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lunes, 21 de abril de 2014

TIEMPO DE REFLEXION


Rafael Reyes Prieto fue un Presidente progresista de Colombia (1904 -1909). A pico y pala, abrió la primera carretera de su país (Bogotá - Santa Rosa de Viterbo, Boyacá, su patria chica). Con ese esfuerzo colosal, importó el primer carro que llegó al país. Lo trajo conjuntamente con un chofer, desde Francia. Así se hizo el primer recorrido en automóvil sobre la Cordillera Oriental de los Andes Colombianos.

Hoy, sobre esas primeras brechas, se viaja a grandes velocida­des, en la autopista que se construyó y vino a mejorar las bases de quien se atrevió a mirar el futuro y promoverlo.          .

Unos siembran, otros recogen... Lo que nosotros hacemos, otros lo mejorarán...


Juan 4:37  Porque en esto es verdadero el dicho:  Uno es el que siembra,  y otro es el que siega.

De muchas maneras Dios usa a su pueblo, aunque no son muchos y hacen falta obreros, una de las formas en que Dios usa a su iglesia es para sembrar y cosechar, pero no en la tierra sino en el corazón del hombre. Se siembra cuando tratamos con cariño y bondad a nuestro prójimo, sembramos cuando hacemos bien y con diligencia nuestras labores diarias; cuando damos lo mejor en nuestro trabajo, cuando aconsejamos a los hijos, o a los jóvenes y adultos que lo necesitan, cuando predicamos la palabra, cuando servimos con amor, cuando damos tiempo, energía y dinero, cuando oramos por los perdidos, cuando oramos por nuestros gobernantes, estamos sembrando. La oración es una siembra constante y perseverante por la salvación de los perdidos, por el fortalecimiento espiritual de otros, y por la apertura de lugares en donde se pueda predicar Su palabra. Muchos se quejan de no ver los resultados en la obra, pero su queja solo expresa la inconformidad de sus almas y egos por no poder disfrutar de los resultados que se pudieran llegar a dar, esto hace que muchos siervos se cansen, se angustien, o se afanen por ver resultados, cuando deberían descansar en que es Dios quien dispone quien recoge la cosecha; aun muchos padres se frustran por no ver los resultados de la palabra en sus propios hijos, lo cual también sucede con nuestras familias en algunas ocasiones. Dios lo ha dispuesto así, para que todos cumplamos con una tarea, un propósito, por eso la iglesia debe aprovecharlo todo para su crecimiento y fortalecimiento, sin gente que siembre es imposible recoger una cosecha; sin gente que coseche no habrán resultados; aunque todos estamos llamados a sembrar, de una manera u otra, los que cosechan deben cimentar, regar, amar y servir a esa cosecha para que puedan ser restaurados, fortalecidos, afirmados y establecidos en Dios. Unos siembran otros siegan, así es, estamos sembrando en muchas personas sin que nos demos cuenta, a través de nuestro testimonio, un buen matrimonio es una siembra, unos hijos disciplinados y diligentes son una siembra, un hombre o una mujer que llega a la iglesia es una familia que viene con ellos, unos niños fortalecidos en la fe son una generación que puede ser alcanzada. Dios dispone un sembrador, y alguien que recoge, pero todo depende de Dios, en ti está el estar siempre dispuesto para sembrar y para recoger en el tiempo en que Dios lo determine para gloria de Su nombre. 

GUIA DE ESTUDIO

Que estas sembrando?

Que estas cosechando?

Que cosas puedes mejorar para sembrar más en el reino?

A que te está enviando Dios? A cosechar o a sembrar?

Son tus palabras, pensamientos, oraciones, y acciones; siembras en el reino?

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