ESTUDIO BÍBLICO HEBREOS 7

ESTUDIO BÍBLICO

Por: Camilo A. Sastoque

Ministerio Unidad de la Fe

Heb 7:1  Este Melquisedec,  rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo,  salió al encuentro de Abraham,  que regresaba de derrotar a los reyes,  y lo bendijo.

Ahora el autor de hebreos, nos relata la  historia de Melquisedec y como aparece en la biblia, cuando el Génesis nos relata la vida de Abraham. Melquisedec era rey y sacerdote de Dios para aquella remota época quien salió al encuentro de Abraham que acababa de derrotar a quienes habían saqueado los pueblos y habían secuestrado a Lot, para ofrecer sacrificio y bendecirle por la obra que ha llevado a cabo.

Heb 7:2  Abraham,  a su vez,  le dio la décima parte de todo.  El nombre Melquisedec significa,  en primer lugar,  "rey de justicia"  y,  además,  "rey de Salem",  esto es,  "rey de paz".

Es interesante notar que para el estudioso de las escrituras los nombres que allí aparecen también tienen una connotación de simbolismo en la obra que realizan y una tipología que debemos descubrir para desentrañar los misterios de la escritura. Cristo como rey de paz vino a traerla entre Dios y los hombres, reconciliándonos con el Padre, y además es justo porque pago el precio justo para liberar a la humanidad del yugo del pecado.

Heb 7:3  No tiene padre ni madre ni genealogía;  no tiene comienzo ni fin,  pero a semejanza del Hijo de Dios,  permanece como sacerdote para siempre.

Melquisedec es un tipo de Cristo, quien aunque tiene una genealogía en lo terrenal que lo liga al linaje de David, su genealogía pertenece a lo eterno, no tiene un comienzo ni un final. Melquisedec y su linaje sacerdotal han trascendido el tiempo y ahora en Cristo permanecen para siempre.

Heb 7:4  Consideren la grandeza de ese hombre,  a quien nada menos que el patriarca Abraham dio la décima parte del botín.

Para el pueblo Hebreo Abraham es su gran patriarca, su linaje, con quien tendría que ver más el hijo de Dios que con aquel a quien aparto de la tierra de sus padres, para conducirlo a la tierra prometida, con aquel a quien cumplió la promesa de dar descendencia por la fe y también terrenal, aquel quien entrego los diezmos como primicia de lo que habría de venir.

Heb 7:5  Ahora bien,  los descendientes de Leví que reciben el sacerdocio tienen,  por ley,  el mandato de cobrar los diezmos del pueblo,  es decir,  de sus hermanos,  aunque éstos también son descendientes de Abraham.

El linaje de Melquisedec nació en el y termino en él, mas Dios lo honro haciendo de su sacerdocio y reinado tipología de Cristo, ahora el sacerdocio pertenece a los descendientes de Levi, quienes tienen por derecho y mandato cobrar los diezmos del pueblo a pesar de ser hijos, pero su sacerdocio es diferente, ya no es participe de la promesa, porque ellos son parte de la promesa.

Heb 7:6  En cambio,  Melquisedec,  que no era descendiente de Leví,  recibió los diezmos de Abraham y bendijo al que tenía las promesas.

Melquisedec con gran fe, una fe que obra en lo natural porque comprende lo eterno, recibió los diezmos de Abraham el padre de naciones, que era portador de la promesa, por la cual Dios había jurado sobre sí mismo bendecir a quienes le bendijeran (Gen 12:3), haciéndose bendito entre los reyes y los hombres.

Heb 7:7  Es indiscutible que la persona que bendice es superior a la que recibe la bendición.

No tenemos ningún argumento en contra, el menor es bendecido por el mayor, el mayor en nobleza, autoridad, entrega y devoción.

Heb 7:8  En el caso de los levitas,  los diezmos los reciben hombres mortales;  en el otro caso,  los recibe Melquisedec,  de quien se da testimonio de que vive.

Entender el sacerdocio de Cristo no es fácil, y menos cuando nuestra mente está llena de prejuicios religiosos o mentiras, por eso el escritor dedica gran parte de su epístola a comentar el origen y autoridad del sacerdocio de Cristo.  Cristo da testimonio de la verdad eterna quien por tipología de Melquisedec recibe los diezmos en almas que se cosechan de la tierra, mientras los levitas solo reciben los diezmos de los hombres.

Heb 7:9  Hasta podría decirse que Leví,  quien ahora recibe los diezmos,  los pagó por medio de Abraham,

Heb 7:10  ya que Leví estaba presente en su antepasado Abraham cuando Melquisedec le salió al encuentro.

Para las escrituras es claro que la representación de un hecho, se tipifica en el resultado de otro, Abraham hizo participes a los Levitas de su diezmo al entregarlo a Melquisedec, quien como tipología de Cristo, los recibe y paga con su sacrificio el precio por el pecado del pueblo.

Heb 7:11  Si hubiera sido posible alcanzar la perfección mediante el sacerdocio levítico  (pues bajo éste se le dio la ley al pueblo),  ¿qué necesidad había de que más adelante surgiera otro sacerdote,  según el orden de Melquisedec y no según el de Aarón?

El sacerdocio levítico sirvió a Israel en medio de la ley, la estableció, enseño y practico, como tipología de lo que habría de venir, o de ser perfeccionado, por lo tanto si este fuese el sacerdocio perfecto, porque tendría que surgir otro sacerdote según un orden diferente al que Dios había establecido para su pueblo?.

Heb 7:12  Porque cuando cambia el sacerdocio,  también tiene que cambiarse la ley.

Sin cambio de sacerdocio la gracia no podría operar, si Dios no hubiese dispuesto con anterioridad un linaje sacerdotal diferente, que participara de la bendición de Abraham y tuviera parte con él, el sacerdocio de Cristo no tendría fundamento, pues el no vino para cambiar la ley, sino para cumplirla, perfeccionarla y establecerla en el corazón de los que viven ahora en él, por medio de un linaje sacerdotal que abarca a todo el género humano.

Heb 7:13  En efecto,  Jesús,  de quien se dicen estas cosas,  era de otra tribu,  de la cual nadie se ha dedicado al servicio del altar.

Jesús pertenece por linaje terrenal a la tribu de Judá, en la cual no habían sacerdotes, sobre esta se había establecido el trono, de donde provenían los grandes reyes de la antigüedad David y Salomón, como podría entonces un rey ser sacerdote y ofrecerse en sacrificio?

Heb 7:14  Es evidente que nuestro Señor procedía de la tribu de Judá,  respecto a la cual nada dijo Moisés con relación al sacerdocio.

Moisés profetizo sobre las tribus, pero en nada sacerdotal participo la tribu de Judá, mientras Moisés guio al pueblo a la tierra prometida la tribu de Judá no tuvo participación alguna en el tabernáculo.

Heb 7:15  Y lo que hemos dicho resulta aún más evidente si,  a semejanza de Melquisedec,  surge otro sacerdote

Heb 7:16  que ha llegado a serlo,  no conforme a un requisito legal respecto a linaje humano,  sino conforme al poder de una vida indestructible.

Heb 7:17  Pues de él se da testimonio:  "Tú eres sacerdote para siempre,  según el orden de Melquisedec."*

David mismo profetizo sobre el linaje sacerdotal que habría de venir junto al mesías, ya no conforme al requisito legal terrenal, sino conforme al eterno, que a semejanza de Melquisedec surge por medio de la fe y el trascender del tiempo para reinar y guiar a su pueblo a él.

Heb 7:18  Por una parte,  la ley anterior queda anulada por ser inútil e ineficaz,

Ahora en Cristo la ley ha sido cumplida y con ella anulada, pues ha perdido su sentido, volviéndose ineficaz.

Heb 7:19  ya que no perfeccionó nada.  Y por la otra,  se introduce una esperanza mejor,  mediante la cual nos acercamos a Dios.

En Cristo la perfección se ha consumado en la cruz, por medio de la cual somos introducidos a una esperanza que tiene un cumplimiento, el volvernos a Dios.

Heb 7:20  ¡Y no fue sin juramento!  Los otros sacerdotes llegaron a serlo sin juramento,

Los sacerdotes del linaje de Levi, llegaron a serlo sin que Dios dispusiese un juramento, para que hubiese constancia de que se cumpliría sin importar el tiempo que para ello se tomase.

Heb 7:21  mientras que éste llegó a serlo con el juramento de aquel que le dijo:  "El Señor ha jurado,  y no cambiará de parecer:  'Tú eres sacerdote para siempre.'  "

Mientras que Cristo, el mesías esperado llego a ser un sacerdote por cumplimiento del juramento de Dios, por medio del cual en Dios, su sacerdocio se estableció sobre lo eterno.

Heb 7:22  Por tanto,  Jesús ha llegado a ser el que garantiza un pacto superior.

Jesús ha “llegado a ser”, ser o existir en la unidad con el Padre, como garante de un pacto superior, un pacto que nos permite volver al padre, acorde con lo eterno, que permanece a diferencia del primero y es perfecto.

Heb 7:23  Ahora bien,  como a aquellos sacerdotes la muerte les impedía seguir ejerciendo sus funciones,  ha habido muchos de ellos;

El sacerdocio levítico era tan solo un diseño en lo terrenal de aquello que Dios disponía en lo eterno, este sacerdocio no permanecería, siempre cambiaba y debía ser así pues la muerte les impedía seguir ejerciendo su oficio sacerdotal, y es así porque lo eterno debía prevalecer, lo terrenal debía ser perfeccionado para alcanzar la plenitud.

Heb 7:24  pero como Jesús permanece para siempre,  su sacerdocio es imperecedero.

Y en Cristo esta plenitud fue alcanzada, y ahora permanece en lo eterno para siempre, no como un estado a futuro o de tiempo indefinido, sino como presente constante que se sostiene en la eternidad.

Heb 7:25  Por eso también puede salvar por completo* a los que por medio de él se acercan a Dios,  ya que vive siempre para interceder por ellos.

Quien se acerca a Dios debe entender que Dios ha dispuesto un medio por el cual podemos llegar a él, que es Cristo, quien por medio de su sacrificio y obediencia fue perfeccionado para librar, salvar y sanar perpetuamente, por la eternidad a aquellos que buscan a Dios. Su intercesión es eterna ante el padre para que el hombre pueda acercarse a la santidad del Padre.

Heb 7:26  Nos convenía tener un sumo sacerdote así:  santo,  irreprochable,  puro,  apartado de los pecadores y exaltado sobre los cielos.

En tiempos anteriores los sacerdotes apartados para el servicio vivían en santidad y pureza, pero su naturaleza carnal aún les apartaba de Dios, y solo podían ir a él dentro del templo o el tabernáculo, una vez al año, pero ahora Cristo ha sido perfeccionado en santidad, pureza y virtud, quien ha servido como rey, sacerdote y sacrificio cumpliendo lo solicitado por la ley, para cumplirla y abrir una brecha en medio suyo por la cual podamos ir a Dios, pues esta brecha es eterna y permanece por los siglos.

Heb 7:27  A diferencia de los otros sumos sacerdotes,  él no tiene que ofrecer sacrificios día tras día,  primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo;  porque él ofreció el sacrificio una sola vez y para siempre cuando se ofreció a sí mismo.

Como mencionamos, Cristo personifico lo que el antiguo pacto tipificaba, el alta, el lugar santísimo, la cortina, la sangre, el sacrificio, el sacerdote, el pan ahora todos están unidos en él, ahora Cristo ha sido perfeccionado para entregarse a sí mismo, humillándose a lo sumo, para que el Padre le exaltara por lo eterno. 

Heb 7:28  De hecho,  la ley designa como sumos sacerdotes a hombres débiles;  pero el juramento,  posterior a la ley,  designa al Hijo,  quien ha sido hecho perfecto para siempre.

La ley no es superior al juramento, porque aunque la ley fue promulgada por Dios, esta no fue confirmada mediante el juramente, solo para que lo que es perfecto pudiera llegar a ser, y el hijo autor y consumador de la perfección, sirva de camino, verdad y vida para quienes le hallan.