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lunes, 8 de agosto de 2016

TIEMPO DE REFLEXIÓN

Reír, es arriesgarse a parecer un tonto.
Llorar es arriesgarse a parecer un sentimental.
Hacer algo por alguien, es arriesgarse a involucrarse.
Expresar sentimientos, es arriesgarse a mostrar tu verdadero yo.
Exponer tus ideas y tus sueños, es arriesgarse a perderlos.
Amar, es arriesgarse a no ser correspondido.
Vivir, es arriesgarse el morir.
Esperar, es arriesgarse a la desesperanza.
Lanzarte, es arriesgarse a fallar.
Pero los riesgos deben ser tomados, porque el peligro más grande en la vida es no arriesgarse nada.
La persona que no arriesga, no hace, ni tiene nada.
Se pueden evitar sufrimientos y preocupaciones, pero simplemen­te no puede aprender, sentir, cambiar, crecer, amar y vivir...
SÓLO UNA PERSONA QUE SE ARRIESGA ES LIBRE.

Mar 8:35  Porque el que quiera salvar su vida,  la perderá;  pero el que pierda su vida por mi causa y por el evangelio,  la salvará.

La vida es una expresión de un Dios que se arriesgó a creer en el hombre, y que, a pesar de su caída, dispuso de una forma para recuperar el amor del hombre a pesar del costo que este tendría. Cristo lo arriesgo todo por ti, ¿lo arriesgas tu todo por él? La reflexión expresa el riesgo que trae consigo vivir, y nos recuerda que solo quien se arriesga a vivir de verdad, este es verdaderamente libre. El pasaje que complementa esta reflexión nos trae a colación que aquel que se arriesgue a vivir conforme a la voluntad de Dios sin importar lo que tenga que arriesgar salvara su vida de la perdición eterna.

GUÍA DE ESTUDIO

¿A qué te arriesgas con Dios?
¿En qué áreas te está pidiendo Dios que seas más arriesgado?
¿Pierdes tu vida por causa del evangelio?

¿En qué gastas tu vida?

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