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domingo, 24 de febrero de 2019

PREDICA DOMINICAL - LA OBEDIENCIA DE JESÚS



LA OBEDIENCIA DE JESÚS

Mat 3:13 Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán para ser bautizado por él.
Mat 3:14 Mas Juan se le oponía, diciendo:  Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?
Mat 3:15 Pero Jesús le respondió:  Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó.

Mat 4:5 Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo,
Mat 4:6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está:
 A sus ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, 
 Para que no tropieces con tu pie en piedra.



INTRODUCCIÓN

Para mí como creyente es sorprendente ver la tenacidad con que Jesús obedece al Padre en todo, todo lo hizo conforme al designio de la voluntad de su Padre, y eso me confronta tremendamente con mi insulsa voluntad. Mientras veo a un Jesús aguerrido venciendo los ataques del enemigo, yo batallo con cosas más sencillas en las cuales a veces caigo por descuido. Ver su obediencia siempre es y será inspirador para nosotros sus discípulos.

Luchamos a diario con la desobediencia de nuestra naturaleza carnal, que nos impulsa a ir tras cosas vanas, a seguir los impulsos de la emoción, a vagar en los espacios de la mente sin tener un lugar a donde ir, el ser creyente estaría perdido de no ser por la ayuda del Espíritu Santo a nuestras vidas, por medio del cual podemos empezar a someter todo pensamiento, toda emoción, ejercer dominio propio y tener el poder de conquistarnos a nosotros mismos.

DESARROLLO

Jesús es ejemplo de lo que debemos vivir por eso su ejemplo en vida de la obediencia completa al Padre. En el primer caso podemos ver el bautismo de Jesús. Jesús se somete al Padre para cumplir con lo que ha sido dispuesto y entonces va a Juan y aunque este reconoce que quien debería bautizarse debería ser él, Jesús le responde que es necesario cumplir con lo que el Padre había dispuesto de antemano por boca de sus profetas. Que tremendo, tuvo que rebajarse a ser siervo para ser bautizado por Juan, cuando debiera haber sido el quien lo bautizara, pero no fue así porque así el Padre lo dispuso y Jesús obedeció. 

El siguiente acto de obediencia lo vemos en la confrontación con el diablo, en la segunda parte de la confrontación el diablo le lleva al pináculo del templo, la parte más alta de este y le dice conforme a la escritura que se lance que de seguro el Padre enviara a sus ángeles para que su pie no tropiece, pero Jesús conociendo la voluntad del Padre con valor le confronto y le dice: escrito esta: no pongas a prueba al Señor tu Dios. Jesús reconocía que haber saltado de aquel lugar había sido un acto flagrante de desobediencia, pero sometido a la voluntad divina salió airoso a desarrollar su ministerio.

La mente y la emoción del hombre son el caldo de cultivo para la desobediencia, mientras la mente nos confunde con la lógica, la emoción nubla nuestro entendimiento por su exaltación, ninguna de las dos nos conduce a la obediencia porque si hubiésemos estado en el lugar de Cristo seguro hubiésemos tomado el atajo, y nos hubiéramos justificado de alguna forma, pero Jesús decidió obedecer, aunque le costara, aunque le tocara rebajarse y humillarse, lo hizo y eso tiene que servirnos de ejemplo, a cuantos nos cuesta humillarnos, entregarnos, confiar, cuantos tomamos los atajos para hacernos ricos, para hacer las cosas, sin importarnos las consecuencias de nuestros actos.

La desobediencia es la característica universal del hombre, es su naturaleza caída, pero cuando el hombre responde al llamado de Dios y este le conforma a su voluntad nos vamos a encontrar obedeciendo cuando antes había sido imposible, nos vamos a ver alejándonos de la maldad, cambiando nuestra forma de hablar, dejando de lado aquello que nos hace daño y que le hace daño a los demás, nos encontraremos haciendo cosas que jamás creímos posibles como dejar vicios, pecados y emociones que eran toxicas y nos sumergían en la maldad.

CONCLUSIÓN

Si el testimonio de amor de Cristo puede servir de algo, que sirva para que nos confronte su obediencia y servicio para con el Padre. Volvámonos a la obediencia que es bendición para el que la pone en práctica, Dios no bendice al que más da, ni al que más predica, ni al que más hace, Dios bendice a quien le obedece sin importar lo que esto le pueda acarrear.

Pero también recuerda que aunque tropecemos su gracia nos recibe con amor para que nos volvamos a él reconociendo nuestro pecado, temor o error, para encontrar la fuerza necesaria para volver con más fortaleza y valor.

Oremos, Señor queremos obedecer tal cual lo hizo Jesús, entendemos que somos seres desobedientes y que nos cuesta poner por obra tu voluntad, pero con tu ayuda podemos encontrar la gracia necesaria para seguir adelante, amen.


Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe

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