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domingo, 3 de enero de 2016

PREDICA DOMINICAL - PREPAREMOS NUESTROS CORAZÓN


PREDICA DOMINICAL
Por: Camilo A. Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe

PREPAREMOS NUESTRO CORAZÓN

PASAJE
Mat 13:3  Y les habló muchas cosas por parábolas,  diciendo:  He aquí,  el sembrador salió a sembrar.
Mat 13:4  Y mientras sembraba,  parte de la semilla cayó junto al camino;  y vinieron las aves y la comieron.
Mat 13:5  Parte cayó en pedregales,  donde no había mucha tierra;  y brotó pronto,  porque no tenía profundidad de tierra;
Mat 13:6  pero salido el sol,  se quemó;  y porque no tenía raíz,  se secó.
Mat 13:7  Y parte cayó entre espinos;  y los espinos crecieron,  y la ahogaron.
Mat 13:8  Pero parte cayó en buena tierra,  y dio fruto,  cuál a ciento,  cuál a sesenta,  y cuál a treinta por uno.
Mat 13:9  El que tiene oídos para oír,  oiga.

INTRODUCCIÓN

Se ha hablado mucho sobre esta parábola, aun Jesús mismo luego de darla ante la gente que le seguía, opta ante la pregunta de sus discípulos sobre el significado de la misma, por darle su significado a la semilla del sembrador. Y claro esto nos deja claro el sentido de esta “La semilla es la palabra”, y como esta llega a 4 diferentes tipos de terrenos y lo que sucede con ella.
Pero creo sinceramente que hay más por decir, Jesús nos ilustro lo más importante: la palabra, pero también nos dejó implícito otro mensaje en esta maravillosa parábola. Jesús decidió hablar al pueblo por parábolas como menciona:
Mar 4:34  Y sin parábolas no les hablaba;  aunque a sus discípulos en particular les declaraba todo.
Las parábolas son un método de enseñanza muy didáctico por medio del cual se presenta una verdad espiritual a través de una simbología de lo terrenal. Pero eso no lo hacía más sencillo, porque por más que la parábola sea muy clara, el menaje solo puede ser entendido por el corazón.
Por eso los discípulos le preguntan a Jesús:
Mat 13:10  Entonces,  acercándose los discípulos,  le dijeron:  ¿Por qué les hablas por parábolas?
Mat 13:11  El respondiendo,  les dijo:  Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos;  mas a ellos no les es dado.
Mat 13:12  Porque a cualquiera que tiene,  se le dará,  y tendrá más;  pero al que no tiene,  aun lo que tiene le será quitado.
Mat 13:13  Por eso les hablo por parábolas:  porque viendo no ven,  y oyendo no oyen,  ni entienden.
Mat 13:14  De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías,  que dijo: 
 De oído oiréis,  y no entenderéis; 
 Y viendo veréis,  y no percibiréis.
Mat 13:15  Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, 
 Y con los oídos oyen pesadamente, 
 Y han cerrado sus ojos; 
 Para que no vean con los ojos, 
 Y oigan con los oídos, 
 Y con el corazón entiendan, 
 Y se conviertan, 
 Y yo los sane.

Solo a quien Dios le ha placido, hace que puedan entender lo que las parábolas significan, el resto, aunque las oiga, no las entenderá, aunque tenga conocimiento, solo podrá entrar a discernirse desde el espíritu y el corazón transformado.

DESARROLLO

Esta parábola nos muestra a la semilla como el artículo principal de la parábola, pero también nos habla de la tierra, y el desempeño de la semilla en esta. La tierra dentro de las escrituras siempre ha sido tipología del corazón del hombre y de su mente. De modo, que la parábola nos define 4 tipos de corazón, mentes o terrenos.

El primero es el terreno junto al camino, allí cae la semilla pero las aves se las comieron. Este es el corazón apartado de las cosas de Dios, aunque la palabra llegue a sus oídos, este corazón ha sido endurecido por la falta de amor verdadero, la política, la educación, las ideologías materialistas, ateas o agnósticas que abundan en este mundo y que le impiden a la semilla siquiera tocar el terreno del corazón y su mente para entendimiento, aquí corazón y mente se han endurecido porque nunca fueron labrados como terreno para sembrar y lo que llega a él, es inmediatamente robado por el adversario.

El segundo terreno del que habla es el terreno pedregoso, ningún campesino dejaría en su terreno de cultivo este tipo de terreno, pues sabe que lo que se siembre allí, no dará fruto y se perderá con el paso de los días. Este corazón tiene apariencia de verdad, de bondad, de piedad, pero en realidad se encuentra endurecido por las situaciones que ha tenido que vivir el dolor, el rencor y la injusticia, su mente está impregnada de autojustificación y autosatisfacción le impiden a la palabra echar raíz profunda y con el tiempo su fin es desaparecer cuando vienen la aflicción o la persecución por causa de la palabra.   

El tercer terreno que se muestra es aquel que está plagado de espinos o mala hierba. Si alguna vez has visto un terreno o tienes uno, notaras que lo que más rápido crece es la mala hierba, sus raíces lo llenan todo e impiden que allí pueda crecer cualquier tipo de árbol o semilla de un buen árbol. Este es el corazón que se ha dejado llenar por las cosas de este mundo, el afán por las riquezas y la vanagloria de este mundo han echado raíces profundas en esta mente y corazón, lo que hace que la semilla se ahogue y aunque permanezca no da fruto alguno para el reino, no predica, vive para sí mismo, no ha sido transformado y por lo tanto no puede ser útil para el reino.

El cuarto terreno es el terreno que fue preparado por el agricultor para la siembra. Este es tipología de una mente y corazones que han sido preparados para recibir la palabra y dar fruto con ella.

CONCLUSIÓN

Dios nos llama a preparar nuestros corazones y mentes para que la palabra pueda obrar conforme al propósito divino. Esta no es una responsabilidad de la semilla, sino del sembrador, y todos en Cristo somos sembradores, debemos preparar nuestros corazones y mentes con la palabra de Dios para que ella permee todo nuestro ser, de modo que cuando llevemos la palabra a alguien podamos preparar sus corazones y mentes para evitar que el terreno en el que sembremos no de fruto.

Dios mismo preparo el terreno para la llegada de Jesús, enviando a Juan bautista para que predicara sobre el arrepentimiento, por eso encontramos en Lucas lo siguiente:
Luk 3:4 como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; Enderezad sus sendas.

Este es un tiempo maravilloso, donde el mundo cristiano recuerda la llegada de su Señor, algunos con más rituales que otros, pero esto puede servir al propósito de que no dejemos de preparar nuestros corazones para recibir a Cristo, la palabra encarnada. Para que su mensaje se convierta en una realidad en nuestras vidas. Y nosotros mismos seamos fieles testigos de su palabra en amor, verdad y obra, para así mismo preparar el corazón y la mente de aquellos que a pesar de que el terreno de sus corazones y mentes se encuentre plagado del engaño, puedan ser trasformados en un terreno fértil que pueda dar fruto para la gloria y alabanza de Dios.


Oremos, Señor hoy decidimos preparar nuestros corazones y mentes para recibir con agrado tu palabra, para que con ánimo y entusiasmo diligente la pongamos por obra y demos fruto conforme a tus designios en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, amen.

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