hombre espiritual necesita del agua de vida eterna para que pueda disfrutar una vida plena y satisfecha en Cristo.


Nada ni nadie podrá saciar la sed que sientes, solo Cristo, por eso él dice: el que bebe de mí, jamás tendrá sed, pero mucho insisten en seguir saciando su sed en el sexo, el poder, el alcohol y las drogas, lo cual nunca será saciado, pues siempre se querrá más.

Oremos, Señor pon en nosotros hambre y sed por tu verdad, que no se sacie sino hasta ver a nuestras familias, amigos y sociedades a tus pies, que busquemos siempre ser saciados en ti y que tú te vuelvas a nosotros siempre, amen.

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