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lunes, 4 de enero de 2016

TIEMPO DE REFLEXIÓN


Fui al Hospital del Señor a hacerme una revisión de rutina y constaté que estaba enfermo. Cuando Jesús me tomó la presión vio que estaba baja de ternura. Al medirme la temperatura el termómetro registró 40 grados de egoísmo.
Hizo un electrocardiograma y el diagnóstico fue que necesitaba varios "by-pases" de amor porque mis venas estaban bloqueadas y no abastecían mi corazón vacío.
Pasé hacia ortopedia: no podía caminar al lado de mi hermano, y tampoco podía abrazarlo porque me había fracturado al tropezar con mi vanidad. También me encontraron miopía, ya que no podía ver más allá de las apariencias; cuando me quejé de sordera Jesús me diagnostico quedarme sólo en las palabras vacías de cada día. GRACIAS SEÑOR, porque las consultas son gratuitas, por tu gran misericordia. Prometo, al salir de aquí, usar solamente los remedios naturales que recetas en el Evangelio… Al levantarme tomaré un vaso de AGRADECIMIENTO.
Al llegar al trabajo, una cucharada sopera de BUEN DÍA. Cada hora un comprimido de PACIENCIA y una copia de HUMILDAD. Al llegar a casa, SEÑOR, voy a tener diariamente una inyección de AMOR, y al irme a acostar dos cápsulas de CONCIENCIA TRANQUILA.
¡GRACIAS SEÑOR! 

1Co 2:10  Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu;  porque el Espíritu todo lo escudriña,  aun lo profundo de Dios.

Cuando vamos a Dios es en su presencia que podemos realizarnos el mayor escaneo de nuestras verdaderas necesidades y enfermedades, donde nuestra conciencia se hace evidente para permitirnos ver más allá de lo evidente, en donde encontramos que muchas de nuestras palabras están cargadas de odio, rencor, y ego, en donde discernimos que nuestros pensamientos se alejan de la verdad y algunos son solo engaños de las tinieblas, es en su presencia en donde podemos encontrar el cáncer del pecado para desarraigarlo mediante un arrepentimiento verdadero, en donde encontramos la maldad que proviene de nuestra naturaleza carnal para hacer consciencia sobre su influjo y poder, es en su presencia en donde nos es revelado nuestro verdadero estado de enfermedad espiritual y donde la cura está disponible al corazón devoto que se entrega en amor. La reflexión de hoy nos recuerda que la biblia también nos habla del pecado como una enfermedad, una enfermedad que consume el alma y el cuerpo, que nos desarraiga de la verdad y nos ultima con la mentira, pero esta enfermedad tiene una cura que llega mediante la meditación y la oración en donde Dios nos escudriña hasta lo más hondo, que esperas para que Dios te escudriñe?.

GUIA DE ESTUDIO
Cuáles son tus enfermedades espirituales?
Eres consciente de cómo te afectan las enfermedades espirituales?
Has permitido que Dios te escudriñe?

Has compartido la cura?

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