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viernes, 7 de julio de 2017

MATRIMONIOS - PRIMERO TU MATRIMONIO


PRIMERO TU MATRIMONIO

1Co 7:33 Pero el casado se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposa;

INTRODUCCIÓN

En muchas congregaciones las actividades de la iglesia superan la cantidad de tiempo que a veces se pasa con la pareja, esto no es correcto, para ello algunos se basan en la premisa de que primero deben amar a Dios y luego a su pareja y equiparan el servicio para con la congregación con darle el primer lugar a Dios, cosa que debe ocurrir interiormente y exteriormente en nuestro tiempo de oración y de conversación con el Señor, pero para nada esto puede ser cambiado o intercambiado con la prioridad que debemos dar a nuestro matrimonio. Otros se ocupan tanto de su trabajo que se olvidan de su matrimonio, algunos en su tiempo libre solo se ocupan de sus hobbies (juegos, deportes, amigos) y olvidan a su cónyuge, lo cual ha generado grandes conflictos en las relaciones matrimoniales.

Gracias a Dios he contado en mi vida con unos grandes ejemplos de hombres consagrados a Dios y a su hogar, hombres que lo han dado todo por la iglesia, pero también por sus esposas y esposos, algunos otros que trabajan con pasión en su labor pero que igualmente cuidan de su pareja. De nada nos sirve llevar a miles al arrepentimiento, ganar mucho dinero, tener mucho tiempo si primero no cuidamos nuestra propia casa.

Juan hablándole a Tito y a Timoteo les recuerda que quien cuida de la iglesia primero debe cuidar bien de su propia casa. Pero parece que a muchos se les ha olvidado este llamado.

DESARROLLO

Algunos hermanos han reemplazado el orden divino para acomodarlo a su propia agenda y con ello han traído destrucción a sus hogares. El cansancio, la monotonía, el pecado, la mentira, el engaño, el adulterio, la pornografía y otros pecados sexuales han entrado al hogar porque no le hemos dado la prioridad a nuestro matrimonio. Aun muchos hijos se pierden o no creen en el testimonio de sus padres que sirven a la iglesia, porque prestan mayor atención a la iglesia que sus propias familias, lo cual no está bien.

Dios ocupa y ocupara siempre el primer lugar, luego sigue nuestro primer y más importante ministerio que es el matrimonio, luego la familia (hijos, hermanos y padres), luego el servicio a la iglesia y luego por ultimo nuestra vocación. Si este orden no es el correcto, nuestro hogar sufrirá mucho, nuestro cónyuge puede sentirse abandonado o frustrado y por ende podrá surgir en él o ella el deseo de separarse.

Volvámonos a nuestros hogares y matrimonios, necesitamos fortalecer nuestros hogares para ser luz, nuestra sociedad necesita el testimonio de más hogares conducidos en la verdad, más hombres y mujeres que se sienten amados y respetados en el matrimonio, más hombres y mujeres que batallan contra el pecado desde su matrimonio para no dar cabida al enemigo.

CONCLUSION

Cuidemos nuestro matrimonio, primero cuidando nuestra relación con Dios, luego cuidando a nuestro cónyuge, para que podamos servir a Dios y su iglesia de la mejor forma. Necesitamos más ministros que cuiden de sus hogares, que sirvan al propósito divino de dar ejemplo de virtud en sus matrimonios.

Un matrimonio de ejemplo traerá más hombres y mujeres al cocimiento de Dios, un hombre o mujer que honra su matrimonio será guardado de mal y bendecido por Dios en gran medida.

No es un trabajo fácil, ni tampoco difícil para el creyente que pone su confianza en Dios, solo debemos tratar de no fiarnos de nuestra propia prudencia y cuidarnos de no caer el descuido de nuestros deberes conyugales y para con Dios y entonces caer en tentación.

Si el hombre espiritual cuida de su hogar, cuidara de una generación que necesita el testimonio vivo de matrimonios fieles, amorosos, que se sirven con entrega y que les dan la prioridad a sus parejas por sobre el servicio a la congregación.


Oremos, Señor que nuestras prioridades siempre sean las correctas y que nuestro amor siempre sea sincero, que el amor que prodigamos a nuestro cónyuge sea prioritario y propicio para cuidar de tu congregación y sea de testimonio a la verdad, amen. 

2 comentarios:

  1. Hermano es difícil cuando tu esposo es incoverso y no comparte tu amor por las cosas de Dios q se hace en es caso

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    1. Estgimada hermana no es nada facil, pero tu decides si te rindes o sigues orando por su conversion y salvación. Recuerda que la escritura nos dice que el se salva por tu fe. Siempre animo a las parejas a perseverar a pesar de lo dificil que pueda ser. Pero la oración y testimonio debe ser importante para ganarles para Cristo.

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