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domingo, 14 de julio de 2013

PREDICA DOMINICAL - SEAN SANTOS Y SIN MANCHA DELANTE DE EL

PREDICA DOMINICAL
Por: Camilo A. Sastoque M.
Ministerio Unidad de la Fe

SEAN SANTOS Y SIN MANCHA DELANTE DE EL
Pasaje:
Efesios 1:4  Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo,  para que seamos santos y sin mancha delante de él. 

INTRODUCCIÓN

Hemos sido escogidos en El, antes de la creación para ser santos como El, como dice la escritura Levítico 20:7  "Conságrense a mí,  y sean santos,  porque yo soy el Señor su Dios.
Así que aunque para algunos la santidad parezca algo imposible de alcanzar, si es posible, sino Dios no nos pediría que lo fuéramos, la santidad no es algo que este apartado del creyente, es inherente a él, está en su esencia ser santo, solo necesita consagrarse y consagrarse es permitir que Dios obre para santidad en nuestras vidas.
Es poco lo que se enseña sobre la santidad, o aún tenemos el concepto erróneo de que para ser santo se necesita un señal especial de la iglesia, lo cual no es cierto, de allí que la biblia nos llame santos en Cristo a todos los que se rinden ante su señorío, por eso muchos ven la santidad como algo inalcanzable o imposible, algo especial que solo unos pocos pueden disfrutar o vivir, pero no es cierto, todos podemos ser santos, siempre y cuando primero seamos conscientes de ello, y segundo nos consagremos a ser guiados por Dios. Santo significa, apartado, y apartado de qué?, apartado de lo que corrompe la naturaleza divina que Dios ha puesto en nuestro interior, y la santidad es el proceso por el cual el creyente es guiado por el Espíritu Santo para vivir en él.
Ser santo es más un camino que una meta, de allí que sea importante definirlo más como un estado en proceso que como un estado terminado o completo. Entre más vacío de ti mismo, más santo, más te vuelves como Cristo, mas muestras su carácter, su poder, su gracia, amor y misericordia.

DESARROLLO

Ser escogidos significa que alcanzar la santidad esta fuera de nuestro alcance, está lejos de lograrse por nuestros propios medios, esto solo os lleva a depender en absoluto de su voluntad, gracia y amor, porque sin fuera posible lograrla por medios humanos, entonces no serían necesarios la gracia, y sacrificio de Cristo en la cruz, pero son necesarios solo en la medida en que aprendemos a confiar y a depender de Dios para ser guiados a la santidad, lo único que depende de nosotros es la disposición para entregarnos para que Dios nos perfeccione.
La santidad es un estado de cambio constante, de perfeccionamiento continuo por la obra del Espíritu Santo en el corazón del creyente.
Este perfeccionamiento es posible solo en la medida que el creyente se dispone para ser perfeccionado y este no puede ser llevado a cabo donde hay ego, vanidad, vanagloria u orgullo, porque si ellos tienen espacio entonces no habrá cabida para ser vaciados de nosotros mismos.
Este vaciamiento de nosotros mismos no es posible porque el ego satura el ser del hombre, le ciega para que no pueda entender, solo una disposición continua permite que la mente y el corazón del hombre reconozca su estado de bancarrota espiritual en la que esta y continuara sino cambia, el Espíritu Santo se encarga de abrir nuestros ojos para ver todo lo que no está conforme al diseño de Dios, todo lo que se ha desviado del designio de su voluntad, con lo cual su estado nunca vuelve a ser igual.
 La santidad proviene de una creciente y continua exposición ante la presencia de Dios en donde al principio, bajo la luz de Dios podemos ver o que está manchado, que sin esta luz sería imposible ver, para corregirlo y limpiarlo, lo que no veíamos ahora lo vemos con mayor claridad y entendimiento, hasta estar sin manchas ante él.

CONCLUSIÓN

La santidad si es posible pero no por métodos humanos o estrategias del hombre, solo basta confiar y entregarse para ser perfeccionado, porque puedes intentar orar por oras, someterte a ayunos intensos, pero lo único que valdrá es el estado en que tu corazón está para hacerlo, no estas acciones en sí mismas.
En la medida en que más confiamos, mas santificados podemos ser, se necesita de una gran confianza para poder ser santo, no de una gran disciplina, o de un método, o una meditación especial, porque santificados y sin mancha seremos como el, y estaremos siempre ante él.

Oremos, Señor para que podamos ser santificados, reconociendo tu escogencia, tu anhelo para que seamos santificados, y seamos santos como tú, para esa santidad sea un proceso de perfeccionamiento continuo en nuestras vidas en el nombre de Jesús, Amen.

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