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domingo, 1 de septiembre de 2013

PREDICA DOMINICAL - VIGILEN Y OREN PARA QUE NO CAIGAN EN TENTACIÓN


PREDICA DOMINICAL
Por: Camilo A. Sastoque M.
Ministerio Unidad de la Fe

VIGILEN Y OREN PARA QUE NO CAIGAN EN TENTACIÓN

PASAJE:
Mar 14:38  Vigilen y oren para que no caigan en tentación.  El espíritu está dispuesto,  pero el cuerpo* es débil."

INTRODUCCIÓN

Algo que nos menciona la escritura es que vivimos adormilados por el poder del pecado en nuestras vidas, y aunque en Cristo somos libres de su influjo, no todos ven o entienden que este poder es real y continua operando en nosotros aunque seamos salvos, manteniéndonos alejados de la presencia de Dios a menos de que despertemos en Cristo para salvación y fortalecimiento de nuestra fe.
Son muchos los llamados de la palabra de Dios a despertar, porque será?, pues porque aunque no te das cuenta, la vida pasa a tu alrededor y no estas consciente de ella, vives pensando en el pasado, reviviendo los mismos errores, las mismas palabras y acciones, o te la pasas pensando en el futuro en cosas que aún no han sucedido, pensando cómo podrían llegar a ser llenándote de angustia o afán, pero perdemos nuestro tiempo porque no estamos despiertos, no desfrutamos del aquí y ahora de la presencia de Dios, vivimos como en un sueño, un sueño profundo en el que nos sumimos a nosotros mismos para no asumir con responsabilidad la gracia que Dios ha derramado sobre nuestras vidas, no es posible que como creyentes permitamos que el pecado, la depresión por el pasado o la angustia por el futuro ganen espacio en nuestra vidas y que nuestra espiritualidad se disuelva en el adormecimiento.
Este es un llamado a despertar, un llamado a volver a la casa del Padre, un llamado a vigilar pero necesitas mantenerte alerta, despierto, vigilando y orando para no caer en las redes del enemigo, para que podamos resistir en medio de la prueba.
La tentación es algo que siempre va a tocar a la puerta del creyente, porque proviene de nuestra propia concupiscencia, de nuestros propios deseos y es allí donde el estar atento y vigilante nos puede dar la ventaja en medio de la batalla, pues si no lo estamos caeremos con facilidad en las trampas que el enemigo pone a nuestro alrededor, el nos conoce y nos conoce a veces mejor de lo que nosotros mismos nos conocemos.

DESARROLLO

Jesús nos llama a mantenernos en una vigilia constante en nuestras vidas y esto solo puede ocurrir a través de la oración y la meditación de la escritura que pueden y deben ir de la mano, pues es la oración el único medio que Dios ha proporcionado para que el espíritu del hombre se impregne de Dios, se fortalezca en El y pueda adquirir su sabiduría, a través de la meditación de la escritura podemos recibir revelación de mantenga nuestro espíritu bien alimentado, firme en las escrituras para soportar todo embate de las doctrinas erróneas y de la maldad que proviene de nuestra naturaleza carnal.
Mantenerse en un estado de vigilia constante no es fácil, pues solo se adquiere mediante el esfuerzo constante por mantenerse consciente de la presencia de Dios en todo momento y no por acciones específicas para lograrlo, es algo que ocurre progresivamente, no es fácil hacerlo porque siempre nuestra mente se distrae con facilidad, y nos perdemos en el sueño, un sueño muy profundo, pero es importante descubrir que tenemos dominio propio, el cual ya no ha sido dado por Dios (2 Timoteo 1:7), pero muchos no ejercen ningún control sobre sus pensamientos y allí encuentran la derrota ante la tentación, así que nuestro esfuerzo se halla en el reconocimiento de nuestra debilidad e imposibilidad por mantenernos vigilantes, es allí donde el espíritu fortalecido puede permitirnos mantenernos en este estado de vigilia conscientes de Su presencia.
Toda tentación empieza con un pensamiento que dejamos posar en nuestra mente, pues un pensamiento cosecha una acción, una acción cosecha un habito, un habito cosecha un carácter y este a su vez cosecha un destino, el cual puede ser para bendición, de mantener nuestros pensamientos al margen de Dios, o para destrucción si permitimos que pensamientos de adulterio, depresión, angustia, afán, rencor, venganza, fornicación, entre muchos otros, con los cuales puedes estar luchando constantemente, se vuelvan en nuestra contra y nos aparten de este estado de vigilia consciente, en Su presencia.
Mantente en oración y medita de noche y de día en la escritura para que tus pensamientos puedan ser controlados por tu espíritu, para que puedas ejercer sobre ellos dominio y control, al principio parecerá imposible, pero en la medida en que eres más consciente de la presencia de Dios en tu vida a cada momento, te mantienes en oración con frecuencia y meditas en la escritura encontrando su sabiduría, entonces te será más fácil.

CONCLUSIÓN

Es fácil caer en tentación cuando no ponemos en práctica lo que la escritura menciona, porque entre más conocemos de Dios, mas podemos reconocer nuestra debilidad, nuestra necesidad de Él, mas reconocemos la debilidad de nuestra carnalidad, la cual es tentada con facilidad por la pereza, por el temor, por el rencor, por la mentira, pero es allí donde Dios nos da las herramientas para fortalecernos en El, para que reconociendo nuestra debilidad podamos confiar en Su fortaleza y rendir nuestra vida para llenarnos de Él. Solo así podemos mantenernos vigilantes, alertas en oración para que podamos advertir el peligro y podamos enfrentarlo con mayor entereza en nuestro corazón, siendo libres de la influencia de nuestra débil naturaleza carnal y del pecado que adormece nuestras mentes y corazones, para ser fortalecidos en nuestros espíritus y resistir el día malo.
Es allí donde la vigilia y la oración nos permiten mantener a raya nuestra carnalidad, la cual no podemos quitar del todo, pero si podemos mantenerla en un límite, pero si no nos mantenemos alerta y en oración con frecuencia, nuestra carnalidad siempre hallara cabida en una mente frágil y adormilada en su propia pereza espiritual.

Oro para que Dios nos proporcione la fortaleza para mantenernos, despiertos, vigilantes, atentos ante cualquier ofensiva o movimiento de nuestra carnalidad, y del enemigo en nuestras vidas, así como para que podamos mantenernos conscientes de Su presencia en todo momento, que podamos salvaguardarnos en oración, meditando en las escrituras y conociendo su voluntad para cada circunstancia de nuestras vidas; despierta! querido hermano, no permitas que tu mente se adormile en el pecado, despierta y levántate como la iglesia que se ha preparado, se mantiene alerta y esta vigilante, atenta a Su llegada, en el nombre de Jesús, amen.   

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