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martes, 28 de febrero de 2017

ESTUDIO BÍBLICO 1 JUAN 4

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ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe

1Jn 4:1  Queridos hermanos,  no crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu,* sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios,  porque han salido por el mundo muchos falsos profetas.
Que poderosa advertencia. Todo aquel que sigue el peregrinaje por este cuerpo mortal debe tener en cuenta que no puede tragar entero todo lo que se le enseña, toda información que recibamos debemos someterla a prueba para ver si es de Dios, si fue inspiración suya o si por el contrario no lo es. ¿Cómo se prueba? Primero quien habla en nombre del Señor debe reconocer la llegada del Cristo, también su mensaje no puede estar en desacuerdo con las escrituras, y que su testimonio de vida sea prueba de la verdad.
1Jn 4:2  En esto pueden discernir quién tiene el Espíritu de Dios:  todo profeta que reconoce que Jesucristo ha venido en cuerpo humano,  es de Dios;
Juan nos lo confirma, ¿Cómo se discierne que alguien tiene el Espíritu Santo? aquel que habla en nombre de Dios debe reconocer que Jesucristo ha venido en cuerpo humano.
1Jn 4:3  todo profeta que no reconoce a Jesús,  no es de Dios sino del anticristo.  Ustedes han oído que éste viene;  en efecto,  ya está en el mundo.
Quien no lo reconoce, no proviene de Dios sino del anticristo, aunque sus palabras sean convincentes o parezcan estar llenas de sabiduría. El espíritu del anticristo ya está en el mundo y se hace manifiesto en aquellos que no reconocen a Cristo y están en contra de la verdad, son muchas las congregaciones que se han desviado de la verdad, que han dejado de lado la sana enseñanza y son muchas otras las que caen de la  verdad, de modo que debemos permanecer atentos de quienes escuchamos para que podamos discernir la verdad.
1Jn 4:4  Ustedes,  queridos hijos,  son de Dios y han vencido a esos falsos profetas,  porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.
Aquellos que pertenecen a la familia de Dios han vencido a los falsos profetas, porque han confiado en aquel que ha vencido al mundo y su victoria ahora es nuestra.
1Jn 4:5  Ellos son del mundo;  por eso hablan desde el punto de vista del mundo,  y el mundo los escucha.
Quienes no pertenecen a Dios, pertenecen al mundo y hablan desde esa perspectiva y todo aquel que pertenece a al mundo les escucha porque se sienten identificados con lo que ellos hablan, de modo que les es fácil negar a Cristo, las escrituras y la verdad, porque en ellos no hay rezago alguno de Dios.
1Jn 4:6  Nosotros somos de Dios,  y todo el que conoce a Dios nos escucha;  pero el que no es de Dios no nos escucha.  Así distinguimos entre el Espíritu de la verdad y el espíritu del engaño.
Ahora en Cristo pertenecemos a la naturaleza divina, y todo el que conoce a Dios escucha lo que tenemos que decir. Así es como diferenciamos la verdad del engaño, que escuchamos a quienes traen el mensaje verdadero de Dios.
1Jn 4:7  Queridos hermanos,  amémonos los unos a los otros,  porque el amor viene de Dios,  y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce.
Amar resulta de conocerle, todo aquel que se aproxima al verdadero conocimiento de Dios, como consecuencia amara tan intensamente que será consumido por su amor.
1Jn 4:8  El que no ama no conoce a Dios,  porque Dios es amor.
Quien conoce el amor solo como un mero concepto, o una emoción, entonces no conoce a Dios, el amor ágape del que hablan las escrituras es un estado en el que tu ser se funde en Dios, un estado de unidad, de perfección en el cual te pierdes para encontrarle, en donde las respuestas ya no son necesarias, en donde la aventura se descubre, la experiencia lo es todo, en donde el aquí y ahora se vuelven una realidad. El Dios es fuego consumidor, que tal si cambiamos Dios por amor, diría algo como el amor es fuego consumidor, y eso es el amor, un fuego que se despierta en nuestro interior que consume lo que éramos para ayudarnos a descubrirnos tal cual somos y poder permanecer en es comunión perfecta con nuestro creador, con el todo.
1Jn 4:9  Así manifestó Dios su amor entre nosotros:  en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él.
El amor no puede ser expresado con palabras, no me cansare de decirlo, por eso debe ser manifiesto mediante la acción, solo la acción puede demostrarlo, porque ella pertenece al todo, las palabras pueden estar divididas, no completas, pero la acción requiere de plenitud y eso es lo que Dios permitió al enviar a su unigénito, aquel que pertenece a esa unidad para que pudiera mostrar el amor en acción. Jesús no hablo acerca del amor, porque sus acciones están llenas de él, no necesito de grandes discursos para disertar sobre el amor, porque sabe que este no puede ser descubierto a través de ellas, entonces se entregó a morir para ser como tú, para sufrir como tú, para vivir como tú para entenderte, para crear un puente, algo que pudiera conectarte con Dios, con lo eterno.
1Jn 4:10  En esto consiste el amor:  no en que nosotros hayamos amado a Dios,  sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados.
El amor no proviene del exterior, sino del interior, este pasaje nos habla en palabras que parecen fáciles, pero que ocultan el origen y la consistencia del amor. El amor nace ene l interior y luego se hace externo, si proviene del exterior entonces no es amor, es emoción a lo sumo, puede ser dependencia, puede ser control, puede ser engaño, porque el amor de Dios nace en él, para que luego el hombre pueda experimentarlo y ha usado a Cristo para que podamos identificarlo, para que sirva de puerta, de camino, de verdad al corazón que busca entregándole a alguien con quien pueda identificarse para que pueda encontrarle.
1Jn 4:11  Queridos hermanos,  ya que Dios nos ha amado así,  también nosotros debemos amarnos los unos a los otros.
Ahora que sabemos de verdad lo que es el amor, y lo hemos experimentado en nuestro ser, fundámonos en esa comunión que elimina aquello que no es eterno para que podamos ir en pos de amarnos los unos a los otros conforme el designio divino que pesa sobre nuestros corazones.
1Jn 4:12  Nadie ha visto jamás a Dios,  pero si nos amamos los unos a los otros,  Dios permanece entre nosotros,  y entre nosotros su amor se ha manifestado plenamente.
Dios no puede ser descubierto por el ojo humano, porque este desestima aquello que no puede percibir, de modo que Dios ha dispuesto que puede ser visto a través del ejercicio del amor, en cada servicio, en cada entrega, en cada ayuda, en cada palabra, en cada persona él puede ser hallado, pues la experiencia de su amor nos conduce a la plenitud de su gloria y ella permanece en nosotros para que los demás puedan experimentarla.
1Jn 4:13  ¿Cómo sabemos que permanecemos en él,  y que él permanece en nosotros?  Porque nos ha dado de su Espíritu.
Parece algo poco lógico, ¿Cómo podemos saber que nos ha dado su espíritu y con ello saber que el permanece en nosotros? Pues cuando el amor se hace visible en nuestras acciones que son concordantes en todo sentido con lo que pensamos y decimos entonces el amor se manifiesta en unidad y todo aquel que lo ha experimentado puede hacerlo notorio a su semejante.
1Jn 4:14  Y nosotros hemos visto y declaramos que el Padre envió a su Hijo para ser el Salvador del mundo.
El testimonio de amor de la iglesia tal cual fue mostrado en sus inicios por los apóstoles y siervos del Señor es suficiente para reconocer que el Padre envió a su Hijo para salvar al mundo porque el amor, ese estado de comunión con lo eterno se perdió en el Edén y necesitaba ser restaurado por un ser que pudiera servir de puente a la humanidad.
1Jn 4:15  Si alguien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios,  Dios permanece en él,  y él en Dios.
Ir a Dios es un camino de reconexión, de reconocer, o sea volver a conocer algo que ya conocíamos pero que habíamos perdido. De modo que reconocer a Cristo no es otra cosa que volver a reconocer aquello que nos es conocido, Cristo no es difícil de conocer a menos que decidas descartarlo, que por tus propios medios elijas el engaño. Cristo tiene algo que lo hace devolvernos a la vida, entregarnos sin excusas, sin temor, él está allí disponible, ningún hombre que busque la iluminación divina puede negar la obra de Cristo, el camino, la verdad y la vida que en él se hallan.
1Jn 4:16  Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama.  Dios es amor.  El que permanece en amor,  permanece en Dios,  y Dios en él.
Quien se ha descubierto en Dios ahora puede saber con certeza que Dios le ama, que el es amor, que el amor es su más hermosa representación, pero para conocer el amor, debes dejar de lado toda idea preconcebida acerca del amor, no puedes ir con tus propios conceptos, necesitas de la gracia divina para descubrirlo, y al reconocer en la experiencia el amor de Dios, querrás fundirte en él, permanecer en el, ser uno con él.
1Jn 4:17  Ese amor se manifiesta plenamente* entre nosotros para que en el día del juicio comparezcamos con toda confianza,  porque en este mundo hemos vivido como vivió Jesús.  En el amor no hay temor,
Cuando por la fe el amor de Dios se hace manifiesto a nosotros en su plenitud, entonces podemos comparecer ante Dios con confianza, sin temor, porque empezaremos a vivir como el vivió, con una confianza plena en el Padre aunque su final no pareciese el de un mesías glorioso, si es el mesías que la humanidad necesita, un Salvador. Encontramos que Juan menciona que en el amor no hay temor, porque si existe algún atisbo de este entonces no es amor. El temor necesita ser confrontado en nuestras vidas porque mientras él se mantenga el amor de Dios no puede ser experimentado en profundidad y unidad. El temor limita nuestra percepción del amor de Dios, lo condiciona, lo exprime, pero cuando el temor es trascendido, el amor puede ser manifestado en toda su plenitud. El camino que seguimos nos confrontara con la oportunidad de encontrar nuestros temores para trascenderlos, lo hará en nuestros matrimonios, en nuestras relaciones, en lo que emprendamos, en la soledad, la oscuridad, ante la luz y la vida.
1Jn 4:18  sino que el amor perfecto echa fuera el temor.  El que teme espera el castigo,  así que no ha sido perfeccionado en el amor.
Cuando el amor se perfecciona en la medida de la confrontación y la trascendencia del temor en nuestras vidas entonces crecerá y con ello echara fuera todo lo que le es contrario, la ignorancia, la vanidad, el odio, el rencor y la mentira. Porque quien se siente amado no puede esperar castigo, mientras el que teme no se siente amado, no puede confiar, el temor lo llena todo y lo trastorna todo.
1Jn 4:19  Nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero.
Si el amor proviene de Dios, y él es la fuente de ese amor, porque entonces no sentirnos amados, sin temor, confiados y amarle entregándonos por completo a él. ¿A qué le temes?
1Jn 4:20  Si alguien afirma:  "Yo amo a Dios",  pero odia a su hermano,  es un mentiroso;  pues el que no ama a su hermano,  a quien ha visto,  no puede amar a Dios,  a quien no ha visto.
Quien afirme que ama a Dios debe como resultado de esta ecuación amar a su prójimo, de no hacerlo solo demostraría que es un farsante, que pretende amar a quien no conoce, y de quien no ha experimentado su amor. El interesante que primero debamos amar aquello que no vemos, para que podamos amar lo que es visible. Si el amor no surge en el interior, no puede ser llevado al exterior, sencillamente porque el exterior no es fuente de amor, en el exterior solo puedes percibir lo externo, y el amor no es algo externo, es algo interior.
1Jn 4:21  Y él nos ha dado este mandamiento:  el que ama a Dios,  ame también a su hermano.

El amor no puede ser contenido, solo puede ser entregado, quien ha sido amado por Dios y se ha vuelto una experiencia de vida, entonces será coercido a amar a su prójimo, no necesita ser una orden, el amor surgirá naturalmente de aquellos que se sienten amados.

domingo, 26 de febrero de 2017

PREDICA DOMINICAL - QUE ES LA SANA DOCTRINA

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PREDICA DOMINICAL
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe

QUE ES LA SANA DOCTRINA

Tit 2:1 Tú, en cambio, predica lo que va de acuerdo con la sana doctrina.

INTRODUCCIÓN

Recordemos que la palabra doctrina quiere decir enseñanza, así que cuando hablamos de una sana doctrina estamos hablando de una sana enseñanza o una enseñanza que este conforme a lo enseñado en las escrituras. La sana doctrina es toda la base de enseñanzas sobre las cuales está fundamentada nuestra fe, entre ellas encontramos el arrepentimiento, la fe, la santidad, la salvación por medio del sacrificio de Jesús y los mandamientos de Dios, entre otras.

La sana doctrina es aquella que puede contrarrestar a la falsa doctrina, que puede guiar al creyente en medio de la confusión que reina dentro de la cristiandad, y es esta la que puede soportar la verdad. Fuimos enviados a predicar la sana doctrina y debemos empezar a reconocerla y desechar la falsa enseñanza.
La sana doctrina es el alimento espiritual que todo creyente necesita conocer para no caer en el engaño de las tinieblas y soportar su fe en medio de las dificultades de la vida diaria.

DESARROLLO

Pablo enseñando a Tito sobre la predicación, le pide encarecidamente que predique aquello que va de acuerdo a la sana doctrina. Pero, ¿qué es eso? La sana doctrina constituye la base de las enseñanzas que todo creyente debe tener claro en medio de tanta falsedad. Pero, ¿qué es lo que predicamos como sana doctrina?

Predicamos a Jesús
1Jn 4:2-3 “En esto pueden discernir quién tiene el Espíritu de Dios:  todo profeta que reconoce que Jesucristo ha venido en cuerpo humano, es de Dios; todo profeta que no reconoce a Jesús, no es de Dios sino del anticristo. Ustedes han oído que éste viene; en efecto, ya está en el mundo”.

Él es el centro de la predicación cristiana, el da sentido a las escrituras y solo en él puede encontrarse la revelación completa del evangelio, quien no tiene la revelación completa del Hijo probablemente no comprenderá las escrituras o las tergiversará. Jesús es el todo de la cristiandad, por él somos y a él nos debemos, es necesario que se predique su vida, muerte y resurrección para que el evangelio este completo. Esto nos lleva a comprender que la sana doctrina reconocerá en Jesús a la segunda persona de la trinidad, que es por él que recibimos salvación, sabiduría, redención y justificación, y sin su vida, muerte y resurrección el evangelio que predicamos no tendría razón de ser. Cristo es lo único que puede generar unidad ante tanta denominación y controversia teológica. El Ladrón que estaba junto a Jesús en su crucifixión solo creyó en el y fue salvo, no tuvo la teología correcta, ni el bautismo correcto, ni toda la enseñanza, pero en la hora de su muerte reconoció su pecado y a Jesús como rey y señor de los judíos.

La biblia es el fundamento
1Ti 4:13 En tanto que llego, dedícate a la lectura pública de las Escrituras, y a enseñar y animar a los hermanos.

Una iglesia que no lee la palabra fácilmente será engañada. Por eso uno de los pilares de la sana doctrina es que leamos las escrituras, que las estudiemos, que meditemos en ellas y que se vuelvan parte de nuestra vida y enseñanza. Si no se predica todo el consejo de las escrituras, estas pueden ser sacadas de contexto para decir cualquier cosa, pero si te las enseñan y no te cambian nada, puedes llegar a seguir a Cristo como un verdadero discípulo.

El arrepentimiento       
Mat 3:8 Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento.

El arrepentimiento es el comienzo genuino para una vida transformada por el poder de Dios. Sin arrepentimiento no hay verdadera transformación en el corazón del hombre y este da la base para construir una vida diferente en Cristo. Si el arrepentimiento no está presente en nuestra predicación vana es nuestra enseñanza pues si no lo predicamos, no van a entender que lo necesitan y que es experimentando un verdadero arrepentimiento que sentirán repulsión por el pecado y se apartarán de la maldad, y de este modo podemos vivir una vida en santidad.

Los mandamientos de Dios
2Jn 1:6 En esto consiste el amor: en que pongamos en práctica sus mandamientos.  Y éste es el mandamiento: que vivan en este amor, tal como ustedes lo han escuchado desde el principio.

Los mandamientos de la ley de Dios son un faro que nos guía en medio de la relatividad de un mundo que no tiene claro a donde ir, que hacer, que es bueno y que no lo es. La ley está allí para guiarnos, para que reconozcamos nuestro pecado y nos volvamos a la verdad.

La santidad
1Tesalonicenses 4:7 Dios no nos llamó a la impureza sino a la santidad;

La santidad es el proceso de perfeccionamiento en Dios, del cual pasamos de hombres pecadores a hombres de luz, de hombres imperfectos a la perfección, de hombres faltos de la verdad a consumirnos en celo por ella. Apartándonos de todo engaño y mentira para volvernos a la verdad y ponerla en práctica.

El amor
1Jn 4:7 Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce.

No confundamos el amor de Dios con el enamoramiento, que nada tienen que ver. El amor es un estado profundo de unidad con Dios en donde le reconocemos como Padre, sabemos que nos amó primero porque entrego a su Hijo para morir en la cruz por nuestro pecado, y es entonces cuando podemos amar a Dios por sobre todas las cosas, con todas nuestras fuerzas y podemos amar a nuestro prójimo conforme al diseño de Dios. Entonces ponemos sus mandamientos por obra porque así es como le decimos que le amamos.

El juicio
Heb 9:27 Y así como está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio

Todos algún día enfrentaremos el juicio de Dios por nuestras acciones. El tener en cuenta el juicio me ha hecho recapacitar sobre mi vida y la forma en que la llevo. Reconocer que habrá un juicio para el hombre trae revelación, reconocimiento de pecado y verdad a todo lo que hacemos.

CONCLUSION

La sana doctrina tiene unos propósitos muy claros:
Primero, dar ejemplo, veamos: 2Ti 1:13 Con fe y amor en Cristo Jesús, sigue el ejemplo de la sana doctrina que de mí aprendiste.
Segundo, defender la verdad, veamos: Tit 1:9 Debe apegarse a la palabra fiel, según la enseñanza que recibió, de modo que también pueda exhortar a otros con la sana doctrina y refutar a los que se opongan.

Y al final se nos advierte:
2Ti 4:3 Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír.

Tengamos cuidado de poner atención a la sana doctrina cuyas principales características hemos dado a conocer. Porque si el evangelio que predicamos carece de ellas, entonces la verdad está incompleta y una verdad incompleta, no es verdad.
Oremos, no permitas que caigamos en falsas enseñanzas, ayúdanos a volvernos a la verdad por medio de las sagradas escrituras y derriba todo falso argumento que nos impida conocerte en verdad, reconocemos nuestras faltas y nos volvemos a ti para que nos muestres tu verdad, amen.


viernes, 24 de febrero de 2017

MATRIMONIOS - EL DISEÑO DE DIOS

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PREDICA PARA MATRIMONIOS
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe

EL DISEÑO DE DIOS

Mat 19:5 y dijo: 'Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo'

INTRODUCCIÓN

Dios lo ha diseñado todo con un propósito y el matrimonio también hace parte de ese diseño maravilloso de Dios para el hombre. Si un diseño no cumple su propósito se sentirá frustrado y vivirá apartado de todo sentido y designio divino.

Somos seres diseñados por Dios con un propósito y Dios se dio cuenta que no era bueno que el hombre estuviese solo (Gen 2:18), por eso creo una ayuda idónea carne de su carne y huesos de sus huesos (Gen 2:23). Desde el comienzo de la creación el hombre fue diseñado para ser parte de algo mejor, el matrimonio. Si no fuese así, Dios no hubiese preparado una novia para el cordero (Ap 21:2).

DESARROLLO

Como nos lo hace notar la escritura, podemos encontrar en Mateo 19 que Jesús les comenta a sus discípulos que el hombre dejara a su padre y madre para unirse a su esposa y llegar a ser un solo cuerpo. No hay cabida para otro diseño, desde el Edén el hombre fue creado para vivir en un matrimonio perfecto con su pareja, bajo la bendición de Dios.

Claro que Dios ha dado el don de continencia a algunos hombres y mujeres, pero esa es una excepción y no la regla (Mateo 19:12). Mejor es que el hombre se case a que se queme dice el apóstol (1 Cor 7:9), recomendando al hombre que como no tiene el control de sus pasiones, le es mejor estar en unidad con su cónyuge que caer en la tentación de la fornicación, la masturbación o la pornografía. Pero quien está casado debe cuidarse de no caer en adulterio y dañar aquello que Dios ha unido (Mt 19:6).

La pornografía le ha hecho el mismo daño a la sexualidad en la pareja que lo que la corrupción a la política. El enemigo busca por todos los medios que el matrimonio se destruya y que el diseño de Dios no se sostenga, por eso vemos tantas separaciones. Dice la escritura que llegara el tiempo en donde se predicara que no se deben casar (1 Tim 4:3).

También en el diseño del matrimonio no se da cabida a los padres dentro de la relación, por ello dice: “dejará a su padre y a su madre”, con lo cual se sobreentiende que los padres no deben involucrarse en los problemas del hogar a menos que sea una situación fuera de lo común, como violencia intrafamiliar, abusos o maltrato, de resto, son muy bellos de visita y vacaciones. Muchos padres tienden a involucrarse demasiado en las relaciones de sus hijos trayendo consigo muchos problemas, aunque en ocasiones no son los padres los que se involucran sino que son los hijos quienes los involucran, lo cual tampoco es bueno.

CONCLUSIÓN

No podemos dejar que el diseño de Dios sea destruido por todos los ataques del enemigo, debemos cuidar nuestros matrimonios consagrándonos a Dios y permitiendo que sea el quien nos guie y permita que el amor fluya en el hogar.

Reconozcamos las artimañas del enemigo para destruir hogares, de modo que no caigamos en tentación por desconocimiento. Más bien como soldados avisados de la guerra nos revistamos de la armadura espiritual para contender por la fe y el diseño de Dios para la pareja.

Los homosexuales se quieren casar, pero ellos no entienden lo que esto significa, y creo que muchos cristianos tampoco, amar no es cuestión de sentimientos, emoción o del pensamiento, el matrimonio es sagrado, un vínculo de unidad con el cónyuge que Dios bendice y une para que nada, ni nadie lo destruya, por eso dice: “lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre”.

Ten cuidado de la tentación, las malas amistades, las malas conversaciones y de aquello que miran tus ojos, pues pueden ir corroyendo el amor, la confianza y la consagración de uno de los más hermosos diseños de Dios para el hombre.
Seamos luz en medio de tinieblas. En medio de una sociedad que no quiere casarse, seamos testimonios de la verdad del diseño divino en el matrimonio, si bien no tenemos un hogar perfecto, podremos tener un hogar conforme al diseño de Dios en donde los conflictos se resuelven, en donde el perdón es suficiente y la gracia de Dios nos sostiene en medio de los problemas de la vida diaria.


Oremos, Señor consagramos nuestro hogar conforme a tu diseño, sabemos que hemos cometido muchos errores al no conocer el diseño tuyo para el hogar, y que necesitamos de tu ayuda para conformar nuestro hogar a la verdad, permítenos ser fieles testigos de lo que un matrimonio cristiano debe ser, y permite que aunque nos equivoquemos podamos volvernos a ti y que tu presencia nunca falte en nuestro hogar, amen. 

miércoles, 22 de febrero de 2017

ESTUDIO BÍBLICO 1 JUAN 3

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ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe

1Jn 3:1  ¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre,  que se nos llame hijos de Dios!  ¡Y lo somos!  El mundo no nos conoce,  precisamente porque no lo conoció a él.
Fijar nuestra atención es significativo para nuestro desarrollo, porque nos confirma el ejercicio del dominio propio, por eso Juan nos pide que nos fijemos e el gran amor que ha entregado el Padre al llamarnos hijos aceptos delante de su presencia. El mundo no puede reconocernos porque no pertenecemos a él, pero todo el que procede del Padre puede reconocer en nosotros la obra de su amor.
1Jn 3:2  Queridos hermanos,  ahora somos hijos de Dios,  pero todavía no se ha manifestado lo que habremos de ser.  Sabemos,  sin embargo,  que cuando Cristo venga seremos semejantes a él,  porque lo veremos tal como él es.
Somos hijos, ahora sentimos la pertenencia a Dios, aunque somos hijos aún falta por ser manifestado aquello que hemos de ser, semejantes a Cristo, se nos ha concedido un gran privilegio, que se hará evidente en el momento en que Cristo vuelva a manifestarse.
1Jn 3:3  Todo el que tiene esta esperanza en Cristo,  se purifica a sí mismo,  así como él es puro.
Todo aquel que anhela con la confianza del Señor se purifica a si mismo cuando elige rendirse a Dios, cuando elige con virtud, cuando deja de lado el pecado y cuando es consciente de sus pensamientos, pues su pureza hace que nosotros vayamos en pos de ella.
1Jn 3:4  Todo el que comete pecado quebranta la ley;  de hecho,  el pecado es transgresión de la ley.
El pecado puede ser concebido desde la mente del hombre, pero al ser puesto por obra es que se quebranta la ley, pues el significado del pecado es la trasgresión o falta a la ley.
1Jn 3:5  Pero ustedes saben que Jesucristo se manifestó para quitar nuestros pecados.  Y él no tiene pecado.
Juan nos permite reconocer y entender que Jesucristo tenía un propósito claro al manifestarse a la humanidad, no vino por casualidad, sino porque tenía que ser así, porque de ninguna otra manera el hombre hubiese podido recibir el perdón por sus pecados.
1Jn 3:6  Todo el que permanece en él,  no practica el pecado. Todo el que practica el pecado,  no lo ha visto ni lo ha conocido.
¿Cómo podemos evitar el pecado?, permaneciendo en él, y ¿Cómo permanecemos en él? Teniendo comunión a través de la oración, la meditación de las escrituras y la comunión con los hermanos. Pues quien se ha encontrado con el Señor ahora es consciente del pecado y lo evita con todas las fuerzas de su corazón.
1Jn 3:7  Queridos hijos,  que nadie los engañe.  El que practica la justicia es justo,  así como él es justo.
El engaño proviene de una mente que habla pero que no obra conforme a la verdad, el engaño solo puede mantenerse en palabras, no en acciones. Por eso la práctica de la justicia en nuestro diario vivir es lo que nos permite el privilegio de ser justos por hacer de su justicia la nuestra.
1Jn 3:8  El que practica el pecado es del diablo,  porque el diablo ha estado pecando desde el principio.  El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo.
Aquel que tiene como algo frecuente e inconsciente la práctica del pecado entonces pertenece a la misma naturaleza maligna del adversario, porque el pecado también ha sido su estado natural, por ello Jesús tuvo que ser enviado a la humanidad para que las obras que provienen de esa naturaleza fuesen destruidas al habitar en la naturaleza divina del Padre.
1Jn 3:9  Ninguno que haya nacido de Dios practica el pecado,  porque la semilla de Dios permanece en él;  no puede practicar el pecado, porque ha nacido de Dios.
Para quienes nacemos en Dios la práctica del pecado como una costumbre ya no es posible porque la semilla dela naturaleza divina en nosotros nos conduce a permanecer en la presencia del Señor, abandonando todo aquello que nos conduce a pecar.
1Jn 3:10  Así distinguimos entre los hijos de Dios y los hijos del diablo:  el que no practica la justicia no es hijo de Dios;  ni tampoco lo es el que no ama a su hermano.
Existen dos cosas que distinguen a los hijos de Dios de aquellos que no lo son, primero la práctica de la verdad y la justicia se convierte en algo parte de su diario vivir, así como el amor para con su prójimo. Es obvio que esto no ocurre en un solo momento, parece ser parte de un proceso por medio del cual se nos brinda la oportunidad de poner en práctica todo aquello que aprendemos y el amor para con el prójimo. Entre más permanecemos en la presencia del Señor entonces más se hacen manifiestos la práctica de la justicia y el amor para con el prójimo.
1Jn 3:11  Éste es el mensaje que han oído desde el principio:  que nos amemos los unos a los otros.
Recordemos que este es el resumen de la ley, que nos amemos los unos a los otros, pero este amor no puede ser demostrado en palabra, sino con acciones. Quien ama a su hermano ha cumplido la ley, pero si no cumple con ella entonces no pertenece al Padre.
1Jn 3:12  No seamos como Caín que,  por ser del maligno,  asesinó a su hermano.  ¿Y por qué lo hizo?  Porque sus propias obras eran malas,  y las de su hermano justas.
Caín al permitir que sus pensamientos y acciones fuesen dirigidas por el maligno asesino a su hermano, pues dispuso hacer aquello que no pertenece a la justicia y decidió seguir a su naturaleza carnal influenciada por el maligno.
1Jn 3:13  Hermanos,  no se extrañen si el mundo los odia.
El odio surge de la incomprensión y la inconsciencia, y el mundo está lleno de ella, por lo tanto no podemos esperar algo diferente, más cuando somos una luz que fastidia a las tinieblas.
1Jn 3:14  Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a nuestros hermanos.  El que no ama permanece en la muerte.
La vida de Dios hace manifiesto con ello el hecho de que su amor es ahora nuestro amor también, por eso surge en nosotros un amor especial para con los hermanos en la fe primeramente y luego para con el prójimo. El que no ama no tiene a Dios, no tiene su vida, y permanece en estado de muerte espiritual, porque aunque no muere físicamente, su espíritu se encuentra muerto a lo espiritual.
1Jn 3:15  Todo el que odia a su hermano es un asesino,  y ustedes saben que en ningún asesino permanece la vida eterna.
El odio es irracional, es demente, es inconsciencia, si ha encontrado cabida en tu interior la vida espiritual de Dios, entonces el odio debe empezar a desaparecer porque es incompatible con el amor, es todo lo contrario y donde habita el amor, el odio no puede permanecer, si permanece entonces la vida de Dios no se ha manifestado en el individuo, simplemente está engañándose a sí mismo.
1Jn 3:16  En esto conocemos lo que es el amor:  en que Jesucristo entregó su vida por nosotros.  Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos.
Y ¿cómo podemos saber que es el amor? El amor no son palabras, no son expresiones de cariño, el amor no puede ser definido en palabras, por eso la escritura pasa a demostrarlo a través de la acción, el amor es un acto que nos conduce a la luz, porque surge de ella y vuelve a ella. Jesús entrego su vida en un acto de amor, para que nosotros comprendiéramos que la vida no tiene sentido sin amor, y que nuestra vida no importa si dejamos de lado el amor por los hermanos y el prójimo.
1Jn 3:17  Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad,  y no tiene compasión de él,  ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él?
Si alguien ha descubierto la vida y el amor de Dios en su interior, comprenderá que el no accionar ese amor para con el prójimo, solo le conducirá al ensimismamiento, a llenarse de sí mismo e ir en contra de la luz. Pero aquel que observa el sufrimiento de su hermano y siente compasión, y con ello actúa compelido por ese amor, entonces en el habita la vida, si solo se piensa en sí mismo no hay vida, solo ego, pero quien deja de pensar en sí mismo para ir en pos del todo, ese aunque posea bienes materiales demuestra que el amor de Dios habita en él.
1Jn 3:18  Queridos hijos,  no amemos de palabra ni de labios para afuera,  sino con hechos y de verdad.
La paternidad de la escritura no es una paternidad similar a la que ejercen los padres modernos, no es una paternidad controladora, dependiente, es más bien todo lo contrario, es una paternidad que busca el bienestar del hijo espiritual, que busca formarle, que le exhorta a seguir la verdad y a amar por sobre todo. El amor no está en las palabras, no habita en lo externo, pertenece al ámbito de lo interior y como tal solo puede ser demostrado con acciones que revelen su naturaleza, como cuando hablamos con la verdad y cuando nos entregamos en servicio a los demás.
1Jn 3:19  En esto sabremos que somos de la verdad,  y nos sentiremos seguros delante de él:
1Jn 3:20  que aunque nuestro corazón nos condene,  Dios es más grande que nuestro corazón y lo sabe todo.
La verdad se revela a nuestro corazón condenando toda obra de maldad, también nos permite reconocer la grandeza de Dios que ahora habita en nuestro corazón y todo lo conoce, entender que él todo lo sabe y reconocer aquello que nos condena es limpiarnos de toda maldad
1Jn 3:21  Queridos hermanos,  si el corazón no nos condena,  tenemos confianza delante de Dios,
1Jn 3:22  y recibimos todo lo que le pedimos porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.
Cuando ese proceso se ha llevado a cabo en lo más íntimo de nuestro ser, nuestro corazón deja de condenarnos, cuando habla del corazón se refiere a nuestra conciencia, para que ahora surja esa confianza que nos permite pedir al Padre por nuestras necesidades conforme obedecemos en nuestro interior a su llamado y amor.
1Jn 3:23  Y éste es su mandamiento:  que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo,  y que nos amemos los unos a los otros,  pues así lo ha dispuesto.
Ahora se nos ha dado el privilegio de confiar para creer en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, de modo que por medio de su obra redentora podamos mostrar el amor de Dios entre todos a los que creen y a los que no.
1Jn 3:24  El que obedece sus mandamientos permanece en Dios,  y Dios en él.  ¿Cómo sabemos que él permanece en nosotros?  Por el Espíritu que nos dio.

Aquel que obedece al llamado de Dios en su corazón a través de la conciencia puede permanecer en Dios y Dios en él, en un estado de unidad perfecta. Así podemos saber que su Espíritu esta en nosotros y nosotros permanecemos en él. El mandamiento de Dios no solo surge de las escrituras, nuestro interior nos constriñe a seguir la luz y todo lo que ella representa, cuando lo hacemos entonces obedecemos su mandamiento.

lunes, 20 de febrero de 2017

TIEMPO DE REFLEXIÓN

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Un día, un hombre sabio y piadoso clamó al cielo por una respuesta. El hombre aquel encabezaba un grupo de misioneros que oraban por la paz del mundo, para lograr que las fronteras no existie­ran y que toda la gente viviera feliz. La pregunta que hacían era: ¿Cuál es la clave, Señor, para que el mundo viva en armonía? Entonces, los cielos se abrieron y después de un magnifico estruendo, la voz de Dios les dijo: "Comodidad".
Todos los misioneros se veían entre sí, sorprendidos y extrañados de escuchar tal término de la propia voz de Dios. El hombre sabio y piadoso preguntó de nuevo: "¿Comodidad, Señor? ¿Qué quieres decir con eso?".
Dios respondió: "La clave para un mundo pleno es: Como di, dad, Es decir, así como yo les di, dad vosotros a vuestro prójimo. Como di, dad vosotros Fe; como di, dad vosotros Esperanza; como di, dad vosotros Caridad; como di, dad sin límites, sin pensar nada más que en dar. Dad vosotros al mundo... y el mundo será un paraíso",
Sigamos la clave de COMO DI, DAD.

Lucas 6:38 Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.

Nos sentimos muy cómodos desde nuestros trabajos, autos y casas, nos sentimos cómodos con el trabajo y los ingresos que generamos, nos sentimos cómodos por el modo de vida que nos damos, pero en realidad ¿das, así como recibes? Con tristeza siempre tengo que reconocer que tiendo a acomodarme fácilmente a las situaciones que vivo, si hay bien y si no también. Pero hubo un tiempo en el que no era así, me preocupaba demasiado mi estilo de vida, mi propia comodidad y poco o nada pensaba en el prójimo, es allí donde pude descubrir que aunque me falta mucho, debo dar tal cual he recibido. Queremos ver un mundo diferente, sin ladrones, sin drogas, sin abusos, sin violencia, pero ¿qué estamos dando nosotros? Nada. Solo queremos que los demás lo cambien todo, pero así no funcionan las cosas, quieres ver menos drogadictos, entonces sal y ayúdalos, quieres ver menos hogares destruidos, entonces se un ejemplo de hogar y ayuda a los que tienen problemas. Quieres ver menos ladrones, entonces empieza por ayudar a los necesitados para que ellos el día de mañana no tomen el camino equivocado. Quieres ver un mundo transformado, pero no haces nada, empieza por algo pequeño, empieza por pedirle a Dios que te haga alguien mejor y empieza por ti, se un agente de cambio en tu casa, en tu trabajo, en tu región, en donde estés, que el mundo sepa que puede contar contigo para hacer la diferencia. El versículo de Lucas nos recuerda que Dios a prometido dar abundantemente a quien así mismo de, entonces que esperas para cosechar abundantes frutos de justicia, amor y bondad.

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