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domingo, 25 de noviembre de 2018

PREDICA DOMINICAL - LOS RECAUDADORES DE IMPUESTOS Y LAS PROSTITUTAS VAN DELANTE DE NOSOTROS HACIA EL REINO DE DIOS



LOS RECAUDADORES DE IMPUESTOS Y LAS PROSTITUTAS VAN DELANTE DE NOSOTROS HACIA EL REINO DE DIOS

Mat 21:31 ¿Cuál de los dos hizo lo que su padre quería?  --El primero --contestaron ellos.  Jesús les dijo:  --Les aseguro que los recaudadores de impuestos y las prostitutas van delante de ustedes hacia el reino de Dios.


INTRODUCCION

Jesús está hablándole a los principales sacerdotes y a los ancianos del pueblo quienes se acercan y le preguntan ¿Con que autoridad hacia esas cosas?, Jesús sabiamente les contesta con una pregunta sobre la autoridad con la que Juan bautista hablaba, a lo cual no responden, pues saben que cualquiera de sus respuestas puede generar controversia, de lo cual parecían cuidarse bastante.

Ante lo que sucede luego les plantea una nueva parábola en donde presenta a dos hijos que son enviados a realizar una tarea por su padre a la cual el primero responde que no ira, pero al final termina yendo, y el otro, aunque responde que si ira, no lo hace, entonces Jesús culmina preguntándoles lo siguiente: ¿Cuál de los dos hijos hizo la voluntad del Padre? A lo cual todos responden que el primer hijo, que aunque dijo que no iría, termino haciéndolo.

Y para finalizar este pasaje les dice que les asegura que los recaudadores de impuestos y las prostitutas iban delante de ellos hacia el reino de Dios. ¿Porque Jesús les compara de forma tan drástica con estos personajes?. No sé si te imaginas a Jesús en tu iglesia diciendo, delante de ustedes van los ladrones y las prostitutas.

Todos creemos tener como creyentes un alto estándar de la moral y un ladrón y una prostituta están en lo más bajo de este estándar, todos sin lugar a dudas en una iglesia creerían estar mejor que una prostituta o un ladrón, pero que es lo que Jesús está diciendo realmente.

DESARROLLO

Hay algo que muchas personas que se encuentran sumergidas en pecados que tendemos a ver como más graves que los nuestros tienen que muchas veces nosotros no tenemos, honestidad.

Existen en este momento muchos ministros que están sirviendo, aunque se encuentran en pecados flagrantes ante Dios, claro nadie los ve, es algo que solo viven en lo oculto de sus hogares o familias, pero no tienen la honestidad de reconocerlo y confesarlo tal cual es.

Muchos de nosotros al cometer un pecado como llamar estúpido al prójimo por una discusión, ponernos bravos con alguien, mentir sobre algo, ver algo que sabemos que está mal, desear algo del prójimo, tendemos como creyentes a minimizar sus alcances y tendemos a llamarlo de otras formas, tratando de ocultar la realidad de que hemos pecado y necesitamos confesarlo a Dios y apartarnos de este pecado. Muchos caemos en el chisme y luego queremos taparlo llamándolo “es que me estoy enterando”, mentimos y lo escondemos, otros ven pornografía en películas, series y novelas y tampoco lo confiesan como un pecado, a pesar de que desearon a todas esas mujeres u hombres que allí salieron y pecaron flagrantemente contra Dios. Cosas en lo que nos llevan la delantera muchos pecadores que aunque para nuestro estándar están peor que nosotros, ellos son honestos completamente con Dios, tal cual como el ladrón que fue crucificado junto a Jesús, él sabía que su pecado merecía el castigo que estaba recibiendo y al final fue salvo.
Es probable que nos llevemos una sorpresa en la eternidad cuando veamos a muchos ladrones y prostitutas allá y no veamos a muchos que asistían a la iglesia o algunos otros que ministraban en ella.

CONCLUSION

Dios quiere que seamos honestos, que llamemos al pecado, pecado, que no lo encubramos tras falsos nombres, tras engaños o mentiras, sino que seamos completamente honestos, si vimos, oímos, o dijimos algo, si nos airamos contra nuestro prójimo, si mentimos, si adulteramos, si vimos o deseamos lo ajeno, si no honramos a los padres, todo ello tiene que ser llamado por su nombre, pecado.

Reconocerlo hace parte del proceso de libertad en Cristo y de madurez, algunos pecadores son más honestos que nosotros mismos pues no esconden su pecado saben que viven en él, pero no lo esconden o lo maquillan, sino que son realistas y eso les será contado el día del juicio.

Aprende a ser honesto contigo mismo y con Dios, Dios ama a las personas honestas y les perdona sus pecados, siempre y cuando los reconozcan como tal, podemos engañarnos a nosotros mismos y a los demás, pero no a Dios, Dios no puede ser burlado.

Oremos, Señor queremos permanecer en ti, reconocemos nuestro pecado __________ (menciónalo cualquiera que sea), perdónanos y ayúdanos para no volver a caer, quiero ser honesto contigo y no engañarme a mí mismo, amen.

Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe



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