PREDICA DOMINICAL - SI YO BUSCARA AGRADAR A OTROS, NO SERIA SIERVO DE CRISTO

PREDICA DOMINICAL
Por: Camilo A. Sastoque M.
Ministerio Unidad de la Fe

SI YO BUSCARA AGRADAR A OTROS, NO SERÍA SIERVO DE CRISTO

 

PASAJE:

Gal 1:10  ¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación humana o la de Dios?  ¿Piensan que procuro agradar a los demás?  Si yo buscara agradar a otros,  no sería siervo de Cristo.

 

INTRODUCCION

El mundo busca desesperadamente ganarse la aprobación de todos, y para conseguirlo son capaces de perderse en el camino, muchos cantantes dejan de lado sus convicciones con las que empezaron a cantar cuando tienen que llegar a un público más amplio, algunos empresarios hacen de todo con tal de que su producto, imagen o marca le guste a todos, aunque pierdan en ello sus convicciones y valores.

Muchos jóvenes creyentes son tan influenciables que permiten que la cultura o lo que dicen los demás, por encima de la escritura determine la forma en que visten, en que hablan, y aun peor su forma de pensar, lo cual los lleva a diluir el mensaje, a interpretaciones erróneas y a cometer graves equivocaciones que los apartan de la verdad.

Hemos caído tan bajo que aun valoramos como sociedad aquellos infortunios, y pretendemos que agradar a otros es lo correcto, de igual manera la iglesia ha caído en el mismo juego, con tal de agradar y llegar a muchos, se ha presentado un mensaje diluido, con tal de ganar a deptos. En todas la culturas urbanas o por llegar a los más jóvenes, a los homosexuales, algunos dejan de lado las enseñanzas de la escritura, aquellas que condenan el pecado para que según ellos permanezcan en la iglesia, pero es eso correcto?, es lo que se nos envió a hacer?, o solo vamos según la corriente, tratamos como iglesia de Cristo, de agradar a los demás, que hemos hecho para caer allí?, de seguro hemos dejado la enseñanza escritural, en la cual la iglesia debe basarse, para completar la misión que se nos ha encomendado, aunque nuestro público no llegue a ser de millones o miles como algunos quieren hacer entender a la iglesia.

Una característica de un siervo de Dios genuino, es que ha pasado la verdad por encima de sus intereses personales, de su ego, y que ha reconocido la mentira que ellos implica, de manera que aunque tenga la posibilidad un siervo nunca tratara de ganar favor o indulgencia de los hombres, sino que expresara con valentía el mensaje que se le ha encomendado.

DESARROLLO

Pablo escribiendo a los Gálatas les confronta con esta verdad maravillosa, no sería sirvo de Dios si tratara de agradar a todos, porque, porque la verdad incómoda, la verdad no se puede diluir, ella trasforma, ella penetra hasta el alma y el espíritu para separarlos, se necesita estar afirmado en la verdad para no perderse en la ilusión que significa llegar a miles y millones de personas en el mundo sin el mensaje verdadero, solo la verdad trasforma, solo ella puede producir cambios verdaderos, solo ella puede alejarnos de la complacencia para con nosotros mismos, y para con los demás, solo ella puede permanecer en medio de la mentira que significa tratar de agradar a los demás con la verdad.

Cuando tratamos de agradar a otros, perdemos la posibilidad de encontrarnos con Dios y con nosotros mismos, porque solo la verdad te hace reconocer quien eres, no quien te dicen que eres, en Dios tienes la posibilidad real de entenderlo todo, pero cuando buscas agradar a otros, te diluyes, te pierdes en la mentira que muchos que muchos caen, cuando buscas a gradar a todas la mujeres, te pierdes la oportunidad de encontrar una mujer única, idónea, porque aún no estás listo para no dejarla ir y para entregar tu vida por ella como Cristo hizo con la iglesia, cuando buscas agradar a todos en el trabajo te pierdes la oportunidad de influenciar sus vidas con tu fe y forma de actuar, porque muchas veces pasaras sobre ella para poder encajar en una sociedad que valora por sobre todo la imagen, lo falso, aunque esta sea una mentira, cuando un siervo de Dios trata de agradar a todos sus discípulos, no puede servir de manera indicada, porque su servicio se diluye en la intención de su corazón por tratar de agradarles en vez de ser sincero y confrontarles con la verdad.

Cuando pretendemos ganarnos la aprobación humana ponemos todas sus mentiras, ilusiones y engaños, por encima de la verdad, y nos desaprobamos como servidores de Dios, porque un siervo no predica lo que le parece cierto, sino lo que ha escuchado de su Señor, la verdad indudable, que pone por evidencia la mentira y la confronta para trasformación.

CONCLUSION

Diluida la verdad en nosotros, toda ella pierde sentido, la esencia de lo que se es, deja de ser, para tratar de ser lo que todos quieren que sea, si has perdido en ti la esencia de la verdad, si estas confundido y no la comprendes, revisa en tu interior si lo que estás haciendo es correcto a la luz de la escritura, o si de pronto estas tratando de agradar a tu público, a tus discípulos, a tus amigos o a la sociedad misma.

Pide a Dios que revele las verdaderas intenciones de tu corazón cuando actúas, lo haces por convicción en la verdad, o lo haces por agradar a todos, porque cuando lo haces dejas de servir, te pierdes a ti mismo, y puedes encontrarte sin Dios tratando de agradar a todos aquellos que no quieren entender la verdad.

Esta es una oportunidad maravillosa para ser transformado por esta verdad, a quien estas tratando de agradar, a la chica que amas?, a tu jefe?, a algunos amigos?, tratando de probar algo que no eres?, reflexiona y piensa que al tratar de agradar a otros, empiezas a jugar el juego de la manipulación y la mentira, y quieres jugarlo?, porque al hacerlo te encontraras lejos de ti mismo, de Dios y la verdad.

Oremos, Señor escudriña nuestros corazones con la verdad y permítenos reconocer cuando tratamos de agradar a otros, cuando diluimos la verdad para hacer sentir más cómodos a los demás, permítenos comprender que sin la verdad no hay la posibilidad de un verdadero arrepentimiento y permítenos llevar el mensaje correcto al lugar correcto, sin importar el tiempo, en el nombre de nuestro señor Jesucristo te lo pedimos, amen.